El pibe argentino fanático del Pucela
Diego Chiaramoni, 11.000 kilómetros de pasión por el Real Valladolid: "No puede jugar nunca este equipo en segunda"
"Escribo y miro pájaros. Voy tras los vuelos del gorrión blanco. Sueño con Castilla. El resto, es silencio". Así es como se define en su perfil de twitter Diego Chiaramoni, el pibe argentino fanático del Pucela . Una pasión por el Pucela que le hace recorrer los 11.000 kilómetros que le separan de su argentina natal de su Castilla soñada para ver a su Valladolid en un partido grande, el que le enfrentaba este domingo con el Barcelona y al que derrotaba por un contudente 3-1. Fuera o no talismán, la realidad que Diego Chiaramoni veía como su Pucela querido le regalaba un triunfo vital para la permanencia.
Y es que este filósofo argentino, cuyos bisabuelos eran del Bierzo y su abuela paterna de Burgos pero que ama Valladolid, tiene claro que el Real Valladolid no puede descender a Segunda. "Es imposible que un equipo así esté en segunda, no hay forma" , asegura en el vídeo de twitter en el momento que accede al estadio para ver a su Pucela del alma medirse contra el campeón de liga. Diego Chiaramoni insiste en que el Valladolid tiene que ser de primera, "no porque lo quiera yo, porque lo ame yo, sino porque no puede jugar nunca, en infraestructuras, en gente, en colores de gente", puntualiza.
"Todo lo que amo del Valladolid me lo han enseñado a amar ustedes. Me parece una cosa hermosísima", asegura un "emocionado" Diego Chiaramoni, quien resalta la "belleza del estadio, verdad, qué lindo". Ya al final de partido muestra todo lo que siente y lo que supone para él Valladolid y el Pucela en una frase que resume sus sentimientos: "Los 11.000 kilómetros fueron un suspiro y me voy a llevar esto y mucho más". Y todo lo concluye con un "gracias".
Pero venir a Valladolid para este filósofo era también rendir visita a la estatua de Miguel Delibes a la entrada del Campo Grande. "He venido a cebarle un mate con luz postrera de la tarde maestro", asegura en su cuenta de twitter, a la vez que este filósofo argentino se acuerda "del Mochuelo, del Azarías, de Cipriano Salcedo, de Don Cayo", algunos de los más ilustres personajes del gran Delibes. "Ellos han poblado mis días, han caminado a mi lado por Buenos Aires", concluye en su twitter.