Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID

El Real Valladolid gana sin balón

Los blanquivioleta derrotan con una ventaja que pudo ser mayor al Andorra pese a contar con su menor porcentaje de posesión de la temporada: 25% / Montiel marcó un golazo de falta y Juric cerró el marcador

El portero andorrano Dani Martín repele el disparo del atacante blanquivioleta Iván Sánchez. LALIGA

El portero andorrano Dani Martín repele el disparo del atacante blanquivioleta Iván Sánchez. LALIGA

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Arturo Alavarado / Valladolid
Valladolid

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«Guardiola le hizo mucho mal al fútbol. Lo que hace parece tan sencillo que todo el mundo quiere copiarlo». La frase no es de un enemigo acérrimo del técnico del City ni de un defensor del Bordalás way of life o del patadón p´arriba y a correr.Es de Leo Messi, el futbolista de más calidad al que ha entrenado. El argentino, consciente de que la receta del míster es para unos pocos, incidía en la obstinación de equipos en jugar con su método sin tener la calidad individual y asociativa suficiente para ello.

O sea, el Andorra.

Los del Principado usan el tiki-taka sin saber cómo ejecutarlo, y colocaron en bandeja la victoria a un Real Valladolid que también hizo méritos para ella, pese a huevear en demasiados minutos de la segunda parte, aceptando un rol pasivo que a punto estuvo de pasarles mayor factura, si los visitantes no hubiesen fallado un penalti.

Nunca tendrá el Pucela menor posesión (25%) pero jamás le sacará mayor partido. Cuando no se es Miguel Ángel, mejor hacer un Mickey Mouse de pirograbado que intentar reproducir el David. 

El Pucela pudo sacar mucho mayor rédito del ataque loco andorrano, con constantes pérdidas de balón, pero se embolicó en las jugadas de ataque, sobre todo en la segunda parte, donde cada uno buscaba la acción individual en lugar de la asociativa, pasando al mejor colocado.

Aun así, siempre navegó con viento de popa. Montiel, la novedad en el once junto a Torres, marcó el 1-0 a los ocho minutos tras enviar a puerta una falta directa desde más de 20 metros. Dani pudo hacer algo más, pues no iba a la escuadra, pero fue un golazo.

El ex rayista se reveló como el agitador del partido. No sólo su golpeo en la falta fue mayestático, sino que intervino en las acciones de ataque, pidiendo el balón y sin achicarse. 

Después de un tiro de Bover cerca del palo y otro de Gil neutralizado por una mano de John, llegó el festival local. Escudero tiró escorado con  el balón perdiéndose a centímetros del poste y Sylla vio anulado un gol por un leve fuera de juego.

Luego de un doble remate rival tras saque de falta, en el que primero rechazó John y luego Escudero, llegó el 2-0. Montiel puso un balón tenso al área pequeña y Juric, en el segundo palo, remachó a gol. Era lo único que le faltaba al croata, capaz de despejar, robar, distribuir en corto y en largo, rematar de cabeza y también con el pie. El tanto llegó en un minuto estratégico, el 44.

Con el 2-0 y la racha de goles que encaja el Andorra a domicilio, parte de la húmeda grada esperaba goleada. No la hubo. Faltó esa clarividencia citada en los metros finales y también una idea más concreta de juego. Porque una cosa es esperar al rival y otra hundirse paulatinamente en defensa. Kenedy, Sylla, Iván y Anuar pudieron marcar, pero no fue su día. Tampoco el de Scheidler, que tiró alto un penalti tras dudosa mano de Henrique, pues él mismo le había desestabilizado. Era el minuto 96 y no hubo tiempo para más. 

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