Diario de Valladolid

El Aula recupera para su causa a la olímpica Paloma Arranz

La histórica jugadora vallisoletana que abrió a finales de los años 80 la puerta del profesionalismo coordinará los equipos de base femeninos del club

Paloma Arranz, con la camiseta del Universitario a finales de los 80.-EL MUNDO

Paloma Arranz, con la camiseta del Universitario a finales de los 80.-EL MUNDO

Publicado por
Guillermo Velasco
Valladolid

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Ella rompió un tabú.Ella cambio la historia para abrir una puerta cerrada a cal y canto como era poder vivir del balonmano, del balonmano femenino. Ella fue capaz de convertirse en todo un icono del deporte vallisoletano como también lo fueron Pilar Fernández de Valderrama, Miriam Blasco o Julia Merino, por poner unos ejemplos. Y lo hizo en un momento, en los años 80, en los que el deporte femenino apenas tenía apoyos ni siquiera incidencia mediática, con todo lo que ello supone. Paloma Arranz, junto a su compañera de equipo Blanca Martín Calero, abanderaron y fueron iconos a finales de los años 80 del deporte femenino vallisoletano.

Pero el destino ha querido que el balonmano recupere para la causa, la causa del balonmano femenino, a Paloma Arranz, la jugadora que fue capaz de colgarse dos medallas de bronce con España en unos Juegos del Mediterráneo (1991 y 1993) y ser séptima en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Una jugadora salida de la prolífera escuela de La Enseñanza, con Carlos Colmenero como ideólogo, que llegó a la cima de puntillas y sin hacer ruido, para deslumbrar primero en casa, en las filas de aquel inolvidable Universitario de Valladolid que llegó a disputar una final de la Copa de la Reina en 1990, y después fuera, en las filas de grandes del balonmano femenino español como Mades o Iber Valencia, Bidebieta, Burgos...

Paloma Arranz, metida de lleno en el mundo de la hostelería como cocinera y empresaria en los últimos años, hace un alto en su camino para regresar al mundo que la encumbró y la llevó a vivir del balonmano hace más de 25 años. El BMAula recupera para su causa a la olímpica vallisoletana.

«¿Por qué he vuelto? Primero porque ahora dispongo de más tiempo libre después de muchos años de duro trabajo. Y después porque me sigue gustando el balonmano, del que tanto he disfrutado. Sigo vinculada en cierto modo al balonmano porque mi hijo y mis tres sobrinos, casualidad o no, juegan al balonmano. He aceptado coordinar los equipos femeninos de base del BMAula. Intentaré aconsejar y que no les falte de nada.Me hace mucha ilusión poder ser útil al BMAula. El balonmano femenino, aunque ha mejorado con respecto a antaño, sigue siendo un deporte minoritario por su poca inversión económica».

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