Diario de Valladolid

LIBROS / 'LLAMARSE NADIE'

Pequeños relatos, grandes historias

Salvador Galán regresa a la narrativa después de tres poemarios y al catálogo de Difácil, editora también de ‘Los años aurorales’, de Fernando del Val, Premio Ojo Crítico de Poesía

-PABLO REQUEJO / PHOTOGENIC

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Ana de la Fuente

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Doble celebración para Difácil. Tras hacerse público el pasado viernes la concesión del Premio Ojo Crítico de Poesía a Fernando del Val por Los años aurorales, que vio la luz este mismo año bajo el sello de la editorial vallisoletana, otro escritor, el granadino Salvador Galán Moreu, presentaba ese mismo día en la librería ‘A pie de página’ su último trabajo: Llamarse nadie. Un libro de once relatos alumbrado también por la editorial dirigida por César Sanz, que este año cumple veinte años de andadura fiel al objetivo con el que nació: «dinamizar el ambiente literario y apoyar a todos aquellos autores que tengan algo diferente que decir».

Y un claro ejemplo de esta filosofía es Salvador Galán (Granada, 1981) que, avalado por varios premios nacionales, regresa ahora a la narrativa tras varios años de paréntesis poético. Lo hace con Llamarse nadie. Once relatos con sus once historias correspondientes. Por ellos deambulan numerosos personajes ubicados en diferentes escenarios cosidos por el peso que cobra el narrador, que mantiene el hilo de conexión con el lector, y por «la unidad tonal». «Lo que une a las piezas del libro más que una temática es la exploración sobre la propia identidad de todos los personajes y la atmósfera que los envuelve», señala el autor.

Un libro heterogéneo con algunos ecos líricos reminiscencia de sus poemarios anteriores y continuos juegos narrativos.«Juego mucho con la figura del narrador. Los hay que viven las historias en primera persona o los que se esconden apareciendo únicamente como testigos». También los escenarios juegan un papel importante. Desde el Madrid histórico durante los días previos a la Navidad, con un mercadillo que en su mayor parte regentan inmigrantes (La plaza de Santa Ana), hasta Alemania (Berlinesas), un relato que se desarrolla en tiempo real como si de una secuencia cinematográfica se tratase y con la bollería berlinesa como protagonista, pasando también por Granada, su ciudad natal. Escenarios muy dispares. Algunos son dinámicos y otros, más estáticos. Por ellos pasean seres reales, fantásticos o monstruosos. Incluso hay una inmersión onírica a través de un personaje reconvertido en David Lynch (David Lynch sueña.El buen nombre de Laura Palmer). «Lo onírico me interesa mucho desde el punto de vista literario», explica Galán Moreu, para quien el tema de la identidad también es muy importante como ya se adivina desde el título: Llamarse nadie.

«El nombre es algo que nos viene dado, que no elegimos, algo ajeno, una dote que nos dan cuando llegas a la vida, pero que tiene su importancia. Influye bastante en cómo te comportas y te desenvuelves». Galán juega con nombres e identidades. Así, los protagonistas de alguno de estos relatos se esconden bajo números o iniciales. «Me divertía jugar un poco y despersonalizar a los personajes».

Tras publicar tres libros de narrativa y otros tres poemarios, el granadino regresa ahora al relato «sin ser algo premeditado». «Es el tiempo que le ha tocado a este libro que se ha ido cociendo poco a poco». «Me gusta la literatura en general y no tengo problema en pasar de un género a otro y ahora tenía muchas ganas de volver a la narrativa», dice Galán, quien celebra también que desde hace unos años en España «comience a haber una cultura del relato».

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