Diario de Valladolid

BURGOS

Tecnología para ‘digitalizar’ el cuidado del pelo

La fábrica de productos capilares del grupo L’Oréal es una de las instalaciones más complejas y eficientes del mundo

Un robot maneja una caja en la fábrica de productos capilares del grupo L’Oréal de Burgos.-EL MUNDO

Un robot maneja una caja en la fábrica de productos capilares del grupo L’Oréal de Burgos.-EL MUNDO

Publicado por
Estibaliz Lera

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Tiene todas las piezas del puzle para afrontar con éxito la llamada cuarta revolución industrial, la que se basa en la inteligencia artificial, el uso del Big Data y los sistemas de robótica. Sabe que es fundamental afrontar los retos de la digitalización a la vez que alimenta un ecosistema innovador para el futuro. Burgos es un ejemplo mundial de industria 4.0 para L’Oréal.

La fábrica internacional de productos capilares está en el top cinco de las mejores del grupo; es un ejemplo de instalación 4.0, que no entiende la integración de las nuevas tecnologías, la innovación y la digitalización sin un sentido de la sostenibilidad tanto medioambiental como social. «Somos una fábrica en constante renovación y una de las más complejas y eficientes», informa su director Benoît Mocquant.

En concreto, cuenta con 44 líneas de acondicionamiento para más de 4.500 referencias de producto en 110 formatos diferentes, más de 839 referencias de materias primas y 1.864 fórmulas distintas, lo que hace que tenga una «gran complejidad» para la cual la digitalización es fundamental. «Cada día sale un millón de productos de la fábrica de Burgos a 52 países de todo el mundo».

Por este motivo, es clave que se acelere todo el proceso para mantener el ritmo de los nuevos patrones de consumo, avances tecnológicos y de industria 4.0. En esta línea, expone que los últimos años se ha hecho un «esfuerzo especial» en digitalización e interconexión de sistemas, es decir, en el uso de móviles y aplicaciones para comunicarse con máquinas y realizar procesos, así como trabajar junto con robots creados para interactuar físicamente con humanos en un entorno colaborativo de trabajo. Procesos que están «a la orden del día» en esta empresa.

Desde hace un tiempo está integrando en sus instalaciones la digitalización y la evolución de la industria 4.0 a través de la automatización de sus procesos, tanto para perfeccionar sus rendimientos como para mejorar la ergonomía de los puestos de trabajo, así como para desarrollar y ser innovadores en sus proyectos medioambientales.

En primer lugar, explica que lo hacen con la integración de tecnologías como AGV –carretillas automatizadas sin conductor– , robots de servicio, paletizado automático, digitalización y análisis, sistemas de gestión de la información on time de los procesos productivos, central biomasa y sistemas de purificación y reutilización de agua con nanofiltración. A este punto se suma la integración de la impresión 3D en la fábrica. Por ejemplo, se imprimen piezas en tres dimensiones para solucionar más rápido las averías. También influye a la hora de llevar a cabo la diferenciación retardada de los productos, ya que, tal y como detalla, se coloca la etiqueta en el último minuto adecuándose a las peticiones de los clientes o de los países.

La innovación está presente con el constante análisis de datos que se captan en las propias líneas para la anticipación de la producción, adaptando la organización a las necesidades de los clientes. Es decir, se personalizan los productos, se tienen en cuenta las necesidades de producción cambiantes... Todo con seguimiento y trazabilidad de la calidad. «Hacemos todo tipo de proyectos: planes de mantenimiento mediante aplicaciones, verificaciones de la calidad del producto en línea a través de visión artificial y entornos digitales que permiten compartir experiencias entre empleados», especifica el director de la fábrica internacional de productos capilares de L’Oréal en Burgos.

Estas nuevas máquinas, en su opinión, están ayudando a mejorar la productividad de los procesos, ya que los empleados han pasado de hacer un trabajo de meros manipuladores a una labor de pilotaje de un sistema automatizado con un IT avanzado. «Hemos mejorado las condiciones de trabajo del empleado, liberando el tiempo para dedicarlo al control de la calidad y al seguimiento de la producción».

Mocquant asegura que lo que más define a una empresa como L’Oréal es la «agilidad y la flexibilidad» para adaptarse a la complejidad de los procesos de calidad, lo que, a su juicio, permite aprovechar esta velocidad de cambio para mantener siempre la mente abierta a nuevas ideas, listos para saltar sobre las nuevas tendencias y aprovechar nuevas oportunidades. En Burgos, fabrican los artículos de la división de Productos Profesionales –L’Oréal Professionnel, Kérastase, Redken, Shu Uemura, entre otros–, que se distribuyen a más de medio centenar de países de todo el mundo.

«Esta complejidad hace que la innovación constante, la flexibilidad y la agilidad sean esenciales», matiza.

De ahí que tengan iniciativas punteras como la ‘fábrica seca’, que les ofrezca la posibilidad de ir un paso más allá en su compromiso con la sostenibilidad gracias a la utilización de las nuevas tecnologías. ¿Y en qué consiste este proyecto? Expone que el proceso productivo de la fábrica utiliza únicamente el agua como materia prima y para el consumo humano, gracias a la implementación de un «ambicioso» proyecto que mejora los rendimientos de lavado, controla las fugas de agua e introduce nuevos procesos innovadores de reciclado con nanofiltración y ósmosis inversa.

El año 2018 ha supuesto la culminación del proyecto de reciclado de agua en el que la planta ha conseguido reducir su consumo total en un 47% respecto a 2005 (en litros/unidad producida). En cuanto a la gestión de residuos, tanto la fábrica de Burgos como la sede en Madrid valorizan el 100% de estos, evitando su depósito en vertedero y promoviendo una economía circular.

Pero no es el único paso que da para mejorar el planeta. El año pasado esta instalación asentó las bases de una nueva iniciativa para proteger y desarrollar la biodiversidad del entorno. Crearon un bosque de flora local y un estanque para la recogida de aguas de lluvia, siendo el «epicentro» de un nuevo concepto de experiencias para los empleados relacionados con el bienestar y el medio ambiente. «No hemos encontrado ningún problema. Al contrario, es una experiencia muy interesante de colaboración con la Junta que nos han aconsejado en la elección de las especies, con los equipos de fábrica que participan activamente en la plantación de árboles y en el mantenimiento del huerto ecológico para su uso personal», cuenta Benoît Mocquant.

Esta fábrica burgalesa llama la atención por ser de las primeras del grupo en ser neutra en emisiones de carbono. Corría el año 2015 cuando lo consiguió, gracias a una central de trigeneración por biomasa que proporciona a la planta electricidad, agua caliente y vapor, siendo alimentada por madera procedente de la limpieza de los bosques de Castilla y León.

Fuera de su recinto lucha por combatir los efectos del cambio climático de la mano del transporte sostenible. En la actualidad se envía mercancía desde la Central Internacional de Distribución en Burgos a 52 filiales ubicadas en los cinco continentes. Muchas rutas internacionales. Por esta razón, el grupo L’Oréal trabaja para dar una vuelta de tuerca a esta situación. Así, nació el proyecto Green Line for Europe. Su propósito es desarrollar soluciones de transporte verde competitivas en precios y plazos para cada una de las filiales en Europa y conseguir que para 2020, el 40% del transporte sea sostenible.

Entre los productos que se fabrican en la capital burgalesa, se encuentran algunos lanzamientos sostenibles como el champú Dercos de Vichy, cuyo envase procede de plástico 100% reciclado y reciclable, además se ha podido ahorrar en cantidad porque se ha aumentado el tamaño, y su fórmula cuenta con un 91% de ingredientes de origen natural. A esta lista se suma la coloración Botanea de L’Oréal Professionnel, 100% herbal y vegana y cuyo envase es hasta un 50% de material reciclado y sus recargas se presentan en bolsas herméticas hechas con papel certificado FSC.

Sus planes de futuro, avanza el director de la fábrica internacional de productos capilares de L’Oréal, es seguir innovando como hasta ahora, llevando a Burgos las últimas tecnologías de la industria 4.0, mientras mejoran su impacto medioambiental y social en la ciudad.

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