Diario de Valladolid

PERSONAJES ÚNICOS- MIGUEL ÁNGEL VERDUGO

La mano que sujeta la integración

Este vallisoletano es director del Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) de la Usal. Trabaja para que las personas con discapacidad intelectual tengan más calidad de vida. Sus instrumentos sirven evaluar a la población con este tipo de patología

El catedrático Miguel Ángel Verdugo en las instalaciones de la Universidad de Salamanca-ENRIQUE CARRASCAL

El catedrático Miguel Ángel Verdugo en las instalaciones de la Universidad de Salamanca-ENRIQUE CARRASCAL

Publicado por
Estibaliz Lera

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Cada frase alberga una experiencia. Se nota que el lenguaje es la llave de la integración. Miguel Ángel Verdugo es portador de mensajes esperanzadores para personas con necesidades especiales. Desde pequeño soñó con sujetar la antorcha que transformara la sociedad desde la educación. Por ello, estudió Magisterio y Psicología. La varita del compromiso social le tocó de lleno, si bien antes de ese momento comenzó la licenciatura de Economía. Y algún día también ansió con ser periodista. Dejó los números, a pesar de haber aprobado «casi todas las asignaturas» del primer curso porque le aburría el trabajo de oficina, y se decantó por el reto de enseñar a personas con dificultades.

Se especializó en Pedagogía Terapéutica y Logopedia y desembarcó en el mercado laboral. Cuenta que por aquel entonces los mejores expedientes conseguían una plaza fija. Él estaba en ese bando y logró un puesto en Las Palmas. Más tarde creció en otros lugares como maestro, director escolar, inspector educativo, jefe de Inspección Educativa... Pero, de repente, la vida le volvió a sonreír: una beca Fulbright tocó su puerta. En Estados Unidos se formó como investigador. Allí, su vida cambió «de forma significativa». Dos años, 24 meses, que le sirvieron para dibujar su futuro. Un futuro en el que lleva ya más de 100 proyectos vinculados a la mejora de la calidad de vida y a la construcción de instrumentos de evaluación de las personas con discapacidad.

La primera línea en la que trabaja este vallisoletano que dirige el Instituto Universitario de Integración en la Comunidad (INICO) de la Universidad de Salamanca (Usal) es la creación de modelos para que los profesionales puedan evaluar la calidad de vida de las personas con síndrome de Down, discapacidad intelectual, entre otras patologías.

Verdugo también pilota varios proyectos encaminados a la construcción de instrumentos de evaluación para mejorar los apoyos directos que los profesionales llevan a cabo para apoyar a la población. Esto, según explica, permite estudiar el comportamiento de las personas con discapacidad: integración en la comunidad, relaciones interpersonales, aprendizaje de futuro... a través de ítems concretos que detectan las principales necesidades. «Con eso organizas las respuestas de un plan personal con objetivos y con una metodología para lograrlo», apunta.

La tercera parcela en la que trabaja es la transformación de las organizaciones para realizar una «mejor gestión» con «más eficacia y eficiencia». De hecho, tal y como apunta, han realizado unas propuestas que se están aplicando a nivel internacional en temas de inclusión.

Verdugo, que fue el primer catedrático con perfil de psicología de la discapacidad de la universidad española, también apuesta por iniciativas que ayuden a avanzar en violencia machista, victimización de la discapacidad, habilidades sociales... «Ahora estamos inmersos en un proyecto que analiza los derechos de la población con discapacidad intelectual significativa. Estamos estudiándolos en familias y organizaciones de toda España», sostiene el investigador.

Con 30 años de experiencia y formación a sus espaldas, considera que las organizaciones dedicadas a las personas con necesidades especiales son «más ambiciosas y competentes» que hace tres décadas. Aunque se ha mejorado la situación de este colectivo debido al incremento de los recursos públicos y privados, «aún no es suficiente», lamenta el vallisoletano, antes de añadir que la administración tiene «muchas contradicciones» respecto a los procesos inclusivos de la población con discapacidad. «La Administración se caracteriza por falta de ambición», apostilla.

Respecto a la investigación y la innovación en Castilla y León, expone que requieren «un impulso importante», ya que la Comunidad tiene que distinguirse «no tanto por sus procesos industriales, sino por su vinculación a esos ámbitos sociales y del desarrollo». Es verdad, manifiesta, que destaca, pero las inversiones no apuestan por este sector, incide. «No se da valor a los cambios sociales. La investigación aplicada es considerada secundaria frente a otra investigación, sobre todo, de base tecnológica», expresa apenado. «Es un error –prosigue– que se refleja en las políticas públicas». Hay investigación pero, tal y como indica, los fondos han sido «muy, muy escasos». «No se financia la consolidación apropiada de los grupos, sino que se hacen macrogrupos con una mentalidad más propia de las ciencias experimentales que de las sociales aplicadas al conocimiento y eso es un problema. Aunque ha habido una buena voluntad por intentar mejorar los procesos de investigación, hay una falta de disciplinas científicas vinculadas a lo social».

El problema, a su juicio, es la escasez de fondos en comparación con otras comunidades como Andalucía, Cataluña o Madrid. Un problema que entra en contradicción con la imagen que proyecta al exterior: «Castilla y León siempre se distinguió por aportaciones en el ámbito social». Una de las razones que explican ese pinchazo es la normativa que regula la consolidación de los grupos de investigación, donde se perjudica el desarrollo de líneas variadas. En este punto, comenta que el INICO es el único instituto oficial dedicado a la discapacidad.

Miguel Ángel Verdugo afirma que la sociedad sí que valora el trabajo de sus equipos. «Hay interés social, pero cambio los premios por inversión en jóvenes que puedan desarrollar sus proyectos de investigación. Falta explícitamente apoyo de la administración», sentencia.

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