Diario de Valladolid

BALONMANO / LIGA ASOBAL

Sonata a tres perfecta del Recoletas Atlético Valladolid

Los 'gladiadores azules' siguen de dulce y superan en otra melódica sinfonía en Huerta del Rey al BM Logroño La Rioja con Freitas, Pisonero Jr. y la defensa como instrumentos fundamentales / Los de Pisonero son cuartos en la Liga Asobal con 10 de 14 puntos posibles

Partido Recoletas Atlético Valladolid-BM Logroño de la  Liga Asobal

Partido Recoletas Atlético Valladolid-BM Logroño de la  Liga Asobal

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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¿Quién dijo miedo? En poco o más bien en nada se parece este Recoletas Atlético Valladolid que sufrió lo indecible el pasado año para sacar la temporada adelante. Pero la paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos dulces, muy dulces. Solo hacía falta un poco de tiempo y confianza, la que ha aportado con suma maestría David Pisonero en el campo y el presidente Mario Arranz desde los despachos, para ver que esquivando a las temidas lesiones, sin duda su gran caballo de batalla la pasada campaña, otro gallo cantaría.

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Y así es.  El Recoletas sigue de dulce. Temía el paso del complicado ‘Tourmalet’ en el exigente calendario y lo hace con tres victorias consecutivas de gran valor ante Torrelavega, Cuenca y ayer Logroño. Diez puntos para soñar y para pensar, sin duda y por fin en cotas mayores.  ¿Por qué no?

El duelo ante Logroño suponía  todo un reto para los de Pisonero. Y  lejos de desafinar volvió a tocar otra sonata casi perfecta. Una sonata a tres, con dos violines en manos de los melódicos Tarsicio Freitas y Alejandro Pisonero, letales en el 1x1 y en ese juego entre líneas en el que el Recoletas se crece, interpretando la melodía, y un tercer instrumento, de nuevo fundamental, la defensa, tocando el bajo continuo que bien podría hacer las veces de laúd. Una sintonía perfecta que volvió a enamorar a un público que parece recuperar su idilio con el buen balonmano a pesar de que se echa de menos un mayor sonido de viento desde la grada como antaño, como tiempo atrás.

El Recoletas, muy bien plantado en defensa con Dimitrievski, Rosell y Martínez Ayres marcando el territorio y la defensa colaborativa con su portero César Pérez, fue un incordio para un Logroño, quizás venido a menos o más bien cansado de piernas, que pecó de precipitación en demasiadas ocasiones, sobre todo en la primera mitad.

El poderío ofensivo que otorga la excelsa batería de centrales, con uno o dos jugando al mismo tiempo, con esa terna formada por Afonso Lima, Freitas y Pisonero Jr., sirvió primero para abrir la primera brecha en el marcador en el ecuador de la segunda mitad (20-17) y después para asegurar la victoria con un cómodo colchón de cuatro goles (23-19) jugando entre líneas, que supo aprovechar para noquear a uno de los gallitos de la categoría y para plantarse con 10 puntos de 14. Ver para creer. 

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