Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID (LA CRÓNICA)

Hay vida fuera de casa para el Real Valladolid

Los blanquivioleta por fin ganan fuera de casa en 2022, tras un choque muy abierto y con escaso control / Toni abrió el marcador a los 15 segundos, Weissman acabó con su racha sin marcar y Anuar anotó el tanto del triunfo

Toni.

Toni.

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Arturo Alvarado
Valladolid

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Ver jugar al Real Valladolid es muy divertido... excepto si se es aficionado blanquivioleta. Por supuesto que este grupúsculo también se lo pasa bien, y más viniendo de un  trienio con dosis de cloroformo crecientes, pero el seguidor pucelano vive con el corazón  en un puño. No sabe si en el mismo minuto marca o le van a marcar. Si un contraataque es el preludio de otro inmediato del rival, o si cualquier balón perdido va a costar un gol. El equipo de Pacheta ha pasado de los marcadores cortos y los partidos con un reconocible eje vertebrador, a vivir a lo loco, a montar un toro mecánico en el que puede agotar el tiempo sentado en su lomo , de igual forma que ser proyectado contra el suelo nada más comenzar la doma.

Ayer tocó cara. Fue 2-3. Pudo ser 3-2, o 2-2, o 2-4, o vaya usted a saber. Lo cierto es que quien tiró al rival al pasto a las primeras de cambio fue el Real Valladolid. Mesa y Toni hicieron de Víctor y Llorente para fabricar un gol a los 15 segundos. El Cartagena ni tocó el balón. El pase del canario tras sacar el GPS y driblar rivales fue rematado de primeras por el murciano. Su tiro cruzado envió el balón a la red, pegado a la cepa del poste. Un gol dedicado a Nerea, su hija nacida esta semana.  

Otro equipo hubiese domado el partido a partir de esta ventaja. El Pucela de Pacheta, no. Su juego abierto fue inmediatamente correspondido por Mo Dauda, que remató dos veces entre los adormecidos centrales Era el minuto 3. Vuelta a empezar.

Como ocurrió ante el Girona, el Pucela hizo una media hora brillante y eficaz, con Sergio León  como compañero de Weissman arriba . Plano, en dos ocasiones, y Toni pudieron marcar. Pero, como en la pasada jornada, el rival fue tomando el control. Mo Dauda, Castro y Gastón pusieron a prueba a Masip. Y cuando el 2-1 parecía cercano, llegó una subida de Nacho, que hizo la pared con Toni. El lateral centró, Sergio León arrastró a su marcador y Weissman fusiló el 1-2 a los 33 minutos.

El partido no registró más movimiento reseñable hasta la segunda parte. El Pucela fue en ella cada vez más especulador y perdió numerosos balones. Le costaba atacar con orden pero aún más defender con él. El juego derivó en un toma y daca, más cerca del correcalles que de alternativas bien elaboradas. Y la enésima pérdida por echar el balón atrás costó el empate. Una jugada con cuatro pases sin que ningún blanquivioleta tocase el balón dejó el cuero franco para el remate de Mo Dauda, solo ante Masip.

E.M.

E.M.

Parecía que de nuevo se esfumaba una victoria, pero esta vez los cambios fueron  decisivos. Un excelente pase en profundidad de Monchu a Plano permitió la progresión de éste hasta dar un pase de gol a Anuar. El ceutí no falló y embocó, con el esférico pegado al poste. Era el minuto 83 y hubo tiempo para que el portero Martínez casi rematase a gol un córner, evitándolo Masip con su despeje, y que en la jugada siguiente Weissman subiese con el balón y, en vez de tirar a portería ante la ausencia del guardameta, decidiese perder la bola en regates.

 Al final era una noche para ganar de una vez fuera y se ganó. Pero montando así el toro mecánico, cualquier día el Pucela se estampa contra la pared, como el Coyote.

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