Diario de Valladolid

La automoción de Castilla y León afronta costes energéticos «multiplicados por diez»

Facyl afirma que la «situación complicada» de la crisis de conductores se agrava con la subida de los precios, lo que lastra la recuperación del sector que se esperaba para finales de año

Imagen de archivo de trabajadores de IVECO en Valladolid -.PHOTOGENIC.

Imagen de archivo de trabajadores de IVECO en Valladolid -.PHOTOGENIC.

Publicado por
Ricardo García
Valladolid

Creado:

Actualizado:

La industria automovilística de Castilla y León sigue sin levantar cabeza. Tras la difícil crisis de los materiales semiconductores a la que ha tenido que hacer frente durante los últimos meses, ahora afronta unos costes de la energía «multiplicados por diez», tal y como aseguran desde el clúster de automoción de Castilla y León, Facyl.

Según analizan, desde hace meses el sector «ya viene arrastrando una situación complicada» derivada de la poca disponibilidad de semiconductores, que ha provocado importantes retrasos en los tiempos de fabricación y entrega de vehículos. Sin embargo, «se esperaba que a partir de junio huera una recuperación» y existían «buenas expectativas» que ahora se esfuman por el nuevo obstáculo que supone el aumento desorbitado del precio de la energía.

«El conflicto entre Ucrania y Rusia», valoran desde Facyl, «ha modificado las condiciones socioeconómicas en cuanto a costes energéticos», con lo que la situación «se agrava». «Al igual que en el resto de sectores», matizan, y a lo que «hay que sumarle la elevación exponencial de los costes energéticos».

Por lo tanto, lo que se plantea ahora son «unos sobrecostes difícilmente asumibles en el tiempo» y que, por tanto, ponen en grave riesgo la supervivencia de parte de las empresas automovilísticas de Castilla y León.

Por otra parte, tampoco se puede obviar la huelga del transporte, que si bien en los primeros días no hizo mella en este sector, Facyl asegura que hora sí se está haciendo notar. Por un lado, destacan «el bloque en los puertos y en el acceso a los centros logísticos y fábricas», que dificultan la importación y el envío de productos y materias primas.

«Cuando se rompe la cadena afecta a todos», apuntan, al tiempo que señalan que ya se están encontrando con algunas empresas «con una fabricación muy irregular».

Además, y al igual que les está ocurriendo a empresas del sector agroalimentario, también empiezan a percibir «un problema con los embalajes», que de nuevo pone en serios aprietos el traslado de piezas. Tampoco se puede obviar la paralización en el tráfico de contenedores, que causa unas consecuencias similares.

«Algunas empresas están aguantando bien», señala Facyl, mientras que otras tienen dudas acerca de si podrán mantener su actividad normal «en dos o tres días». «Depende de lo que se prolongue la huelga», aseguran.

Ante esta situación, Facyl, se unió ayer al resto de clústeres del sector en España para firmar un escrito dirigido a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, para exigir al Gobierno medidas «inmediatas y eficaces» para corregir la subida del coste energético.

En un comunicado remitido a Ical, los clústeres de la automoción españoles señalaron que «el incremento exponencial del precio de la energía está destrozando las cuentas de las empresas por el incremento de los costes fijos y variables y, por lo tanto, de la economía española. Ya hay demasiadas compañías que han visto reducido o anulado su margen de beneficio, por lo que ahora mismo, tenemos empresas que no obtienen ningún rendimiento de su actividad. De hecho, algunas de ellas han tenido que cambiar los turnos a fin de semana para intentar reducir el gasto en energía».

En el comunicado los clústeres también recuerdan que en su sector es «intensivo el consumo energético» por lo que para la automoción «el coste de la energía es un factor crítico que marca de manera decisiva nuestra posición competitiva». Por ello, los clústeres, que agrupan un total de 800 entidades del sector, de las que 500 son pymes, y que generan 73.000 millones de euros de facturación y más de 266.000 puestos de trabajo, señalan que la crisis actual «conduce al cierre masivo de compañías y la consecuente pérdida de puestos de trabajo».

tracking