Diario de Valladolid

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Viaje a la esperanza del Real Valladolid

Los blanquivioleta pueden poner fin a su pésima racha a domicilio en los seis desplazamientos que restan, ante rivales a la baja o con muy malas cifras como locales

Monchu festeja su gol al Huesca, en la última victoria a domicilio.REAL VALLADOLID

Monchu festeja su gol al Huesca, en la última victoria a domicilio.REAL VALLADOLID

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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De no mediar una racha de dos partidos seguidos en casa, como la que vivirá las dos próximas semanas el Real Valladolid ante Éibar y Levante, a cada partido de Liga de los pucelanos en Zorrilla le sucede otro de llanto y crujir de dientes. Es decir: a domicilio.

Los términos utilizados por San Mateo en su Evangelio, ilustran el devenir del Real Valladolid como visitante desde que ganó en Huesca allá por el Pleistoceno, que en términos futbolísticos equivale a ese 24 de noviembre de 2023 en que los de Pezzolano asaltaron El Alcoraz. Aunque lo asaltaron poquito, no al estilo vikingo sin con un escuálido 0-1. Al menos el gol de Monchu valió para hacerse con los tres puntos por última vez en un viaje.

Desde entonces, el cuadro pucelano suma de a uno o directamente no suma. Siete desplazamientos desde la visita al Huesca se han saldado con tres empates y cuatro derrotas. 3 puntos sumados de 21 posibles. El Pucela es el décimo peor equipo a domicilio,  con 15 puntos sumados de 45 posibles. El 33%.  

Una cifras impropias e inadmisibles para un equipo que pese a sus múltiples patinazos, tiene aún a su alcance no sólo la promoción, en la que está inmerso, sino el ascenso directo, situado a dos puntos. En esta carrera de cojos ir al trote puede tener premio gordo. 

Y más si la propia competición te da masaje en las piernas para que avances más rápido en los partidos de fuera y abandones el paso propio de una momia de película de serie B de los 50. El calendario se ha convertido en tobogán para hacer de los desplazamientos del Real Valladolid una serie de visitas amables, cuando no idílicas, como de folleto de agencia de viajes. Si la pifia de forma reiterada, es evidente que no merece subir.

Los seis desplazamientos de Liga que le restan al Real Valladolid son ante rivales de la mitad hacia abajo de la tabla y muy flojos en su casa, excepto el próximo, el Racing de Ferrol, que es décimo pero ha caído en barrena con tres empates en casa y tres derrotas fuera en sus últimos seis partidos. El conjunto verde es de todas formas difícil como local. Sólo el Oviedo ha ganado en A Malata, pero otros ocho rivales se han llevado un empate. Es el resultado más repetido en ese campo, pues el equipo de Cristóbal Parralo sólo ha ganado seis partidos en su feudo.

Sí, ya sé lo que está pensando: el Racing de Ferrol-Real Valladolid apesta a igualada.

Después de recibir a Éibar y Levante, el Pucela viaja a Cartagena, decimoséptimo en la tabla. En teoría, un chollo, pues el cuadro departamental es el peor local de Segunda (16 puntos en 15 partidos) y el que más encuentros ha perdido en casa: nueve, dos más que el siguiente en esta lista. De todas formas ha experimentado una notable mejoría desde que lo entrena Calero. Costará ganar.

Después el Real Valladolid recibe al Eldense, para visitar en la siguiente jornada al Amorebieta. El cuadro vasco es el colista y  el equipo que ha perdido esos siete encuentros en casa, luego de su derrota ayer contra el Leganés. Sin embargo ha mejorado y hasta este pinchazo llevaba cuatro partidos sin perder. En la memoria colectiva blanquivioleta figura además el  4-1 de hace dos temporadas, que hizo mucha pupa a los de Pacheta por el fondo pero sobre todo por la forma.

Tras jugar en Lezama, el Pucela hace de anfitrión con el Huesca y luego realiza un viaje corto para medirse al Mirandés. Los rojillos, decimosextos, han perdido cinco encuentros en casa, donde son capaces de lo mejor y lo peor, sin una línea continuista.

Después el Real Valladolid recibe al Espanyol, en un duelo por todo lo alto, para desplazarse de nuevo a una localidad cercana: Alcorcón. Los amarillos son vigésimos y, como el Mirandés, han  perdido cinco choques en casa. El cuadro madrileño es el peor local tras el Cartagena, con los mismos 16 puntos en 15 partidos.

En la penúltima jornada, los de Pezzolano reciben al Villarreal B, que  puede estar jugándose la salvación. Y despiden la Liga en Santa Cruz. El Tenerife es decimotercero y ha experimentado tal bajón tras pisar puestos altos que ya tiene muy difícil reenganchase a esta lucha. Ha perdido cuatro partidos en el Heliodoro Rodríguez pero ha ganado ocho. Es muy probable que en esa última jornada no se juegue nada.

El Pucela, si se cruzan los astros, tiene la posibilidad de cantar su ascenso en el mismo lugar en que lo hizo el Real Valladolid de Mendilibar en la temporada 06-07. Entonces lo hizo en abril, pero es que aquel Pucela era de otra galaxia. 

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