Áreas de servicio...

Lo he escrito muchas veces durante muchos años. Tantas como aperturas de autovía en la región. Hablando de cocina rural y de hostelería comarcal, el enemigo más duro que seguimos teniendo está en el ámbito enjaulado de las autopistas que cruzan el territorio de Castilla y León. En ellas existen complejos hosteleros que son monopolio de la atención al público y que se encargan de su descanso, de que coman y de que compren productos.

El día que nos tomemos en serio la plataforma de promoción que suponen estos complejos hosteleros estaremos defendiendo producciones locales, cocina rural, gastronomía local en definitiva. Son muy pocos los restaurantes próximos a las autovías que ofrecen una cocina variada y menús generosos con precios asequibles y no olvidan las referencias locales del guiso, el asado o el plato tradicional.

Y esto es gastronomía. Posiblemente, la más necesaria, la que mayor implicación con el territorio tiene y la que sostiene todavía una parte del empleo. El día que entendamos esta cara tan necesaria de la gastronomía y de la cocina regional habremos empezado a impedir que nos desintegren como lo están haciendo los complejos de cocina basuril (ojo, legal y de calidad) de la globalización que, por otro lado, me dan mucha envidia. Por su agilidad, precio, servicio… y porque los colocan en los mejores sitios.

Hay que poner el puntero en esas áreas de servicio responsables que se identifican con su entorno y que ofrecen al viajero y al lugareño comidas y cenas con mantel, plato, cubierto y servilleta… Sí, y no es de Perogrullo, está desapareciendo este formato de comensal y servicio. O está a punto.