Diario de Valladolid

Real Valladolid | Análisis

Dos partes, dos mundos

El gran juego pucelano de la primera parte dio paso a un equipo en shock hasta el tramo final

El lateral blanquivioleta Raúl Carnero lamenta una oportunidad perdida. J.M. LOSTAU

El lateral blanquivioleta Raúl Carnero lamenta una oportunidad perdida. J.M. LOSTAU

Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

Creado:

Actualizado:

El fútbol está preñado de casos de hundimientos y resurrecciones en 90 minutos. Que se lo digan al Milan y al Liverpool de la final de la Champions de 2005. No fue tan acusado, pero el cambio experimentado por el Real Valladolid tras el descanso fue brutal. Y todo,  o casi, a causa de la táctica, de los movimientos de piezas. El fútbol se asemeja al ajedrez mucho más de lo que parece. La única gran diferencia es que sobre el tablero todas las piezas homólogas de blancas y negras cuentan con la misma calidad técnica.

Comenzó el Real Valladolid elaborando un fútbol excelso , con todo lo que atrae al espectador. Unió la brillantez con la solidez y la eficacia. Difícil pedir más cuando delante está un rival de mucha más calidad individual. Sólo cabe recordar que Ünal, la pieza más brillante del ataque pucelano , es un descarte del Villarreal.

Con el Pucela defendiendo en bloque medio, como en Palma, el equipo estuvo más unido y dejó menos huecos. Jugaron los mismos que ganaron al Mallorca, con la excepción obligada de la entrada de Sandro por el tocado Guardiola.

La orquesta sonó mejor que nunca gracias a esfuerzo solidario. Desmarques, cambios de juego, ofrecimientos para apoyos en corto, ayudas defensivas y, sobre todo, la presencia de más jugadores en ataque de lo habitua l, como ocurrió en la isla, propiciaron los que pueden ser mejores minutos del Pucela en la temporada. El Villarreal , que cambió su habitual  4-1-4-1 al 4-4-2 , no podía parar las rápidas acometidas locales, al  tiempo que apenas percutían ante su anticipativa defensa. Hubo un gol bien anulado, un golazo y un no gol en un mano a mano, de los que el fallo es imperdonable.

Míchel dirigía bien, Alcaraz pisaba ambas áreas, Ünal trabajaba al estilo estajanovista, Sandro también, pero con poco contacto con el balón, y Plano y Toni apoyaban y subían, sobre todo el primero. En los últimos minutos el Real Valladolid transigió con un arriesgado toma y daca, viéndose fuerte y olvidando el potencial enemigo. Luego se amplió la dinámica.

Tras el descanso llegó la debacle. Un simple movimiento de Calleja poblando con cinco efectivos su medular sembró el pánico en el Pucela sin que apareciesen el manual de instrucciones o el libro de reparaciones. Durante muchos minutos no sólo se coqueteó con el empate que acabó llegando, sino con la derrota . El Pucela estaba hundido, superado en cantidad y calidad en una medular convertida en pasillo amarillo e incapaz de construir. Míchel ya sólo estaba en cuerpo.

Los levantinos pudieron rematar al moribundo pero la salida de Miguel rescató el toma y daca. Peligroso, pero menos que sólo el toma. Más que empate, hubo tablas.

tracking