FÚTBOL / REAL VALLADOLID
La osadía del Real Valladolid ante el Atlético no tiene premio
La osadía de Sergio con una alineación revolucionaria de nueve cambios, incluido el portero, se queda sin premio pese a merecerlo / Una 'cantada' del portero suplente blanquivioleta, Caro, cuando el partido se encaminaba al 0-0 regala los tres puntos al Atlético en el Wanda con un gol de Vitolo en el minuto 80
El tabique que separa la sana autoconfianza de la insana arrogancia es realmente fino. Ayer el Real Valladolid, más osado que nunca, vio truncado un sueño, el mero hecho de cazar un punto en el Wanda Metropolitano, que parecía posible hasta el minuto 80. Su arriesgado planteamiento inicial, con hasta nueve cambios (portero incluido) en su alineación podían invitar al suicidio. Y más ante un Atlético extramotivado tras su goleada (0-5) en El Sadar tres días antes. Esa adrenalina subida de tono hizo que el equipo colchonero arreara de inicio percutiendo una y otra vez por su banda derecha creando dos ocasiones de gol (Morata de cabeza y Joao Félix desde fuera del área) en apenas seis minutos de juego.
Pero la confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito. ¿Quién dijo miedo? Posiblemente los resultados de sus más inmediatos perseguidores, empeñados en hundirse en el pozo, apoyó a Sergio en su arriesgada apuesta de hacer un once revolucionario, inaudito (nadie se hubiera imaginado hasta nueve cambios) y que podía hacer pensar que tiraba el partido de antemano pensando en el partido ante el Getafe del próximo martes. Nada más lejos de la realidad porque el Valladolid, en una primera mitad de continua ida y vuelta y jugada a velocidad de vértigo, mostró su ambición de salida con el intento de Waldo que obligó a Oblak a responder.
El equipo de Sergio, con ese once revolucionario en el que incluso dio entrada al portero suplente Caro, naufragó y sufrió atrás en la banda derecha donde Carnero y Javi Sánchez no conectaron y pagaron las malas basculaciones de Michel y Waldo, que ayudaron a que el Atlético apostara todo a esa banda con Trippier liberando una y otra vez a los laterales.
Pese a todo el Valladolid era ambicioso y lejos de bajar los brazos pese a la insistencia del Atlético con Joao Félix intentándolo desde fuera y con Llorente ejerciendo de malabarista, fue capaz de meter el miedo en el cuerpo al Cholo Simeone, que se desgañitaba desde la banda intentando corregir el balance defensivo.
El debutante Matheus, cedido por el Barça, mostró su clase aunque quedó retratado por su bajo fondo físico. De sus botas salió la ocasión más clara del Valladolid en un excelente galopada de Waldo y un desmarque sin balón de un inédito y ayer obtuso Guardiola. Pero la falta de físico le llevó a precipitarse ante Oblak. El Valladolid pese a sufrir atrás con las filtraciones de Lemar a Llorente era capaz de trenzar en ataque más pases que en los dos partidos jugados tras el confinamiento. Al descanso el empate a cero era un buen botín.
En la reanudación, el Real Valladolid cambió su semblante. Cierto es que corrigió con los cambios el agujero defensivo en su flanco derecho pero también renunció a su vértigo en ataque de la primera mitad. El Atlético, atascado en ataque y sin chispa, tuvo que esperar a un regalo. Ese regalo llegó con la fatal ‘cantada´ de Caro a la salida de un córner (m.80). Falló incomprensiblemente en el despeje (ya había cometido dos errores) y Vitolo remató solo para poner el 1-0. Cruel despertar. La confianza acabó en el principal despeñadero de un Real Valladolid que se la jugó a la desesperada ya sin tiempo.
https://www.youtube.com/watch?v=vJKbv8KqA9c