Diario de Valladolid

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El Real Valladolid, obligado de nuevo a escalar

Los blanquivioleta necesitan la victoria ante un Zaragoza en crisis para aproximarse a la zona de ascenso directo / Marcos André, Juric y Biuk, probables novedades en el once

Marcos André ejecuta el soberbio disparo lejano que supuso la victoria 0-1 en Oviedo.  REAL VALLADOLID

Marcos André ejecuta el soberbio disparo lejano que supuso la victoria 0-1 en Oviedo. REAL VALLADOLID

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Arturo Alvarado
Valladolid

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Esta Liga 23-24 es tan mediocre que  le ofrece al Real Valladolid más vidas que a un gato. En una temporada normal,  el equipo blanquivioleta habría dicho casi adiós al ascenso directo con estas cifras de 45 puntos y diez derrotas. En la actual puede hasta subir sin repesca, dado que el líder Leganés está a 5 puntos y el segundo, Éibar, a 4. Quedan nada menos que 39 por disputarse, por lo que todo es posible: desde dar un golpe de riñón y ganar el campeonato destacado, hasta flojear y caer en la galbana para quedar fuera de la promoción.

El problema es que los vaivenes del equipo blanquivioleta le cuestan vidas. Y aunque tenga más de siete, llegará un momento en que se le acaben. En Andorra gastó una de la forma más tonta, pero al menos Pezzolano por una vez aparcó las excusas para colocarse en el ojo del huracán. Fuese motu proprio o mediante recomendación del nuevo gerente Bruno Mazziotti (aún sin puesto en el organigrama de la web del club), lo cierto es que el uruguayo, aparcando la soberbia, dio el primer paso para una paz imprescindible con la grada durante el partido, tras la debacle andorrana.

El Real Valladolid lo afronta con las bajas del lesionado Moro y los sancionados De la Hoz y Sylla. Juric ocupará casi con toda seguridad la plaza del cántabro. La del senegalés parece adjudicada a Marcos André, con Negredo de posible repuesto, según las necesidades del partido. Si al brasileño se le da bien el día, habrá dado el sorpasso a Sylla, sin pólvora desde la jornada 14 pese a sus reiterados intentos de gol.

En los demás puestos no se perciben más variaciones que la vuelta de Biuk en lugar de Anuar. Un invento que nació de nalgas en Andorra y sobre todo un error de base y de concepto de equipo. Si hay que sacrificar una pieza importante en ataque para parar las acometidas del anteúltimo, que cambiaría a cualquier jugador blanquivioleta por cualquiera de los suyos, es que algo se ha comprendido al revés.

Pezzolano parece haber entendido (o le han hecho entender) que son los demás equipos los que deben estar pendientes del suyo. El posible once local de esta tarde es el formado por Masip en la portería; Luis Pérez, Tárrega, Boyomo y Rosa en la defensa; Juric y Monchu como mediocentros; Amath y Biuk en los extremos, con Meseguer de mediapunta y Marcos André arriba como delantero centro.

El míster perdió crédito tras la goleada al Oviedo a causa de la última y sonora derrota. El fuerte de su equipo es su comportamiento como local (cuarto mejor de la categoría) a diferencia del papel que ejerce como visitante (duodécimo mejor).

Por lo tanto, si hay un resbalón ante el cuadro maño puede reabrirse la caja de los truenos. La victoria daría oxígeno al técnico charrúa, pero su reválida está a domicilio. Las visitas a Ferrol, Cartagena, Amorebieta y Mirandés -siempre que el Pucela cumpla en casa y Pezzolano llegue en su puesto a estas citas- marcarán las posibilidades del Pucela de optar a un ascenso que nunca se producirá si a cada triunfo en Zorrilla le sucede un petardazo fuera.

Al uruguayo le queda al menos el consuelo de que el vallisoletano de crianza Julio Velázquez, su rival de hoy, está aún peor que él.

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