LEÓN
Los procesadores de las mejores prácticas
El Centro de Supercomputación de Castilla y León participa en un proyecto europeo para crear una red al servicio de la industria, el mundo académico y las administraciones públicas / La meta es proporcionar una base de referencia. Por E. Lera
Procesan cantidades ingentes de información. Su saber hacer permite aglutinar el talento para avanzar en la digitalización. Y es que la computación de alto rendimiento es una tecnología basada en miles de procesadores trabajando en paralelo para analizar datos en tiempo real, realizando cálculos miles de veces más rápido que una computadora normal. Una solución que está en el centro de los principales avances científicos y un recurso estratégico para el futuro de Europa.
¿Y qué puede aportar León en este escenario? Alberga el Centro de Supercomputación de la Comunidad que, además, participa en un proyecto europeo para crear una red al servicio de la industria, el mundo académico y las administraciones públicas. Con esta iniciativa se pretende apoyar y fomentar las fortalezas nacionales de las competencias de la computación de alto rendimiento y con ello cubrir las lagunas existentes y aumentar la usabilidad de estas tecnologías en los diferentes estados, y así proporcionar una base de referencia de excelencia europea.
Scayle –así se llama este supercomputador– no estará solo. Trabajará con más centros para crear un Euro Competence Center en computación de alto rendimiento. «El objetivo es reducir las brechas de capacidades existentes al tiempo que promueven la cooperación y la implementación de las mejores prácticas en toda España», asegura Ruth Alonso Martínez, coordinadora del proyecto europeo en Scayle.
Cada uno de los 33 centros nacionales de competencia actuará a nivel local para mapear las capacidades en supercomputación disponibles para identificar los vacíos existentes. «Los centros de competencia coordinarán la experiencia en computación de alto rendimiento a nivel nacional y facilitarán el acceso a las oportunidades de supercomputación europeas para los usuarios científicos de investigación, la administración, pero, en especial, para las empresas de todos los sectores, brindando soluciones a medida para una amplia variedad de perfiles», comenta Vicente Matellán Olivera, director general de Scayle.
Este proyecto es innovador porque, tal y como comentan, en España existe una red de supercomputación, de la que Scayle forma parte, sin embargo, está orientada a dar servicio a los investigadores. En otros países de la Unión Europea ni siquiera existen redes nacionales y cada centro de supercomputación se centra en las áreas de sus científicos: física, genética, materiales…
«La idea del EuroCC es hacer accesible la computación no sólo a los científicos sino también a las empresas, en particular a las pymes, y que se use más allá de la ciencia básica, por ejemplo, para el análisis de datos masivos», indica Alonso Martínez para, más tarde, añadir que en la actualidad se generan cantidades cada vez mayores de datos. «La naturaleza de la informática está cambiando con un número importante de aplicaciones críticas con un uso intensivo de datos. De hecho, para 2020, se conectarán 25.000 millones de dispositivos que generarán más de dos zettabytes de tráficos cada año, 1.000 millones de terabytes.
Por ello, Matellán Olivera declara que las compañías dependerán cada día más del poder de las supercomputadoras para trabajar en soluciones innovadoras, reducir costes y disminuir el tiempo de comercialización de productos y servicios. De ahí que se dé un paso al frente. Y es que hasta este momento el modus operandi de los Estados miembros era actuar de forma aislada. Con este proyecto europeo se busca aglutinar todo el conocimiento y fomentar la evolución.
«Los Centros Nacionales de Competencia ofrecerán servicios innovadores y mostrarán una clara mejora de la estructura general y de la gestión de los usuarios en el estado, constituyendo un pilar importante de la realización del objetivo general de la Empresa Común Europea de Computación de Alto Rendimiento, una actividad para innovar y ampliar la base de conocimientos y competencias de supercomputación en Europa», subraya el director general de Scayle.
Es evidente, en su opinión, que existe una diversidad en la madurez del aprovisionamiento de computación de alto rendimiento en Europa, si bien dice que algunos centros ya tienen una larga trayectoria en el trato con una variedad de clientes, en especial de la industria, sin embargo, otros necesitan establecer este servicio para tener impacto a nivel nacional en este ámbito.
Por esta razón, sostiene la coordinadora del proyecto europeo en Scayle, además de la gestión de alto nivel para supervisar el progreso de la evolución de los Centros Nacionales de Competencia, se va a ayudar a estos complejos a establecer sus marcos de operación individuales y, al mismo tiempo, a tener acceso a las experiencias y conocimientos disponibles a nivel nacional y europeo y a aprovechar al máximo la experiencia y los conocimientos disponibles.
En este sentido, recalca que son muchos los usuarios que no tienen ni la capacidad ni el capital humano para beneficiarse de esta tecnología. Por ello, Alonso Martínez incide en que van a habilitar programas de formación a medida para los empleados sobre la base de contenidos de formación modulares, que podrían estar disponibles en otros países, aportará un valor añadido a las pequeñas y medianas empresas para que aumenten sus conocimientos internos sin afectar a sus actividades cotidianas.
A esto se suma que los Centros Nacionales de CoAmpetencia apoyarán a las pymes para solicitar financiación para experimentos empresariales, con la meta de estimular la innovación. «Para Scayle supone mejorar la red de contactos con los centros europeos de supercomputación, lo que nos ayudará a fomentar la excelencia en los cursos de formación que ofrecemos y a mejorar nuestra capacidad de promoción de las competencias de la computación de alto rendimiento a la industria y al mundo académico.
Además, nos servirá para aumentar nuestras actividades de transferencia de tecnología a nivel nacional y local, acercando a Scayle a la sociedad», asegura Vicente Matellán Olivera, antes de señalar que el centro en la actualidad está participando en tres proyectos europeos, un número que quieren incrementar, a la vez que potencian sus posibilidades de cálculo y almacenamiento de datos.