Chapuzones con gafas de sol que flotan

Las gafas de sol son el complemento que ayuda a enfatizar la personalidad. Y es que entre las más clásicas y las de formas imposibles, hay cientos de modelos que encajan con el estilo. Lentes que, además de proyectar una imagen de la persona que las lleva, protegen los ojos de úlceras en la córnea, daños en la retina y otras enfermedades degenerativas. Son un acompañante clave tanto en verano como en invierno, ya que los rayos solares no descansan. Por la calle, para conducir, para ir a trabajar, sentados en una terraza son bienvenidas, el problema llega cuando el calor aprieta y los chapuzones en la playa o la piscina tienen lugar un día sí y otro también, por lo tanto, toca dejarlas en la toalla. O no.

La empresa segoviana Proyectos Valuarte ha creado unas gafas de sol adaptadas a las nuevas tendencias y especialmente pensadas para bañarse con ellas porque flotan gracias a su tecnología patentada. Cuentan con nueve referencias y una amplia variedad de colores. Todas son polarizadas para evitar reflejos molestos; ultraligeras –su peso ronda los 16 gramos, la mitad que la mayoría que existe en el mercado–; hidrófobas para repeler las gotas de agua y con tratamiento antiarañazos. Las lentes son de categoría 3 y 4 y su filtro de protección es UV400, lo que las convierte «en un complemento ideal» para ir a la playa y a la piscina, pero también para practicar deportes acuáticos.

AWA Sunglasses –así se llaman– surgieron cuando a una de las socias de la empresa, Esther Fernández, le recomendaron bañarse con gafas de sol para proteger sus ojos. Debido a su precio le daba reparo acudir a la playa o a la piscina con los modelos que tenía en casa por miedo a extraviarlos o romperlos, así que acudió a una óptica para comprarse unas más asequibles y, sobre todo, que no se hundieran en el agua. No las encontró. Entonces se propuso inventar y patentar unas que flotaran.

Dicho y hecho. Junto con su socia, Raquel Ron, se pusieron a estudiar el mercado. Hallaron unas gafas muy deportivas para hacer kitesurf, que tenían un plástico de baja densidad que flotaba. A partir de ese concepto, crearon las suyas. La primera hornada llegó con el sol. A principios de junio tuvieron en sus manos ese sueño hecho realidad. Una idea por la que apuestan y esperan que tenga mucho recorrido. «Creo que sí que pueden triunfar porque, principalmente, la gente que tiene los ojos claros no aguanta la luz solar», afirma Fernández, antes de comentar que otro público interesante son los pescadores, ya que son los trabajadores que más gafas pierden.

De momento, según comenta, las ventas van bien pero les insuflaría «mucho aire fresco» que se vendieran todas y pudieran hacer otra producción para aguantar el verano. Para ello, relata que están realizando una campaña de promoción muy fuerte. Sus gafas están llegando a personajes públicos de la talla de Marta Hazas, Ana Turpin, David Bustamante, Miren Ibarguren, Los Javis, Álex de la Iglesia, Macarena García, incluso Ismael Beiró, primer ganador de la historia de Gran Hermano, que mostrará en el programa Ven a cenar conmigo las ventajas de estas lentes.

El precio oscila entre 30 y 45 euros, «muy asequible» respecto a la competencia. «Nuestras gafas son mucho más completas que las de marcas como Hawkers, Siroko o Northweek», afirma la segoviana para, a renglón seguido, dejar claro que los ojos son «muy importantes» y que no hay que comprarse «gafas en el chino» porque pueden provocar una lesión ocular irreversible.

Tienen muchas ideas y esperan, si todo va bien, sacar tres modelos más y vender en los países del Mediterráneo. «Queremos ir despacio pero seguras, así que ahora mismo sólo vendemos en España». Otra peculiaridad es que todas las gafas tienen nombres de playas nacionales: Loira, Rodas, Bolonia, Otur, Mundaka, Carabassi, Sa Calobra... Este último diseño, además, lo han patentado a nivel europeo. «Es nuestra abanderada. Es muy pentagonal y sienta bien tanto a hombres como a mujeres. Cuando la gente se la prueba le encanta», expone muy orgullosa.

Las gafas vienen con una funda estanca para el móvil. Fernández asegura que quieren vender algo más que gafas de sol. Su idea es crear la comunidad Unsinkable life, es decir, gente que, a pesar de los varapalos que les ha dado la vida, no se hunden y siguen luchando por sus sueños. También desean que todos sus clientes comenten en las redes sociales su experiencia con este nuevo complemento.

Sus ideas no se quedan ahí. Si obtienen beneficios los destinarán a Visión sin Fronteras, una ONG que viaja al tercer mundo para operar de cataratas y miopía. Aparte de los fondos que puedan donarles, van a entregarles gafas de lectura ya graduadas. A la parte solidaria se suma la creativa. Estas dos emprendedoras tienen en mente desarrollar una plataforma para que los diseñadores más jóvenes puedan dejar volar su imaginación y crear referencias únicas teniendo en cuenta las peculiaridades de este producto. «Por votación popular elegiríamos tres y se harían realidad», puntualiza.

Tampoco se les escapan las personas con miopía. Son las que sí o sí tienen que llevar gafas de sol porque si no, no ven. Ahora mismo están buscando el equilibrio entre el peso de las lentes y la densidad del plástico con la meta de crear gafas de sol graduadas que no se hundan. Y muchos más proyectos que poco a poco irán desvelando.

Esther Fernández y Raquel Ron, aparte de AWA Sunglasses, se dedican al desarrollo, comercialización y fabricación de regalos promocionales y de empresa. A esto se suma que son proveedoras homologadas de Coca-Cola. «En el mundo sólo hay 25 empresas homologadas para trabajar con Coca-Cola y España tiene cuatro y nosotros somos una de ellas», desvela la segoviana. Recién salida del horno, esperando poder comercializarse, tienen otra iniciativa que dará mucho que hablar: servilleteros con base de carga para los bares.