Un equipo que invita a soñar

Soñar es la actividad estética más antigua. A una semana vista del debut liguero ante Marín, el Carramimbre Ciudad de Valladolid volvió a demostrar su hambre. Y lo hizo sin miedo ante un San Pablo Burgos no solo con galones ACB sino reforzado línea por línea de cara a su debut este año en Europa.

Poco o nada importó que el conjunto de Hugo López no pudiera contar con su base Mike Torres, lesionado, porque este equipo no se esconde en ningún momento. Su carácter competitivo, desde el primer hombre hasta su último jugador de banquillo, ayer el joven David Fernández, le hizo competir ante un rival muy superior en centímetros con hasta seis jugadores por encima de los 2,04 metros.

Pero la raza de este equipo no tiene límites como se demostró ayer ante un rival de categoría superior. Este Carramimbre no escatima esfuerzos. Hugo López ha conseguido que todo el equipo se sienta útil. El frío Leimanis, en su mejor versión de la pretemporada sobre todo en una primera mitad excelsa con 13 puntos, tres triples y dos asistencias, llevó las riendas del encuentro para mantener a su equipo vivo ante un San Pablo Burgos con dinamita en sus manos. Los seis triples de los burgaleses en el primer cuarto elevaron su ventaja hasta los 10 puntos tras un parcial de 13-0.

El 19-9 en el minuto 6 hacía presagiar que la lógica no daría ninguna oportunidad al deseo de los vallisoletanos. Craso error. La capacidad de sacrificio del Carramimbre le otorga a su entrenador muchas rotaciones sin que el rendimiento disminuya. El equipo nunca se descompone y no solo logró sobrevivir al descanso ante el caudal ofensivo del San Pablo (46-40) si no que se permitido el lujo de subirse a las barbas del equipo de Joan Peñarroya colocándose a un punto a tres minutos para llegar al final del tercer cuarto (55-54).

El partido, apretado y posiblemente no contemplado por el San Pablo, acabó calentando a Joan Peñarroya cuyas protestas reiteradas le llevaron a ser sancionado con una técnica, que marcó paradójicamente un antes y un después.

La osada lucha de los vallisoletanos llegaba a su fin con una técnica a Leimanis. El 68-63 se convirtió en el último reducto de oposición del Carramimbre. San Pablo abrió gracias a su superioridad física ya una puerta imposible de cerrar por el conjunto de Hugo López que acabó con la lengua fuera pero sin bajar los brazos (86-72). La Copa se escapó pero el conjunto de Hugo López dejó claro que si se empeña en soñar, se empeña en aventar la llama de su nueva vida en la LEB-Oro.

HUGO LÓPEZ: «ES UN BUEN TEST PATA PONERNOS UNA REALIDAD». El técnico del Carramimbre se mostró satisfecho. «Hemos podido competir hasta que las fuerzas nos han llegado. Hay cosas todavía por pulir pero es un buen test para ponernos una realidad ante un rival que nos ha exigido un físico que hasta ahora no habíamos sufrido. Estoy contento de la respuesta del equipo», indicó Hugo López.