Diario de Valladolid

BOXEO

Profesional del golpeo

El púgil vallisoletano Salvi Jiménez aparca el sueño olímpico y cierra su etapa amateur tras 90 peleas para preparar su debut como ‘pro’ / El estreno, en Bilbao el 2 de febrero

El púgil Salvi Jiménez posa en el ring de La Campiña.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

El púgil Salvi Jiménez posa en el ring de La Campiña.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

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Guillermo Sanz

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El hambre de Salvador Jiménez es voraz cuando sube las escaleras de acceso al cuadrilátero y el sonido de la campana se convierte en la mecha que prende la dinamita que esconde dentro de sus guantes. Este espíritu ha alimentado al boxeador lo suficiente para levantarse después de que los cambios en los pesos hicieran que el sueño olímpico besara la lona. Salvi se ha puesto rápido en pie para mirar por otra ventana y observar las vistas del profesionalismo, dominios que desde ahora quiere reclamar como suyos.

La llama olímpica se ha apagado para el vallisoletano antes de prenderla. Tokio 2020 ya es un tachón en su agenda. Los cambios en los pesos, en los que desaparecen los 60 kilos (donde reina en España) hacen que los 57 o los 63 sean una invitación a abandonar el amateurismo. «Estoy un poco decepcionado, la vedad, pero ha surgido así. Yo siempre he dicho que mi objetivo es ser campeón del mundo, ya sea en amateur o en profesional», subraya.

La bomba la soltó Salvi Jiménez tras ganar en Tenerife, sede de la primera jornada de la Liga Marathonbet, a Anthony Lee Selby. Había firmado con la promotora vasca MGZ, despidiéndose por todo lo alto de su trono sobre el ring amateur, que abandona después de 85 victorias en 90 combates y con seis medallas de oro nacionales (cuatro individuales y dos por equipos) como galones en su chaqueta. A pesar que desde Río 2016 los púgiles profesionales con menos de 15 peleas pueden entrar en la terna olímpica, los pesos han sido el freno al sueño internacional y el acelerador al salto profesional, en el que debutará el 2 de febrero en el Winter on Fire que acogerá el Frontón de Miribilla de Bilbao.

El nicaraguense Reinaldo Mora, un «boxeador muy experimentado que se ha peleado en Las Vegas»-como le analiza el vallisoletano- será la primera piedra de toque en un año de debut en el que le esperan 6 o 7 combates más. Sobre este nuevo escenario, Salvi Jimenez tendrá que aprenderse un nuevo guión:

«Los entrenamientos serán diferentes. La explosividad va a seguir estando, pero ahora en vez de lanzar 150 manos por combate lanzaré 50; tendré que hacer un trabajo más técnico», explica. Un entrenamiento que realizará entre Valladolid, con su mentor Domingo Rodríguez, y Bilbao, donde se pondrá a las órdenes de Txutxi del Valle en el Mampo Gym, donde ya estuvo hace pocos días guanteando con Antonio Gago.

El vallisoletano afronta con ilusión este nuevo reto. «Que se preparen, que viene Salvi», bromea el púgil que reconoce que algo de nervios sí que viven dentro de él con el debut a pocas semanas vista: «Un poco de nervios sí que tengo, pero pasar a profesional me va a venir bien al ser un pegador. Estoy convencido de que voy a conseguir más cosas que en amateur», asegura.

Salvi Jiménez quiere ‘reciclar’ en el campo del profesionalismo (donde comenzará con peleas de cuatro asaltos) todo el trabajo que realizó con los Juegos Olímpicos en mente: «Yo lo dije, tengo que vivir de esto y tengo que darle caña. Si he trabajado tanto que sea por algo», subraya el campeón de España.

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