Europa, más luces que sombras

Hermi El Salvador, el conjunto español que puede presumir de tener una mayor experiencia en partidos continentales, ya ha cerrado su participación europea, que en realidad se tradujo en un doble partido ante equipos italianos. En el choque disputado en enero en el campo del Viadana, los pucelanos cayeron por un marcador de 36-7, mientras que el pasado sábado perdió en Pepe Rojo ante el Calvisano, actual campeón de la competición transalpina, por un marcador más amplio de 12-62.

«Estos dos partidos nos van a influir para bien a la hora de preparar los dos meses que nos quedan en la competición española», señaló al final del último partido el técnico colegial Juan Carlos Pérez.

«Este tipo de encuentros te hacen mejorar, porque te obligan a recolocarte muy rápido en defensa y, en una Liga como la española que es más lenta, se puede notar. Considero que, tanto para el equipo como para el club, es muy positiva la experiencia de poder jugar en Europa», apunta el entrenador blanquinegro.

Las palabras del entrenador son suficientemente elocuentes. Aunque haya sido con dos derrotas, lo cierto es que la participación continental ha sido un acicate para jugadores, directivos y aficionados, con la motivación de poder enfrentarse a equipos que se encuentran en un escalón por encima del rugby español, como sucede con los conjuntos italianos sobre todo en el aspecto físico, pero sin existir esa diferencia tan abrumadora que existe con ingleses y franceses.

Una experiencia que parece interesante para el futuro, sobre todo si incluye más partidos y se repite contra equipos como italianos, rusos o portugueses, de un nivel más parecido al actual que exhibe el oval español.

Entre las sombras que ha encontrado esta participación europea del Hermi, hay que situar la propia estructura de la competición, de la que el Hermi ha resultado claramente perjudicado.

El calendario de este torneo de calificación para la Challenge Cup de la próxima temporada no ha sido nada benigno. Para empezar, el club blanquinegro ha tenido que esperar más de dos meses para disputar el segundo encuentro de una competición realmente corta, después del primer partido que disputó en tierras italianas ante el Viadana.

La razón hay que buscarla en el hecho de que se suspendiera el torneo en el mes de septiembre y se decidiera retomar más tarde, buscando las fechas del calendario europeo que estaban fijadas para los partidos de clubes.

Además, la mala suerte ha querido que el partido que ha jugado el Hermi en casa coincidiera con la Semana Santa, lo que provocó que muchos aficionados del club blanquinegro estuvieran fuera de Valladolid en esas fechas.

Para colmo, la European Professional Club Rugby, asociación de clubes continentales que organiza este torneo, fijó que el partido se debía disputar en jornada de sábado, en medio de los días festivos de Semana Santa y en un día que tiene por tradición menos asistencia de público en Pepe Rojo. Y todo ello se notó en la grada, pese a la buena temperatura.