Tensa espera cultural
Asociaciones, colectivos y creadores de Castilla y León, a la espera de las medidas que adoptará el Gobierno tras convocar el ministro Uribes una reunión con Hacienda por las críticas recibidas
De momento, el sector cultural está a la espera . En una tensa espera tras sentirse ofendido, crispado y molesto con su ministro. Las recientes declaraciones de José Manuel Rodríguez Uribes en las que anunciaba que no habría medidas económicas específicas para el mundo de la cultura alegando que «la salud es lo primero y después el cine» ha llevado a que sindicatos, creadores, profesionales y asociaciones culturales de toda España envíen un manifiesto conjunto al ministro de Cultura reprochándole esta actitud.
«Afortunadamente -apunta Alejandro Sarmiento, presidente de la Asociación de Gestores Culturales de Castilla y León representada por la Federación Estatal FEAGC-, nuestro malestar no ha caído en saco roto ». La protesta firme y unánime de más de cincuenta organizaciones culturales y musicales y la amenaza de una huelga virtual convocada bajo el lema ‘Apagón cultural’ obligó al Ejecutivo a rectificar convocando una reunión que tendrá lugar previsiblemente este jueves entre Uribes, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño. Y aunque a la espera de esta reunión se ha decretado una tregua, el sector cultural sigue alerta ante la ruina derivada del confinamimento y de la suspensión de espectáculos.
«Todos somos conscientes de que la salud es lo primero. Sobraba decirlo», dice Alejandro Sarmiento, quien apunta también que el sector de la cultura ha sido uno de los más sacudidos por la crisis .
Tomás Martín , un histórico de la escena vallisoletana y presidente de Artesa -asociación que integra a una treintena de compañías profesionales de las artes escénicas en Castilla y León- lamenta la situación a la que se ha visto abocado el sector . Sin ingresos, con funciones canceladas y ante un incierto futuro con más sombras que luces. «El coronavirus ha sido la puntilla», dice. «El mundo de la cultura fue uno de los primeros en suspender su actividad y será probablemente de los últimos en reanudarla».
Por eso, el pasado 15 de marzo Martín recuerda que Artesa ya trasladó una serie de demandas a la Consejería de Cultura apelando a la «responsabilidad» y «sensibilidad» del Gobierno regional para implementar medidas de apoyo cuanto antes.
Los firmantes del manifiesto defienden que todo el sector de la cultura, «sin excepción», está demostrando su «máxima solidaridad» con la ciudadanía desde el primer día del confinamiento. Libros, circo, cine, música o teatro que artistas y asociaciones han subido de forma gratuita y voluntaria a toda clase de plataformas para que los ciudadanos puedan disfrutar de ellas en estos días ayudando a combatir así la ansiedad que provoca el estado de alarma. «Nos consideramos parte del pueblo y somos solidarios con el pueblo», denuncian en el comunicado.
Lamentan también que mientras otros países como Francia, Portugal, Alemania, Austria o Italia ya se han puesto a funcionar en favor de la cultura, aquí apenas hay gestos de apoyo . «Necesitamos un ministro de Cultura que se preocupe de nosotros».
« Uribes ha caído como un paracaidista en este Ministerio desconociendo absolutamente las necesidades y haciendo declaraciones un tanto frívolas y desafortunadas. La cultura no es un lujo y nos jugamos el derecho a tener derechos», añade Sarmiento.
Así, el sector cultural reclama la necesidad de aplicar «medidas específicas» que contribuyan a mantener el tejido empresarial y a los artistas y técnicos, penalizados por su intermitencia, que hace imposible que puedan beneficiarse de las medidas sociales aprobadas para el resto de los trabajadores; «personas y empresas que deben mantenerse con vida para que, una vez superada la crisis sanitaria, se pueda volver a la normalidad cultural».
«La salud es vital, no hay duda de ello pero para eso ya hay un ministro. Nosotros necesitamos un ministro de Cultura que se preocupe por ella». Subrayan que no quieren un trato «especial o de favor» sino los mismos derechos que el resto . «El futuro de nuestra profesión está en juego», denuncian en el comunicado.
Sus protestas parece que han surtido efecto . Ahora están a la espera de que se produzca esta ansiada reunión. De momento todo son incógnitas. Sólo hay dos certezas: la cancelación de miles de funciones y las perdidas millonarias.