FÚTBOL / REAL VALLADOLID
Luis César, crédito hasta Navidad
Los tres partidos que restan para concluir 2017 marcarán el futuro del técnico / De persistir la actual dinámica, será destituido
Luis César cuenta aún con crédito en el Real Valladolid, pero no es ilimitado. De no mediar una debacle de proporciones casi bíblicas, el entrenador aguantará en el banquillo, incluso perdiendo, los tres partidos que se disputan antes de Navidad y que son los que restan para acabar el año: Albacete, Lorca y Zaragoza.
El primero se disputa fuera. Los otros dos, en casa. Si acontecen tres reveses seguidos, siendo los dos últimos en Zorrilla, y sumados a los que se arrastran en las ocho jornadas anteriores, supondrían motivos suficientes para que se produjese la destitución. Eso al menos es lo que se respira en las oficinas de la avenida del Mundial 82.
Parte de la afición se ha alzado contra la continuidad del entrenador a causa de los últimos malos resultados. La remontada del Numancia y la inacción en el banquillo para detenerla ha sido el detonante para que los seguidores de la línea crítica hayan salido a la superficie con toda su fuerza, si bien tampoco se manifestaron de forma masiva en Zorrilla con pitos o abucheos. Tampoco se vieron pañuelos, aunque gran parte del público comenzó a desfilar tras el tercer gol numantino.
Sin embargo en Zorrilla no están por la destitución. De momento. Lo que se pretende es un cambio de libreto. La continuidad de Luis César pasa por los resultados, pero se entiende que estos cuentan con más posibilidades de ser positivos con un estilo de juego que no potencie y castigue tanto los errores defensivos.
Nadie le va a decir a Luis César cómo tiene que jugar, ya que sería una intromisión en su faceta de entrenador, pero sabe que su futuro no será el mismo si en estos tres partidos le va mal jugando como siempre, o intentando otro estilo, como la formación 4-3-3 que deparó una buena primera parte ante el Numancia.
De su permeabilidad o cabezonería dependerá también en buena parte su porvenir en el banquillo pucelano, pues con su actual esquema 4-2-3-1, que parte al equipo en dos, se esta mostrando incapaz de contener la hemorragia defensiva. 28 goles en contra, en 17 partidos, son inasumibles para un aspirante a ocupar alguno de los seis primeros puestos.
Otro punto invita a prolongar la relación de Luis César con el Real Valladolid. Este año el mercado no presenta entrenadores de ciertas garantías a priori para lo que se le exige al Real Valladolid. Hay nombres de técnicos vacantes que se salen totalmente de presupuesto, como Javi Gracia y Óscar García Junyent. Y otros más asequibles no acaban de convencer.
Pero si el Real Valladolid sigue en picado, el relevo para que el banquillo cambie de inquilino en 2018 está garantizado. Por ahora impera la paciencia. Ejemplos como el Cádiz, que pasó de ser líder a 16º en la duodécima jornada y resurgió nada más renovar a Álvaro Cervera, hasta ser ahora tercero, sirven de ejemplo para pensar que la espera es lo mejor que puede hacerse por el momento. Espera, y cambio de libreto.Luis César cuenta aún con crédito en el Real Valladolid, pero no es ilimitado. De no mediar una debacle de proporciones casi bíblicas, el entrenador aguantará en el banquillo, incluso perdiendo, los tres partidos que se disputan antes de Navidad y que son los que restan para acabar el año: Albacete, Lorca y Zaragoza.
El primero se disputa fuera. Los otros dos, en casa. Si acontecen tres reveses seguidos, siendo los dos últimos en Zorrilla, y sumados a los que se arrastran en las ocho jornadas anteriores, supondrían motivos suficientes para que se produjese la destitución. Eso al menos es lo que se respira en las oficinas de la avenida del Mundial 82.
Parte de la afición se ha alzado contra la continuidad del entrenador a causa de los últimos malos resultados. La remontada del Numancia y la inacción en el banquillo para detenerla ha sido el detonante para que los seguidores de la línea crítica hayan salido a la superficie con toda su fuerza, si bien tampoco se manifestaron de forma masiva en Zorrilla con pitos o abucheos. Tampoco se vieron pañuelos, aunque gran parte del público comenzó a desfilar tras el tercer gol numantino.
Sin embargo en Zorrilla no están por la destitución. De momento. Lo que se pretende es un cambio de libreto. La continuidad de Luis César pasa por los resultados, pero se entiende que estos cuentan con más posibilidades de ser positivos con un estilo de juego que no potencie y castigue tanto los errores defensivos.
Nadie le va a decir a Luis César cómo tiene que jugar, ya que sería una intromisión en su faceta de entrenador, pero sabe que su futuro no será el mismo si en estos tres partidos le va mal jugando como siempre, o intentando otro estilo, como la formación 4-3-3 que deparó una buena primera parte ante el Numancia.
De su permeabilidad o cabezonería dependerá también en buena parte su porvenir en el banquillo pucelano, pues con su actual esquema 4-2-3-1, que parte al equipo en dos, se esta mostrando incapaz de contener la hemorragia defensiva. 28 goles en contra, en 17 partidos, son inasumibles para un aspirante a ocupar alguno de los seis primeros puestos.
Otro punto invita a prolongar la relación de Luis César con el Real Valladolid. Este año el mercado no presenta entrenadores de ciertas garantías a priori para lo que se le exige al Real Valladolid. Hay nombres de técnicos vacantes que se salen totalmente de presupuesto, como Javi Gracia y Óscar García Junyent. Y otros más asequibles no acaban de convencer.
Pero si el Real Valladolid sigue en picado, el relevo para que el banquillo cambie de inquilino en 2018 está garantizado. Por ahora impera la paciencia. Ejemplos como el Cádiz, que pasó de ser líder a 16º en la duodécima jornada y resurgió nada más renovar a Álvaro Cervera, hasta ser ahora tercero, sirven de ejemplo para pensar que la espera es lo mejor que puede hacerse por el momento. Espera, y cambio de libreto.
Problemas El 10º al que más rematan pero el segundo más goleado
Una estadística publicada por Roberto Bayón en Twitter ilustra la debilidad defensiva del Real Valladolid. No le llegan mucho, pero cuando ocurre, le hacen pupa. Lo que todos ven en la grada se confirma con las cifras.
El de Luis César es el décimo equipo al que más han rematado a portería (68 veces) en esas 17 jornadas, pero es sin embargo el segundo más goleado (28). Es decir, las llegadas son letales para él. Por contra, es el equipo más rematador de la Liga (95) y el que mejor diferencia entre remates a favor y en contra presenta (27). Los números lo clavan.