Concha Velasco: «Tengo 78 años y es hora de cortarme la coleta»

Concha Velasco, la niña que quería ser artista -sobre todo bailarina, antes que actriz- anunció ayer su intención de despedirse de los escenarios. Lo hizo aprovechando la presentación de El funeral, una obra que se estrenará a nivel nacional este fin de semana en el teatro Calderón.

La actriz, que siempre lleva a gala ser de Valladolid, -«nací en el número 2 de la calle Recondo»- ha elegido su ciudad natal para anunciar su retirada y para estrenar el que, previsiblemente, será su último trabajo y en el que, además, se pone bajo las órdenes de su hijo Manuel M. Velasco. «Esta función sería una bonita manera de terminar mi carrera teatral», dijo.

A sus 78 años y tras seis décadas de trayectoria, Concha Velasco asegura que «ya es hora de cortarme la coleta». Sin embargo, no es la primera vez que deja caer la posibilidad de un adiós a las tablas. Y es que esta actriz no concibe la vida sin la interpretación, aunque en muchas ocasiones ha reiterado que morirse sobre las tablas «es de muy mala educación».

Después de varios trabajos de una gran carga dramática como Hécuba, Olivia y Eugenio, o Reina Juana, con los que consiguió, entre otros muchos reconocimientos, su segundo Premio Nacional de Teatro, ha elegido una comedia «loca, divertidísima, sobrenatural, blanca y apta para todos los públicos» para despedirse. Y junto ella, «un actorazo» como Antonio Resines, y su hijo, Manuel M. Velasco, autor del texto y director de la obra, y «mi cómplice y mi amigo desde que nació».

En El funeral da vida a Lucrecia Conti, la actriz más importante del cine, el teatro y la televisión de España que acaba de fallecer. El Ministerio de Cultura ha organizado en su honor un gran velatorio en un teatro para que el público pueda despedirse de su admirada estrella. Todo cambia cuando los asistentes quedan encerrados en el teatro porque el fantasma de Lucrecia se aparece para despedirse a lo grande.

No deja de ser un poco lúgubre que Concha Velasco haya decidido despedirse de la escena con una obra que se titula El funeral. Pero ella nunca pierde el buen humor. «Es más -explicaba ayer durante la presentación- al final de la obra hay un texto en el que...». «Concha, que no lo cuentes, que es una sorpresa», le replicaban con mucha gracia Antonio Resines y su hijo Manuel.

Pero Concha Velasco insistía en su necesidad de explicar cómo se ha sentido al interpretar al personaje de Lucrecia Conti. «Se nos ocurrió la idea una vez que Manuel y yo fuimos a un funeral de una actriz e hicimos una pequeña broma sobre el velatorio. Además, yo siempre he querido hacer La bruja novata y entonces le dije a mi hijo que me escribiera una obra similar y...».

«¡Mamá, no des más pistas...!», insiste entre risas su hijo.

Profeta en su tierra -tiene una calle que lleva su nombre, una sala en el Lava, y una placa en el teatro Calderón- la actriz recibirá este sábado la Medalla de Oro de la Ciudad, concedida por el Ayuntamiento de Valladolid. Una manera, celebró el alcalde, Óscar Puente, de «devolverle un poquito de lo mucho que ha dado a esta ciudad».

Un reconocimiento que, según celebró una emocionada Concha Velasco, «me llega en un momento muy especial porque cada día me siento más de Valladolid y no me importaría vivir en esta ciudad los últimos años de mi vida», confesó.

El funeral será su tercer estreno en el teatro Calderón (viernes y sábado a las 20,30 horas y domingo una hora antes) con el lleno está asegurado. Sin embargo, la actriz confesó sentirse «nerviosa» porque «lo más importante en mi vida es el trabajo y mi público y, encima, estreno en mi tierra». También Manuel Velasco admitió sentirse «aterrado», pero reconoció que el coliseo vallisoletano siempre había sido un gran talismán.

Si el anuncio de su despedida se hiciera firme, las tablas se quedarían sin una de sus grandes damas. Y es que esa chica yeyé a la que todo el mundo conocía como Conchita, pasó a convertirse por méritos propios en Doña Concha. Entre sus innumerables papeles, no puede olvidarse su magistral interpretación como Teresa de Jesús o dando vida a la mítica Reina Juana o a la reina Hécuba. Su carrera ha estado plagada de reconocimientos como dos premios nacionales de teatro o un Goya Honorífico.