Diario de Valladolid

Una parrillada bajo lupa

La Policía sospecha que la fiesta de cumpleaños del hijo de Óscar Plano fue el punto de encuentro en el que varios jugadores se repartieron el dinero de la prima por el amaño del partido

Raúl Bravo y Borja Fernández posan juntos durante su etapa como compañeros en el Real Madrid Castilla.-MARCA

Raúl Bravo y Borja Fernández posan juntos durante su etapa como compañeros en el Real Madrid Castilla.-MARCA

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Guillermo Sanz

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El caso Oikos ha sacudido al fútbol español y con él a Borja Fernández. El ya exjugador del Real Valladolid ha visto cómo su nombre aparecía, pocos días después de anunciar su retirada de los terrenos de juego, en una operación con 21 detenidos por amañar partidos que ayer vivió una maratoniana jornada de declaraciones en el Palacio de Justicia de Huesca.

La investigación de laPolicía Nacional ha extendido su red de sospechas y en ella no está sólo el excentrocampista delRealValladolid. Según informó La 8 Valladolid, los investigadores habrían puesto su lupa sobre una parrillada celebrada dos días después del final de la temporada en la que participaron varios de los jugadores de la primera plantilla.

La Policía sospecha que la celebración del cumpleaños del hijo de Óscar Plano no fue sólo un acto social. La investigación cree que la parrillada fue el momento en el que supuestamente, varios jugadores implicados en el presunto amaño del Real Valladolid-Valencia se repartieron la prima conseguida por el partido, según el periodista Manuel Centeno. Esta teoría puesta sobre la mesa fue desmentida por el propio Borja que negó que la reunión tuviera más propósito que la celebración del cumpleaños del hijo de su compañero de equipo.

La reunión de los futbolistas (en la que participaron varios de los pesos pesados del vestuario blanquivioleta) tuvo lugar en el domicilio de Keko Gontán. Ése fue el motivo por el que el centrocampista madrileño acudió a declarar el pasado miércoles ante el juez en calidad de testigo. Momento en el que negó la acusación y mostró su deseo de esclarecer la situación.

La instrucción de la trama quiere conocer la opinión de varios jugadores del Real Valladolid para saber si hay pruebas de amaño en el partido investigado por la Policía y para decretar la inocencia o culpabilidad de Borja Fernández, acusado por un presunto delito de corrupción en el deporte y otro de cooperador necesario en un delito de estafa.

El jugador, que ayer quedó en libertad provisional con cargos (con una fianza de 50.000 euros), declaró ante el juez Ángel de Pedro durante 40 minutos bajo secreto de sumario. En ese tiempo también fue cuestionado por la reunión que mantuvo 48 horas antes del partido con el presunto cabecilla de una organización criminal de amaño de partidos: Raúl Bravo.

Apenas 48 horas antes de que comenzara el Real Valladolid-Valencia, foco de la investigación, Borja Fernández se reunió con su excompañero del Castilla en el céntrico Bar Corinto de la capital; una reunión concertada vía Whatsapp que despertó las alarmas en la investigación.

Tras ser detenido en su domicilio de Valladolid el pasado martes y ser trasladado a Madrid, el gallego declaró en la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional. El ex del RealValladolid reconoció el encuentro con Raúl Bravo y aseguró que la cita respondía a que su excompañero se desplazó hasta Valladolid para pedirle ayuda de cara a poder hacerse un hueco como técnico en alguno de los filiales del Real Valladolid después de sacarse el título de entrenador; una versión que remarcó ayer ante el juez.

La reunión del Corinto fue la segunda ocasión que ambos se veían en persona desde que comenzara el año. La primera, en enero, en la que Bravo le solicitó a Borja que le pusiera en contacto con el director deportivo del club con el propósito de entrenar.

BRAVO A ARANDA: «Tranquilo, que Borja nos lo arregla»

Uno de los movimientos que puso el nombre de Borja Fernández encima de la mesa de la operación Oikos fue uno de los pinchazos telefónicos que la Policía Nacional llevaba realizando desde hace varios meses, siguiendo la pista de los presuntos cabecillas de la organización encargada del amaño de partidos.

El exjugador del Real Valladolid fue trasladado a Madrid la tarde del martes después de las escuchas telefónicas. Uno de esos pinchazos encendió el radar de la Policía Nacional cuando el nombre de Borja Fernández entró en una conversación mantenida entre Raúl Bravo y Carlos Aranda, dos de los presuntos cabecillas de la trama.

En la misma, Bravo se dirigió al exdelantero en los siguientes términos: «Tranquilo, que Borja nos lo arregla», unas palabras que desveló Deportes Cuatro en su informativo después de acceder a parte de la información del caso, bajo secreto de sumario. Este extracto da lugar a múltiples interpretaciones, pero fue uno de los puntos que empujó a Borja al centro de la diana.

Precisamente los dos jugadores (que coincidieron con Borja en el filial del Real Madrid) fueron los únicos que ayer se acogieron a su derecho de no declarar ante el juez que instruye la causa. Los dos presuntos líderes (investigados por presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa) pasaron la noche en la cárcel. El juez decretó tanto para Aranda como para Bravo prisión condicional, eludible con una fianza de 100.000 euros, la más alta impuesta por el tribunal.

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