Vuelve Pezzolano y Amallah puede perderse lo que resta de temporada

Sin tiempo apenas para secarse las lágrimas provocadas por una derrota en Mestalla, que tal y como se produjo, ha escocido más de lo esperado y puede tener efectos muy negativos al resucitar a un rival directo como era el hasta entonces sonado Valencia, el Real Valladolid parece encomendarse a la mística que desprende su entrenador Pezzolano.

El entrenador uruguayo abandona la ‘pecera’ (uno de los palcos acristalados) donde ha tenido que ver los partidos por la sanción de dos partidos por la expulsión sufrida en La Cerámica, para volver al banquillo. El ‘efecto Pezzolano’, con esa efervescencia que transmite a pie de campo el uruguayo, se antoja como fundamental para que ‘su’ Real Valladolid vuelva a los automatismos de su debut y en La Cerámica hasta la expulsión. Porque con pinganillo o sin él, el banquillo blanquivioleta, huérfano pese al intento de Álvaro Rubio, le ha echado de menos en las correcciones sobre la marcha y sobre todo en la comunicación y en la motivación túa a tú con sus jugadores.

 

El resbalón en Mestalla, tras ponerse por delante a las primeras de cambio como ocurrió ante el Girona, obliga a reaccionar y a invocar a ese fútbol diferente al de Pacheta, de mayor presión, con un bloque de juego más alto y con mayor iniciativa e incidencia en el juego. Cierto es que el próximo rival, Atlético de Madrid, no es precisamente el mejor para ese obligado cambio de actitud donde el verse por delante le hizo retroceder hasta colgarse casi del larguero de su portería.

Uno de los grandes duelos del partido de mañana en Zorrilla (21.00 horas) estará en el banquillo. Pezzolano Vs Simeone. Dos entrenadores con muchas, muchas similitudes a la hora de interpretar los partidos (circulación de balón y presión tras pérdida) así como a la hora de gobernar y liderar los grupos,  donde el trabajo de diván acaba jugando  un papel determinante.

Si no ¿cómo se explica la mutación experimentada por el Real Valladolid tras el fulminante cese de Pacheta? De ahí la insistencia de Pezzolano, tras la derrota en Valencia (2-1) de limpiar la cabeza. «Hay que prepararse para lo que venga y estar fuerte de cabeza». No hay ninguna duda porque los tres próximos envites del Real Valladolid son de órdago (Atlético, Rayo y Sevilla), casualidad o no, todos en dinámica ascendente. Con 21 puntos  por jugarse Pezzolano y el Real Valladolid vuelven a hacer cuentas. Y por culpa de malvivir de las rentas en un partido. El colchón de seguridad con el vagón de descenso ha menguado hasta los cuatro puntos.