Diario de Valladolid

VALENCIA-REAL VALLADOLID (EL ANÁLISIS)

El duro peaje del Real Valladolid por malvivir de las rentas

El efecto Pezzolano se enfría por falta de ambición tras el regalo inicial del Valencia y... el tremendo error de Masip

Imagen del Valencia-Real Valladolid en Mestalla. / LALIGA

Imagen del Valencia-Real Valladolid en Mestalla. / LALIGA

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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... Y el maravilloso efecto Pezzolano que tantos elogios despertó tras su llegada al banquillo blanquivioleta se enfrió de forma cruel y hasta poco justificable en Valencia, ante un rival que con poco, muy poco, se llevó los tres puntos para abrir de nuevo la puerta de las dudas.

Porque tal y como comenzó el encuentro, con un regalo de Diakhaby que supo perfectamente aprovechar Larin cuando apenas se habían consumido cinco minutos de partido hizo pensar en ese bendito efecto que había transformado y despertado al equipo tras su llegada.  Pero lo peor que le pudo pasar a su equipo en Mestalla fue precisamente ponerse delante en el marcador tan pronto.

EL MUNDO

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Ese gol, pese a la incapacidad de leer el partido por parte de  Baraja, que parecía ayer más vallisoletano que valencianista,  con un planteamiento rácano cuando su equipo se está jugando la vida, le llevó al Real Valladolid, como hiciera ante el Girona y ante el Villarreal a colgarse  literalmente del travesaño. Incomprensiblemente el Real Valladolid, que comenzó el partido como un tiro, presionando la salida del balón de su rival e incluso manejando la posesión del balón se echó atrás cuando el miedo del Valencia y... la grada,  era más que palpable.

0-1 y se acabó. Así de claro.  El subconsciente jugó una mala pasada al Real Valladolid, que aunque es cierto que no le generaron grandes ocasiones por ese estado de ansiedad desbordado del Valencia,  sí que perdió su sitio sobre el terreno de juego. 

Porque como dice la Ley de Murphy ,  «si algo puede salir mal, saldrá mal». Primero, con las lesiones de Amallah (m.43) y El Yamiq (m.60) que modificaron el rendimiento defensivo del equipo y las ventanas de los cambios. Después, con el gol encajado tras un tremendo error de Masip, en un cabezazo blando de Diakhaby , al que caprichosamente el partido le regaló una oportunidad, que de forma incomprensible dejó pasar  el portero blanquivioleta creyendo que iba fuera. Craso error.  Posiblemente de infantiles y envenenado para perder tiempo. Porque no hay otra explicación. El empate activó aún más a un Valencia desorbitado en el que cada uno hacía la guerra por su cuenta y que se empeñó una y otra vez en centros laterales en busca de Cavani .

El empate también pareció contentar al Pucela, que tampoco supo ni quiso  dar un paso hacia adelante aunque tuviera en las botas de Fresneda  la oportunidad de meter el segundo gol en el  65 tras asistencia de Larin. Pero con dos disparos  entre los tres palos en 90 minutos poco se puede pedir. 

El partido parecía encaminarse al empate hasta que el recién incorporado Javi Guerra, con un disparo sin oposición (falló Plano al no seguirle), puso el definitivo 2-1 en el marcador. El gozo en un pozo.   Es lo que tiene vivir (malvivir) de las rentas.

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