Café Quijano: «es fantástico cantar con Willy Bárcenas y poder conectar con las nuevas generaciones»
El trío leonés llega hoy al teatro Carrión con un concierto con el que celebran 20 años en la música y en el que recuperan el pop de sus primeros años
Tras casi quince años sin grabar nada que sonara a pop, Café Quijano regresa con ese tono ‘moderno’ que tantos éxitos le ha deparado al grupo leonés. El primer aperitivo del álbum que verá la luz en febrero es Perdonarme, un tema que canta junto a Willy Bárcenas, de Taburete. Los hermanos Quijano -Manuel, Raúl y Óscar- lo presentan hoy en el Teatro Carrión (20,30 horas) dentro de una gira con la que celebran sus veinte años en la música.
Pregunta.- Nuevo trabajo con sonidos más vinculados al pop y al rock tras tres discos y un directo dedicados al bolero. ¿Por qué ahora?
Respuesta.- Porque pensamos que era el momento de cambiar de registro y volver a un género que nos ha dado tanto y nos ha dejado tantas y tan buenas sensaciones.
P.- Con los boleros cantaron al amor y al desamor. ¿A qué o a quién cantarán en este nuevo trabajo?
R.- Independientemente de uno u otro estilo, nunca vamos a dejar de cantarle al amor o al desamor o a los comportamientos humanos que nos llaman la atención. Esa es nuestra esencia y así vamos a seguir.
P.- En su primer single Perdonarme han colaborado con Willy Bárcenas, de Taburete. ¿Cómo surgió la idea?
R.- Llevábamos tiempo escuchando que Willy Bárcenas siempre se refería a nosotros como una de sus bandas favoritas y una de las que más le había influido en su música. Un amigo común nos puso en contacto y le propusimos, medio en broma, con la canción prácticamente terminada, que la cantara con nosotros. El aceptó la propuesta y nosotros encantados. El tema, bajo nuestra opinión, ha quedado redondo.
P.- Y tras este resultado, ¿se plantean más colaboraciones?
R.- Todo es posible, pero no hay nada cerrado. Además, lo que está claro, como ha ocurrido con Taburete, es que lo que surge espontáneamente y sin premeditación, siempre sale mucho mejor.
P.- ¿Quizá la idea de colaborar con uno de los grupos punteros entre los adolescentes como Taburete es una manera de ganar adeptos entre los más jóvenes tras la apuesta por los boleros de sus anteriores trabajos?
R.- Sin duda es una reacción lógica. Nuestro público siempre ha sido muy amplio. Decimos que abarca desde los 9 hasta los 90 años, pero estamos encantados de que su colaboración nos brinde la oportunidad de conectar con las nuevas generaciones.
P.- ¿Se puede hablar, entonces, de una evolución de Café Quijano?
R.- Más que una evolución, lo importante es buscar siempre el factor sorpresa. En un mundo que va tan rápido, si no tratas de sorprender, te puedes quedar anclado. Ya lo hicimos cuando rompimos totalmente nuestro estilo cantando boleros y ahora intentamos hacerlo de nuevo con este último trabajo. Creo que esa es la clave.
P.- En esta gira celebran veinte años en la música. ¿Se imaginaron en algún momento hasta dónde les podía llevar La Lola o Nada de nada?
R.- La verdad es que es como un sueño que casi ni habíamos soñado de lo difícil que era. Llegar a encontrar grupos que perduren durante una década cada vez es más complicado y que lo hagan dos, se cuentan con los dedos de una mano.
P.- Aunque sé que no es tan fácil perdonarme/ Hoy te pido que me dejes demostrarte/ Que se aprende de los fallos cantan en Perdonarme ¿Qué han aprendido de los fallos cometidos a lo largo de estos años que les haya servido como aprendizaje? ¿Se arrepienten de alguno de los pasos que han dado en su carrera?
R.- De muchos. Quizá uno de estos errores fue el momento en que decidimos hacer un parón. Pero es que todo iba tan rápido que llegamos a perder un poco la perspectiva de la realidad de la vida y el valor de las cosas. Pero de todo hay que aprender. No hay que mirar solo hacia delante, también hay que mirar hacia atrás para no volver a tropezar con las mismas piedras. El propósito es intentar hacer mejor las cosas cada día.
P.- ¿Y a qué o a quien piden perdón con este tema?
R.- A nadie en particular. Es un perdón inherente al ser humano. Aunque pedir perdón a veces cuesta mucho, es muy reconfortante hacerlo.