Toche y la cocina rural de Omaña

en Riello, a Juan José de Paz todos le conocen por Toche. Desde 2013 se hizo cargo del establecimiento, que permanecía cerrado desde los años 80. Todavía hoy muchos clientes recuerdan a sus anteriores propietarios, Mercedes y Aurelio. Han pasado seis años y entre las mismas paredes este restaurante de cocina rural sigue fiel dar un servicio fundamental en las áreas rurales: permanecer abierto todo el año, incluidos los inviernos, con solo 50 vecinos. Pero, como subraya Mar García, la mujer de Toche, el paisaje es igual de atractivo, pues está en pleno valle de Omaña, dentro de la Reserva de la Biosfera, un espacio que atrae a numerosos turistas amantes de la naturaleza a este rincón de la provincia de León. Sin duda el Omaña, río truchero, ha acentuado la afición a la pesca y Toche en ocasiones acompaña a los pescadores. Curiosamente la trucha aparece poco en la comanda del restaurante y solo por encargo, aunque si se lo piden no faltan platos tan emblemáticos como la sopa de trucha.

Tampoco el cocido omañés por encargo en fin de semana. A diario, carnes rojas y muchas raciones, entre ellas callos, mollejas, croquetas, morcilla y cecina. Arroces, guisos y ensaladas. Y postres como natillas, flanes, la tarta de zanahoria con cobertura de chocolate y el requesón con nueces y miel. El menú está en la franja de los nueve euros, quince los fines de semana. Mar apunta que no falta, en otoño e invierno, el tradicional botillo omañés, el ‘yosco’.

Acompaña desde hace años a Toche en la cocina Maria del Mar, que es de Llanos de Alba, y, en temporadas, el cocinero Raúl Prieto, de La Robla, y en el comedor la joven Sarai Chimeno, de Santa Lucía de Gordón. Pero Toche y Mar no solo se limitan a atender el bar y dar de comer, en el Villamor se celebran conciertos y actividades culturales en verano. También a diario se encargan de hacer y de servir en unos de los comedores la comida a los niños del colegio. Contribuyen así a crear una infraestructura tan necesaria.

Toche ha sabido conjugar su amor a la pesca de la trucha con la actividad de un restaurante que es clave en el desarrollo rural del entorno y entendió con acierto la cocina rural en este rincón de Omaña.