Leiva exorciza sus monstruos

José Miguel Conejo Torres, más conocido como Leiva, ha sacado sus fantasmas del armario y los ha guardado en Monstruos, su último trabajo que presentará este jueves y viernes (ambos conciertos a las 22,00 horas) en la Sala Blanca del LAVA. Un trabajo con el que el ex de Pereza cierra, de alguna manera, una trilogía de su ‘segunda vida’ tras sus dos primeros álbumes en solitario:Diciembre y Pólvora.

El madrileño confiesa que este tercer trabajo discográfico le está dando «muchas más alegrías de las que imaginaba». En Monstruos explora nuevos sonidos y conceptos. Leiva exorciza sus miedos e inseguridades y todos sus fantasmas saboreando, sorbo a sorbo, los doce temas de un álbum al que califica como «un catálogo de emociones muy luminoso y vitalista».

«Creo que es un disco muy vitalista con un montón de rincones y recovecos musicales en el que exorcizo mis demonios y esos fantasmas que nos persiguen y nos pisan los talones haciéndonos preguntas incapaces de responder, pero en el que también abro ventanas a otras muchas cosas».

Así, habla de las relaciones humanas, de la compañía, la lealtad, la amistad o la confianza recorriendo las vivencias «de uno que está en el mundo y que no siempre encuentra su sitio».

Entre arreglos y detalles sonoros se cuela Sincericidio, una potente melodía en la que canta explícitamente «a ese motor por el que te levantas y también por el que te acuestas» (Te quiero reventar la boca/Te quiero cuando me destrozas).

Y es que Leiva es, sobre todo, un contador de historias, «por lo menos lo intento», reconoce con humildad. «Trato de que mis canciones hagan compañía a la gente, que sean como una especie de anestesia para cuando duele la vida. Desde que empecé, identifiqué que lo más importante era hacer buenas canciones. Y sigo trabajando en ello porque, al final, las canciones son las que mandan. Ellas son las que nos suben, las que nos bajan, las que nos llevan de un lugar a otro».

Quizá una de esas historias que más refleje lo que el artista está viviendo actualmente es Breaking bad (La vida me ha cambiado en un segundo/Fue una rara pérdida el anonimato). «Nadie te enseña a gestionar la pérdida de anonimato. Es un peaje en ocasiones incómodo pero no me quejo, ni puedo quejarme del éxito. Por eso los versos terminan diciendo ‘Ya sé que no es para tanto’, es la manera de quitarnos importancia. Necesitaba ponerle humor a todo esto porque no estoy en disposición de quejarme». En este último tema, además, hay ‘escondidos’ unos acordes inspirados en los western musicados por Ennio Morricone: «Me encanta.Me parece un genio», dice.

Con Monstruos, Leiva ha conseguido dejar atrás muchos de sus miedos. Confiesa, sin embargo, que sus monstruos son insignificantes respecto a los que habitan a su alrededor. «Es complicado. Vivimos en unos momentos complejos por los problemas de la emigración, por las carencias en sanidad y en educación y por una cultura que en este país se cuida muy poco».