El rey destronado

Los jueces de la Vuelta Ciclista a Castilla y León descalificaron al burgalés Carlos Barbero (Movistar) por una maniobra irregular en el sprint de la meta de Castrojeriz, por lo que la victoria final en la primera etapa fue para el corredor italiano Davide Cimolai (Israel Cycling Academy), por delante de Enrique Sanz Unzue (Euskadi-Murias) y de Jerome Cousin(Total Direct Energie), informa Ical.

Tras visionar en repetidas ocasiones los metros finales de la etapa, los jueces consideraron que Barbero se cruzó de forma irregular en la trayectoria de Enrique Sanz. La decisión finalmente tomada relega al burgalés al quinto puesto en la etapa -último del grupo de escapados que se jugaron la victoria final- pero en la general se le sitúa en la décima posición al conllevar la sanción una penalización añadida de tiempo, según confirmó la organización. El presidente del Club Ciclista Cadalsa, organizador de la Vuelta, y director general de la carrera, Laudelino Cubino, aseguró que se trata de una interpretación de los jueces, mientras que Barbero, que no podía ocultar su enfado, aseguró que el cambio de trayectoria en el sprint estuvo provocado por el viento.

Marcada por el fuerte viento y la lluvia que acompañó al pelotón desde el inicio de una jornada de 181 kilómetros, que arrancó en Belorado, la primera escapada de la etapa se formó en el kilómetro 16 y estuvo integrada por Jaume Sureda (Burgos BH), Omar Mendoza (Manzana-Postobon), Jose V. Toribio (Matrix Powertag) y Bruno Silva (Efapel). En el kilómetro 36 los escapados, a los que se había unido Álvaro Trueba (Sporting-Tavira), disponían de una ventaja que rondaba los cinco minutos.

Por el Alto de Valmala, de segunda categoría y primera dificultad montañosa de la carrera, Jaume Sureda coronó en cabeza por delante de Bruno Silva. La carrera se fue tensando y a la altura de kilómetro 46, antes de la meta volante de Atapuerca, por la que también pasó en primer lugar Sureda, el pelotón se rompió en tres grupos.

A 70 kilómetros de la meta, con el viento de cara y con la lluvia como testigo, el Movistar tomó el mando de un grupo integrado por unos cincuenta corredores. A 14 kilómetros del final comenzaron los intentos de fuga hasta que a cuatro kilómetros de meta se formó una escapada con diez corredores entre los que se encontraba Carlos Barbero y otros tres compañeros suyos del Movistar para afrontar la llegada al sprint.