Divorcio en la FBCyL

Marejada a fuerte marejada. Era una cuestión de tiempo. La Federación de Baloncesto de Castilla y León pierde la tranquilidad, la aparente tranquilidad, en la que parecía estar asentado. La dimisión de su actual vicepresidente primero, el vallisoletano Óscar Castañeda, no hace sino destapar la caja de Pandora. Las desavenencias de Castañeda con el presidente Carlos Sainz llevó a la decisión de abandonar el cargo presentando su dimisión con motivo de la última reunión de la junta directiva celebrada en Íscar hace unos días.

El adiós de Óscar Castañeda abre un gran interrogante en la Federación de cara al futuro inmediato dado que el próximo año habrá elecciones a la presidencia. Y es que el vallisoletano, que también ocupa el cargo de presidente de la Asociación de Entrenadores de Castilla y León, podría convertirse en rival directo del que ha sido compañero de viaje durante casi dos décadas, aunque como vicepresidente desde hace dos años.

Óscar Castañeda reconocía ayer a este periódico que la relación con el burgalés Carlos Sainz, presidente de la FBCyL desde hace casi un cuarto de siglo, se había deteriorado mucho. «Llega un momento en el que hay que decir basta y no puede ser. No se puede estar siempre tapando agujeros... Lo he dejado con tranquilidad», asegura.

El ya ex vicepresidente no ve con malos ojos acceder a la presidencia tras la desconfianza mostrada por Carlos Sainz. «Queda mucho tiempo porque es el presidente el que tiene que convocar elecciones y tiene todo el año 2020, año olímpico, para hacerlo. Pero si cuento con el apoyo de Valladolid tiro para adelante. Hace cuatro años ya se me ofreció ser el relevo de Carlos Sainz y no quise ir en contra del presidente pero esto ahora ha dado un giro importante», mencionó sin decir que doce años atrás, viendo los encontronazos del presidente con otras personas ligadas al baloncesto de la Comunidad, también se le planteó la posibilidad de presentarse a la presidencia como oposición a Sainz.

Carlos Sainz, en el sillón desde hace seis legislaturas tras ganar las elecciones al también burgalés Luis Arnaiz en los 90 y con un parón de una legislatura (ficticio y obligado por la ley ya que estuvo en la sombra con el también burgalés Alberto Gutiérrez), deberá decidir ahora tras la fractura existente en la directiva de la FBCyL , si abandona, si se vuelve a presentar o si apoya a otro candidato diferente a Castañeda.