Gatillazo del Recoletas ante Huesca

Lo avisaba David Pisonero en la previa. Huesca ya sorprendió al recoletas la pasada campaña en Huerta del Rey. Un ‘dejá vù’ casi perfecto el Recoletas volvió a las andadas en el reinicio de la competición.

Su mala puesta en escena, tanto en la primera como en la segunda mitad, le obligó a ir a remolque para acabar sucumbiendo ante un Bada Huesca magistralmente dirigido por su letal central Miguel Malo, bien complementado con Cruz, para ganar un partido que se convirtió en un  lanzando una moneda al aire. Una moneda que acabó en cruz y no cara tras los últimos lanzamientos errados por Freitas.

 

El guión del Recoletas fue el mismo que en la primera vuelta. Responsabilidad total para los centrales con Freitas y Pisonero esta vez más frescos y lúcidos que Lima de cara a portería. Aún así el 0-3 inicial pareció ejercer de visionario de lo que después iba a suceder.

Huesca, con una poderosa primera línea marcó distancias obligando a remar y a desgastarse a un Recoletas en el que debutaba con buenas maneras el veterano portero chileno recuperado para la causa Pipe García cubriendo el vacío dejado por la prematura retirada de Lamariano. Sus ocho paradas sin embargo fueron insuficientes en un partido en el que su compañero César Pérez tampoco estuvo fino. Y sin una portería brillante cualquier rival, por menor que sea como era el caso, se hace grande como le ocurrió a un batallador y sobre todo disciplinado Bada Huesca, que un año después vuelve a pescar en río revuelto.

El Recoletas, que remó y remó hasta ponerse por delante al descenso (13-11) volvió a naufragar en la reanudación con otra pájara con un parcial de 2-7 que obligó de nuevo a un sobresfuerzo al equipo de Pisonero, que tuvo que solicitar tiempo muerto. El manido recurso de la defensa abierta con Camino de avanzado y los postes ayudaron al recoletas a meterse otra vez, como en la primera mitad, en el partido. Pero el daño estaba hecho y Miguel malo puso la puntilla.

Dura y también cruel. 26-27. Vuelta a las andadas tras un gatillazo inesperado en toda regla después de una pretemporada que hacía pensar en la recuperación total del equipo tras el mal final de la primera vuelta.