Valladolid, de la sombra a la luz en el lápiz de Santiago Bellido
La Galería Rafael exhibe los últimos trabajos del artista y arquitecto vallisoletano
«La ventaja del dibujo frente a la fotografía es que puedes compensar, buscar un equilibrio... evitar el ruido quitando lo que sobra», defiende el artista mientras contempla una de sus obras. Su lápiz ha levantado las elegantes líneas de la popular Casa Mantilla, frente a la estatua de un José Zorrilla que parece contemplar cómo las sombras se van apoderando del edificio que tiene ante sí, mientras la luz aún baña el señorial edificio burgués. Su lápiz ha dejado intacta parte de la superficie del papel, dejando un vacío que deberían ocupar anodinas estructuras contemporáneas, como grotescos carteles turísticos y marquesinas de autobús. El ruido no tiene lugar cuando prima la belleza.
El arquitecto y artista vallisoletano Santiago Bellido juega con la luz y con las sombras, con la delicada línea y con la sugerente mancha, en Valladolid dibujado y algunos retratos de gente feliz , exposición de dibujos hechos al carboncillo y con grafito sobre papel que puede verse hasta el próximo 5 de marzo en la Galería de Arte Rafael (Miguel Íscar, 11).
Trabajos hechos, en su mayor parte, al natural, que citan a Bellido un día tras día a la hora señalada, en busca del momento exacto. Como en esa composición en altura –captada desde la sede del Colegio de Arquitectos–, que muestra con líneas pulcras y delicadas la desembocadura de la calle Santiago con la plaza Mayor, con la silueta de la iglesia de San Benito el Real alzándose al fondo de la imagen. Frente a la limpieza del grafito, la expresividad del carboncillo que, sin poder apelar a los detalles –Bellido se detiene ante templos como los de San Martín, Santuario o San Benito–, se entrega a los contrastes, a la potencia de la mancha, al velo de sombras que se agarra a la piedra a ciertas horas.
Y Bellido, maestro del dibujo, también se recrea en su estudio evocando en el papel momentos del pasado. Acude a la fotografía para mostrar a jóvenes bebidos – Retratos de gente feliz –, parejas que se besan en mitad de la muchedumbre en una composición teatral. Y experimenta combinando técnicas, buscando un enfoque más contemporáneo.