El Teatro de Calle de Valladolid hace del mundo un teatro jugando con los espectadores
Con propuestas íntimas o masivas, cautiva la atención con montajes físicos y arriesgados, o buscando la poesía en encuentros imposibles
‘El mundo entero es un teatro, y todos los hombres y mujeres simplemente comediantes’, decía Shakespeare en Como gustéis . La sombra del bardo se dejaba ver ayer, de forma nítida o sugerida, en algunas de las propuestas de la segunda jornada del 23 Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid.
A su manera, la suiza Panorama Kino Theatre y los catalanes Laitrum Teatre y Toti Toronell invocaban al inglés con dos montajes que jugaban con el espectador. La primera, con el estreno de Pucelarama, levantaba en la calle Santiago una suerte de cine móvil, capaz de girar 360 grados, para convertir las calles en un disparatado escenario lleno de figurantes –no pudo, eso sí, incorporar a su historia la manifestación que obligó a retrasar uno de sus pases–.
Frente al ‘Panorama’ de la suiza, que albergaba a una veintena de espectadores en su interior, los catalanes levantaban en la Casa Zorrilla un puñado de teatrillos. Los ciudadanos, de tres en tres, se convertían en espectadores y actores. Con botellas, copas, martillos o destornilladores que ellos mismos manejaban se iban desplegando microescenas de Macbeth, Hamlet o Romeo y Julieta. No faltaban ni las palomitas.
Es lo que tiene el TAC, que cautiva la mirada con propuestas íntimas, con enfoques distintos. Algunas buscaban conectar por medio de la palabra, de la narración, como Estefanía de Paz en Poniente, evocando la historia de La reina del Arga ante un público variado –muchos escolares podían encontrarse ayer disfrutando del TAC– que buscaba el sol y la sombra para seguir su relato pausado. Otros lo hacían a través del riesgo, buscando el asombro con sus proezas físicas, como los franceses Lézards Bleus y su Lignes de vie en el exterior del Museo de la Ciencia.
Si los de Lézards Bleus enfrentaron su cuerpo contra la gravedad y la arquitectura, los catalanes de Animal Religion realizaban sus ejercicios circenses en Las Moreras, en plena noche, sobre la horquilla de una carretilla elevadora, en una suerte de poética danza bajo la luna.
Hoy el TAC llega a su ecuador con más de 60 propuestas y con conocidas y veteranas formaciones como la vasca Trapu Zaharra o la polaca Teatr Biuro Podrózy.
Segunda jornada del Teatro de Calle de Valladolid. PHOTOGENIC