Diario de Valladolid

DE VINOS

Los caminos de Alejandro Luna

LUNA BEBERIDE

Alejandro Luna con una copa de uno de sus tintos de mencía entre los viñedos.  /  LA POSADA

Alejandro Luna con una copa de uno de sus tintos de mencía entre los viñedos. / LA POSADA

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Alejandro es de la añada del 75. Sus apellidos, Luna y Beberide , son ya parte de la historia reciente del vino de El Bierzo. Bernardo, su padre, ya fermentaba en el 88, año del mildiu. Fue pionero en la creación de la Denominación de Origen Bierzo. Su hijo eligió el sendero del Derecho, pero dos caminos se cruzaron en su vida y entró así en el siglo XXI, pisando ambas orillas al frente de la bodega familiar. Los estados fenológicos de la vid marcan su actividad diaria desde entonces. 

Se cruzaron en su vida por un lado el viejo camino alternativo que los peregrinos seguían para evitar pagar el portazgo en Villafranca del Bierzo , ascendiendo por las laderas de Dragonte pasando por Moral, Sotoparada y Villar de Corrales para llegar a San Fiz do Seo. En suelos de Corullón están los viejas vasos de uva mencía que dan vida y gloria a su tinto Paixar. Por otro lado, el camino francés, el que cruza El Bierzo desde el monte Irago al Cebreiro, pasa desde hace siglos por el paraje de Valdetrucha, donde están las mencías viejas y nuevas junto a las godellos que dan nombre a sus tintos de Finca Luna Beberide, Luna Beberide Mencía Joven, Godello y Art. Durante todo el ciclo vegetativo de la vid, se ven pasar peregrinos por las viñas de Alejandro Luna y aquí está la esencia de una bodega que nació en la cava subterránea de la calle del Agua villafranquina (donde aún envejecen algunos de sus vinos) para terminar en el paraje de El Francés, como llaman en Cacabelos al solar donde se encuentra la nueva bodega en la que los Luna se abrieron a los mercados en las últimas décadas. 

Alejandro tiene claro, aún en estos momentos de incertidumbre producida por la alarma sanitaria, que este es su camino. Estos días atiende con menor intensidad las tareas de bodega y las inevitables prácticas culturales en sus viñas. Desde ellas, contempla el fascinante paisaje de la olla berciana, en cuyas laderas maduran las uvas sobre un lecho de arcillas, canto y pizarra. El terruño que marca el diferencial de los tintos bercianos en el siglo XXI. 

Actualmente, la bodega cuenta con alrededor de 60 hectáreas de viñedo. Un 70% de viñas en espaldera con un criterio selectivo en podas y tratamientos. El resto, viejos vasos que pasan de medio siglo de vida. Y estos son los mimbres con los que Alejandro Luna se enfrenta al mercado del vino de calidad. Recibe, hoy, el aplauso de prescriptores, profesionales y consumidores que aún recuerdan aquellos vinos que en el pasado trajeron a El Bierzo las sofisticadas y tropicales gewürztraminer, sauvignon blanc y la cotizada chardonnay, entre otros cepajes de los recordados Viña Aralia, hoy en retroceso porque es la variedad godello quien marca la cara blanca de Luna Beberide, con cerca de 40.000 botellas comercializadas cada año. El resto, hasta 300.000 botellas de media anual, pertenecen a las mencías que hoy responden de sus tintos de paraje y se ajustan a la nueva reglamentación de los suelos del Consejo Regulador. Esta bodega berciana todavía nos desvelará en el futuro nuevos retos y quién sabe si algún día los nuevos Luna Beberide fermentarán en las laderas de Valdetrucha, donde están las viñas que Alejandro identifica como la Recuperada, El Rosal o La Cuesta. Y seguirán brillando los Paixar, nacidos en el vértigo de las laderas de Dragonte. Por primera vez en la historia reciente, estos días de pandemia no cruzan peregrinos por sus viñas. Pero volverán y brindaremos de nuevo con los vinos de Luna. En el camino.

DIRECCIÓN : Antigua Carretera Madrid- Coruña Km. 402. Cacabelos (León)

TELÉFONO : 987 549 002

WEB : www.lunabeberide.es

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