Hasta no hace tanto tiempo, lanzarse a la conquista de los mercados financieros era considerado cosa de unos pocos afortunados. Las barreras de acceso para el pequeño inversor eran muy grandes y había que conformarse con un depósito a plazo fijo o invertir en el fondo de inversión ofertado por el director de la sucursal bancaria de turno. Pero todo esto es ya cosa del pasado, ahora que ya está consolidada la revolución financiera digital. A continuación, recogemos algunos ejemplos de cómo ha cambiado para siempre el panorama de las inversiones financieras.