JAVIER IZQUIERDO
«Si los políticos nos agredimos, la ciudadanía entenderá que esa es la forma de conducirse»
Delegado del Gobierno en Castilla y León
La prudencia marca el ritmo dialéctico de este veterano político pese a su juventud . La prudencia que imprime el carácter de un asturiano criado en Valladolid y el cargo de representar al Gobierno de Pedro Sánchez en las nueve provincias de Castilla y León. Es el hilo de diálogo y entendimiento con el ejecutivo de Alfonso Fernández Mañueco. Dedicado a la coordinación del Estado en Castilla y León y a la concicilación de acciones con el Gobierno autonómico. Desde la defensa de la convivencia política, sin renunciar a la discrepancia, en esta trágica y cruel crisis, alienta la necesidad de un pacto de Comunidad. La alienta en Castilla y León tanto como la echa de menos en el ámbito nacional. Difícil sonsacarle una recriminación o un ataque a la Junta. Y en el ejercicio de esa lealtad institucional, reclama un actitud idéntica para con los suyos. Un minuto de silencio a la puerta de la Delegación del Gobierno y media hora de conversación en su oficina con el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriego, para hablar de los dineros que llegarán a Castilla y León, anteceden a esta entrevista. El acuerdo se alcanza dialogando y litigando entre diferentes.
Pregunta.- ¿Es posible salir de esta crisis sanitaria, económica, con la confrontación, sin la concordia? Y hablo de la política de ahora...
Respuesta .- Yo creo que la mejor manera de salir de la crisis es trabajando juntos, ¿no? Creo que todas las formaciones políticas, los gobiernos que tienen distinto signo político, evidentemente tenemos distintos puntos de vista en algunas cuestiones, pero seguramente hay cosas en las que podamos ponernos de acuerdo. Yo entiendo la confrontación política como discusión en el sentido positivo de aportar ideas, de reflexionar y de llegar a una síntesis que podamos compartir. Todo lo demás es un ejercicio vacuo de confrontación que no aporta realmente nada a las soluciones que necesita nuestro país en este momento. La convivencia en paz entre diferentes es para mí el valor supremo de la democracia. Creo que los cargos públicos somos referentes morales para la sociedad: si nos respetamos, lo hará la ciudadanía. Si nos agredimos, entenderán que esa es la manera de conducirse y eso deteriora enormemente la convivencia.
P.-¿Cómo es posible que ustedes como institución del Gobierno se entienda tan bien con la Junta, que es el PP y parte de Cs en Castilla y León, y el PP no sea capaz de entenderse con el PSOE, o el PSOE con el PP en el Gobierno?
R .- La diferencia la marca dónde está el PP. Cuando el PP está en el gobierno tiene más tendencia a buscar la unidad, el apoyo, la cohesión entre fuerzas políticas. Sin embargo, cuando no está en el gobierno, especialmente en el Gobierno de la Nación, y no es de ahora, esta es una trayectoria que casi es consuetudinaria del PP, en el sentido de que siempre que el PP ha estado en la oposición, pues lo ha llevado muy mal, ¿no? Y ese es un elemento de no asumir el resultado electoral, no asumir que hay un gobierno legítimo que es el que tiene encomendada la tarea de gobernar. Yo siempre hago un relato para comparar estas cuestiones. En el año 2000-2002, José Luis Rodríguez Zapatero propuso un pacto antiterrorista desde la oposición que primero recibió las burlas del PP, y al final fue firmado por el Gobierno de José María Aznar y por el PP. Ese era un acuerdo que decía que la política antiterrorista la marcaba el Gobierno, y que la oposición en público apoya y calla, y luego en privado ya expondría lo que considerara. Lo que hizo nada más llegar José Luis Rodríguez Zapatero al poder es ver cómo el PP sacaba a la gente a la calle para criticar la política antiterrorista del Gobierno. Es decir, rompieron el mismo pacto que habían firmado. Y por contra, en otro momento crítico como fue la crisis catalana, el Partido Socialista en la oposición estuvo también y apoyo el 155 en el Senado, sin necesitar hacerlo, porque no se requería su concurso porque el PP tenía mayoría absoluta en el Senado para sacar adelante el 155. Pero el PSOE estuvo ahí porque entendía que era una cuestión de Estado y que teníamos que estar para apoyar al Gobierno en aquel momento. Y ahora que nuevamente está en la oposición, como bien dice el presidente del Gobierno, el Partido Popular ha dimitido de su responsabilidad de buscar el apoyo no al Gobierno, sino al Estado en este caso, a los ciudadanos.
P.– Aunque no sea su cometido. ¿Cree que no queda más remedio que alcanzar un pacto de Comunidad?
R .– Yo creo que hay una voluntad de las formaciones políticas con la Junta de Castilla y León por llevarlo a cabo. Yo creo que eso es un punto de partida positivo. Hay una implicación por parte de todos. Vamos a ver en qué fragua eso. Los partidos tienen que sentarse y negociar y ver qué es lo que se puede compartir entre todos. Estamos en algo que ni siquiera se está en el ámbito nacional, que es la voluntad de intentar llegar a acuerdos y eso es ya un punto de partida que me parece muy positivo.
P.– ¿No va a condicionar la posición del PP a nivel nacional la posición del PSOE en Castilla y León para alcanzar un pacto? ¿No va a concatenar una cosa con la otra, o está ligado?
R .– Estamos viendo iniciativas en ayuntamientos en los que se ha llegado a acuerdos de distinto signo político y nada lo ha condicionado, por tanto…
P.– Ya, pero no es lo mismo un ayuntamiento que una comunidad...
R .– Bueno, pero también es la demostración de la voluntad política de sus responsables. Eso me parece que también es un ejemplo de cómo actúa el Partido Socialista en distintos ayuntamientos, tanto en el gobierno como en la oposición. Con una voluntad que es la que trasladó el presidente del Gobierno, de un gran acuerdo nacional que implique al conjunto de las instituciones. Ojalá se sea capaz de alcanzar eso, pero si no es posible, no exime que se pueda llegar a acuerdos ámbitos territoriales.
P.– Me refiero más directamente a que ni el Gobierno, ni Ferraz, lo digo en su doble condición de delegado y de miembro de la ejecutiva nacional, no va a impedir a Tudanca que alcance un acuerdo si es bueno para la Comunidad, porque el PP en Madrid no lo haga con el Gobierno.
R .– Los objetivos de la negociación tienen que ser el contenido de lo que se propone, no otros condicionantes. Entiendo que eso es lo que Luis Tudanca, como secretario general y portavoz en las Cortes, tendrá que negociar, y creo que ese es el ámbito de trabajo y son las condiciones. Las condiciones son desde la política regional, desde lo que se puede hacer desde la Junta y las Cortes de Castilla y León: aportar soluciones en la esfera de competencias que tiene las instituciones autonómicas, ese es el condicionante. Si hay acuerdo en el que las políticas de la Comunidad Autónoma sean consensuadas y sean en el marco de sus competencias más favorables para el conjunto de la ciudadanía, esa es la escena de las condiciones, no hay otro escenario de condiciones.
P.– ¿Comparte con Luis Tudanca que ese acuerdo, a parte de todas las fuerzas políticas, debe incorporar al Diálogo Social, que va a ser más esencial en la reconstrucción económica?
R .– Yo creo todos los acuerdos en todos los ámbitos tienen que tener, en la medida de lo posible, no sólo estén en el ámbito político, sino también en el plano social. El Diálogo Social es un ámbito importante. Yo también considero que hay otros ámbitos de la sociedad civil organizada que si pueden estar en algún acuerdo muchísimo mejor. Hay más ámbitos. El Diálogo Social es muy importante a nivel nacional, sindicatos y empresarios a nivel autonómico, pero desde luego creo, esta no es una responsabilidad que me atañe a mí, como delegado del Gobierno, que sería también interesante explorar vías de acuerdo con otros sectores del tejido social que también pueden tener mucho que decir para poner medidas y afrontar lo que nos viene por delante.
P.– ¿Por qué Castilla y León tiene que ser el más lento de la carrera en la desescalada? ¿De quién es la responsabilidad? Porque alguna responsabilidad habrá más allá de la situación epidemiológica… ¿Por qué estamos haciendo tan lento esto, quién tiene la culpa? ¿Tal vez la Junta ha estado excesivamente remolona y se ha quedado atrás?
R .– Yo entiendo que la Junta lo que ha hecho es hacer una propuesta al Gobierno en base a sus criterios científicos. Y, en base a esa propuesta, el Gobierno acaba decidiendo. Hasta ahora fundamentalmente todo lo que se ha acordado ha sido por acuerdo de ambas administraciones. Yo no soy quién para entrar a valorar si esos criterios científicos que ha utilizado la Junta son más o menos adecuados. Entiendo que son los que han entendido y que han podido asumir desde el Gobierno regional y trasladar al Ministerio. Pero yo también valoro mucho el acuerdo. Hemos visto cómo otras comunidades autónomas han utilizado este proceso de la desescalada como un elemento de confrontación. Y a mí me parece positivo que entre dos administraciones se sea capaz de dialogar y llegar a acuerdos sobre cómo llevar a cabo la desescalada. Si los criterios científicos son unos u otros no es una cuestión de mi competencia. Es el ámbito de la Junta y yo ahí no voy a entrar. Ni quiero ni debo entrar.
P.–Usted es la persona que dialoga por parte del Gobierno habitualmente con la Junta. ¿Es fácil llegar a entendimientos con el Gobierno de Mañueco?
R .– Desde el punto de vista de la gestión yo tengo que decir que para mí ha sido fácil. Yo tengo que agradecer en particular la disposición del presidente, con el que tengo un trato fluido, y sobre todo la disposición del consejero de Fomento y Medio Ambiente, que ha sido mi interlocutor, como persona que yo creo que desde el Gobierno regional mi impresión es que ha coordinado en buena medida muchos de los aspectos de la emergencia sanitaria. En parte por su competencia, porque es el consejero que lleva las emergencias de la Comunidad, la protección civil, y bueno, creo que también… No tengo más que buenas palabras en mi relación con el consejero de Fomento y Medio Ambiente en la gestión de esta crisis.
P.– ¿Cree que ha sido correcta la gestión sanitaria de la Junta en esta crisis?
R .– Bueno, lo importante es que saquemos lecciones de lo que hemos visto en este tiempo. Seguramente todos tenemos nuestros diagnósticos. Creo que probablemente haya que hacer una reflexión compartida de qué cosas han funcionado mejor, cuáles no han funcionado tan bien, y tratar de buscar soluciones para mejorar, para abordar nuevas crisis. Esta crisis nos ha puesto a todos ante un espejo muy claro, y es que la mejor manera de afrontar este tipo de emergencias es con un estado de bienestar potente. Un estado de bienestar, fundamentalmente sanidad, educación, porque hemos tenido que hacer uso también de una nueva forma de educar a nuestros hijos en este tiempo de pandemia; los servicios sociales… Es decir, todo lo que es competencia autonómica, pero hay otras cuestiones como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Hay un aparato del estado de bienestar, de servicios públicos, que desde luego yo siempre hago la misma reflexión: si creemos que es positivo tener un estado de bienestar para afrontar este tipo de crisis, estado de bienestar más fuerte que el que tenemos ahora, hagámonos esa reflexión. Y desde luego si la reflexión nos lleva a una respuesta positiva, a decir que sí, que queremos un estado de bienestar más sólido más fuerte (yo sí lo quiero), tenemos que empezar a pensar cómo lo financiamos, porque más con menos no se puede hacer.
P.– La UME no ha visto nada raro en las intervenciones que ha hecho, que han sido muchísimas, en las residencias de ancianos de Castilla y León. ¿Eso resta responsabilidad o resta sospechas sobre que se estuvieran haciendo mal las cosas, y eso haya ocasionado una mortalidad desmedida de residentes?
R .– En primer lugar, lo que quiero hacer es poner en valor la labor de la UME y de las Fuerzas Armadas en su conjunto. Creo que nos han dado una lección estos días de lo que es la implicación, sin jornada, sin horarios, unos cuerpos de servidores públicos, las Fuerzas Armadas, que en este caso han tenido que afrontar una situación muy crítica, que ha sido la que se ha vivido en las residencias de mayores. Porque se han convertido en focos de contagio muy importante, donde incluso también el propio personal que atendía a los mayores se ha visto sometido a esos contagios y por tanto complicando mucho más la gestión. Lo que hemos visto es un esfuerzo por intentar llegar al mayor número posible de residencias, un esfuerzo de coordinación también por hacerlo con carácter prioritario en los lugares de mayor dureza, de mayor complejidad, eso lo hemos hecho también trasladando nuestras reflexiones a la Junta, llevando a cabo protocolos a través del Cecopi. Lo que hemos intentado es dar la mejor respuesta posible con los medios que el Estado tenía.
P.– Europa aprueba un paquete de medidas por 750.000 millones de euros para el plan de rescate ante toda la situación que deja la pandemia. De ahí saldrán sin duda los 16.000 millones del fondo no reembolsable para las comunidades autónomas. ¿Ya se sabe cuál es la cantidad que le va a corresponder a Castilla y León?
R .– Hay que concretar los criterios y una vez que se definan se podrá hacer un cálculo.
P.– La primera entrega va a ser de seis mil millones en el mes de junio, ha dicho Pedro Sánchez.
R .– Pero no se tardará mucho. Yo creo que en esto también es importante que se aclare. La ministra ya se reunió con todos los consejeros de Hacienda. Más allá de si se ha pedido o se ha dejado de pedir, lo cierto es que este Gobierno ha estado poniendo dinero encima de la mesa desde el primer momento. Se han puesto cien mil millones en avales para el ICO, de los cuales se ha dispuesto ya de 80.000. Ya hay una importante llegada de fondos a todo el país, y en nuestra comunidad autónoma también. Se pusieron fondos para un fondo social extraordinario de los cuales 17,6 millones llegaron a Castilla y León; se pusieron 25 millones para garantizar la alimentación de los niños que tenían becas de comedor, de los cuales 1,7 llegaron a Castilla y León. Han ido llegando muchos fondos que ha ido poniendo el Gobierno antes de que hubiese ningún fondo de la Unión Europea. Toda la financiación de los Erte; la financiación de las cotizaciones a las empresas de menos de 250 y el 75% a las de más de 250; también esa condonación a los autónomos…
Y va a haber más recursos, y habrá que acordarlos con el conjunto de las comunidades autónomas. Lo que sabemos es que hay diez mil millones que se van a destinar a financiar sobre todo mayores gastos sanitarios, que han tenido que acometer las comunidades, de los que primarán probablemente los criterios de mayor impacto de la pandemia en cada territorio. Hay cinco mil millones que tendrán que ver con la caída de la recaudación de los recursos propios y cedidos de la Comunidad y hay otros 1.000 millones de otro fondo social extraordinario que, en principio, la primera propuesta era que se repartieran de la misma manera que se habían repartido en la anterior. Con lo cual una estimación se puede ir haciendo de lo que le puede corresponder a la Comunidad. De lo que estoy seguro es que nos llegará más de lo que pensamos en población en el conjunto del país.
P.– En cuanto a los Erte, sabemos los Erte por provincia, el número de trabajadores, pero cuando llegamos al Sepe desconocemos cómo está la situación de los Erte en Castilla y León. ¿Por qué ese oscurantismo del Sepe?
R .– Sí que hay datos. Hemos comentado datos.
P.–Pues sí se lo pediría, porque los hemos pedido varias veces y no sabemos los que están aprobados y los que no. Hay gente que les gustaría saber, porque están preocupados ya que no ha cobrado.
R .– Para mí es muy importante la labor que ha desempeñado el Sepe en estos momentos porque nunca en la historia reciente de nuestro país, ni en la anterior, hemos visto tal nivel de expedientes de regulación temporal de empleo, ni de reconocimiento de prestaciones como ha habido, tanto las de autónomos como las de trabajadores que se han visto afectados por un Erte, más allá de...
P.– Pero ese mismo trabajo lo han tenido los servicios de la Junta y conocemos los datos.
R .–Sí, pero la dinámica es distinta porque aquí primero desde que la Junta aprueba los Erte, se tramita y hay un tiempo que se va avanzando desde que se ha solicitado el Erte y Ertes que se han solicitado más tarde. No todos se solicitaron el primer día.
P.– Hablo de tener algún dato, no tener la precisión exacta…
R .– En la medida de lo posible se lo facilitaremos. Y una cosa que siempre digo, desde luego lo que hago como delegado del Gobierno es pedir disculpas a las personas que no hayan podido recibir aún la prestación por desempleo.
P.– ¿Y se sabe cuántas hay?
R .– No lo sé, no lo sé el dato. Se lo vamos a intentar facilitar. Pero sí que, desde luego, en aquellos casos que no esté concedida la prestación, por la razón que sea, porque seguramente habrá cuestiones que sean imputables a cómo nos han llegado los expedientes donde haya errores en las cuentas bancarias o donde hay incorporaciones de última hora o incluso porque los Erte se han solicitado muy tarde. Pero más allá de cuestiones externas y de nuestros propios errores yo lo que hago es pedir disculpas a aquellos trabajadores que estén pendientes de percibir la prestación por no haber sido capaces de hacerlo a su debido tiempo.
P.– En la peor crisis de la historia que conoce la humanidad y el planeta desde la Segunda Guerra Mundial, ¿a usted le parece de recibo que se abra una crisis en el Gobierno de la Junta de Castilla y León, por una bronca entre dos miembros del Gobierno y además del mismo partido? ¿Qué sensación da eso a la ciudadanía?
R .– Yo creo que en este momento tenemos que trasladar entre todos estabilidad. Siempre es importante la estabilidad política y en estos momentos más. Pero, en fin, son cuestiones que quedan en el ámbito de la Junta y yo no voy a entrar a hacer valoraciones. Mi preocupación principal está en intentar arrimar el hombro todo lo que pueda para afrontar los efectos sanitarios, los sociales y los económicos de esta crisis y ya bastante es con esa tarea como para meterme en esa cuestión que ni me compete ni me llama.
P.– Pero usted en esta crisis ha tratado abundantemente y ha tenido relación con el consejero que se ha ido, Germán Barrios. ¿Cree que es una pérdida para el Gobierno su marcha?
R .– Yo con Germán barrios siempre he tenido una relación muy buena. Tengo un trato personal exquisito y desde luego le reconozco su valía como persona que conoce las materias en las que estaba desempeñando su labor. Reconozco su talante de diálogo, que lo ha puesto en práctica sobre todo en los años en los que ha presidido el Consejo Económico y Social. Desde ese punto de vista,tengo una buena valoración de Germán Barrios.
P.– La Junta se ha quejado en numerosas ocasiones de que el Gobierno les escucha, pero no les hace caso. Lo ha dicho Mañueco en varias intervenciones. Eso mismo dicen los ayuntamientos. La queja va de abajo hacia arriba. Nosotros hicimos una encuesta entre los alcaldes de las ciudades de esta Comunidad el fin de semana, y todos coincidían en eso: sentían un poco olvidadas las ciudades. Como que no se les estaba teniendo en cuenta y que deberían tener mucho más peso.
R .– Lo que puedo decir es que no habrá habido una época de este país en la que haya habido tantas conferencias de presidentes, donde el presidente de la Comunidad Autónoma se haya podido dirigir al presidente del Gobierno, no habrá habido tantos consejos territoriales del Sistema Nacional de Salud, con el ministro de Sanidad, con las consejerías, no habrá habido tantas reuniones de otros ministros con consejeros de cada ramo, llámese Agricultura, Industria, etcétera etcétera, Educación... Creo que ha habido un sistema de diálogo del Gobierno que no tiene parangón. Más allá de lo que luego se quiera decir y de si uno entiende que lo que él ha pedido se ha asumido o no. Pero desde luego la voluntad de dialogar y escuchar ha estado ahí. Y el ejemplo más evidente es que el Plan Nacional de transición tiene dos aspectos muy importantes: primero, el 87% de las propuestas planteadas por las comunidades autónomas están recogidas en ese plan. Segundo, en lo que atañe a las comunidades autónomas el proceso de desescalada tiene una regulación de cogobernanza. Se puede admitir que no se ha escuchado el 100% de las propuestas, que no se ha atendido el 100% de las reclamaciones, eso podría entenderlo que se dijera, pero que no se ha dialogado… Creo que está muy lejos de la realidad. Es un Gobierno que ha comparecido cada 15 días para solicitar una prórroga del estado de alarma, que ha tenido que dialogar con distintas fuerzas políticas para conseguir la prórroga del estado de alarma. Yo quiero recordar épocas en las que la reforma laboral se hacía a golpe de decreto ley, frente a los acuerdos que ha habido con el Diálogo Social en esta etapa, y ya me estoy saliendo del ámbito del Gobierno. Quiero recordar las medidas que se han propuesto para paliar situaciones de la contratación de trabajadores del campo por falta de mano de obra inmigrante, que no podía llegar por el cierre de fronteras. Las medidas que se han puesto a disposición, incluso los esfuerzos que han hecho para que pudieran venir por ejemplo esquiladores a Castilla y León buscando cauces que posibilitaran que llegaran trabajadores cualificados que no tenemos en nuestro mercado laboral. Quiero recordar también que la previsión inicial de abrir las terrazas al 30% se amplió al 50 %, después de escuchar a los sectores de la hostelería. Por tanto yo no creo que se pueda acusar a este Gobierno de falta de diálogo. Que no esté todo lo que cada sector pide, seguramente. Pero que no se ha dialogado y que no se han aceptado propuestas de administraciones y de sectores distintos, pues yo creo que de eso no se puede acusar al Gobierno. Antes al contrario.
P.– Hablábamos de Cs. Fíjese lo que es la política y lo cambiante que es. No hace tanto ustedes despreciaban a Cs porque se había quedado en algo insignificante con 10 diputados, y ha sido esencial para aprobar el estado de alarma. Lo que es la política y lo que son las cosas a veces…
R .– Lo sorprendente de esta situación es que quien no esté ahí sea el PP.
P.– Pero estamos hablando de Cs, no del PP. Estamos hablando de que 10 diputados que despreciaban han sido vitales ahora mismo.
R .– Pero déjeme que le haga esta reflexión: ¿Ahora a qué estamos? Cuando hemos estado a prorrogar el estado de alarma estamos a una emergencia sanitaria, ¿no? A una emergencia sanitaria que requiere limitar la movilidad y el derecho de reunión de los ciudadanos. Eso significa limitar derechos fundamentales. Y eso por mucho que diga el líder del Partido Popular se consigue con el estado de alarma. A mí no me sorprende que Ciudadanos apoye el estado de alarma, lo que me sorprende realmente es que el PP se borre de esto. Porque como digo, como dice el presidente del Gobierno, está dimitiendo de su responsabilidad de partido de Estado. Por tanto, mi sorpresa no es que Cs esté en una cuestión que es de Estado, que atañe a una emergencia sanitaria, y que se circunscribe a esa cuestión fundamentalmente. Lo sorprendente es que no esté el Partido Popular.
P.– Reconocerle el mérito a Cs de haber tomado la decisión mientras otras fuerzas de la derecha no.
R .– Sí, al contraponer la actitud del Partido Popular estoy reconociendo la de Ciudadanos. Creo que en el contraejemplo está la virtud de la posición de Ciudadanos, que ha entendido esta situación. Supone una emergencia sanitaria que requiere de un estado de alarma para poder continuar implementando algunas medidas que no hay otra herramienta jurídica en nuestro estado de derecho en estos momentos que permita limitar esos derechos fundamentales para alcanzar un objetivo superior, que es la salud de los ciudadanos y minimizar el contagio a niveles que nos permitan volver a recuperar una normalidad lo más parecida a lo que conocíamos antes de este virus.
P.– Hoy la alianza Nissan-Renault ha hecho un anuncio que se veía venir. EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN ya lo publicó hace meses y en un foro de EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN la ministra de Industria, la vallisoletana Reyes Maroto, certificó que se estaba trabajando en la posibilidad de que la producción de Nissan Sentra en Inglaterra, por el tema del Brexit, se trasladara a Europa, especialmente a España, y uno de los puntos esenciales es Valladolid-Palencia. Eso acerca ya más, como preveía con toda la prudencia la ministra, la posibilidad, en esta crisis incluso, de que se refuerce Renault, que es el gran motor económico de esta Comunidad.
R .– Yo quiero ser muy cauto, porque estamos todavía en un momento, más allá del anuncio de la Alianza hoy… Faltan los anuncios después de Nissan, de qué es lo que quiere hacer, y hay que ser cautos en estos momentos, porque estamos hablando de asuntos que tienen un impacto económico. Ojalá haya buenas noticias para Castilla y León, pero lo conveniente es trabajar con prudencia con cautela, y con discreción.
P.– Entendemos que el Gobierno está trabajando, por lo menos que esa producción se venga para España, y si viene tiene que ser a Castilla y León.
R .– Si algo ha aportado tener un Ministerio de Industria es que se han afrontado crisis y hemos visto en etapas anteriores cómo se ha trabajado con los sectores industriales, para mejorar su competitividad por un lado, para parar el golpe de algunas crisis, y aquí en Castilla y León tenemos el ejemplo de Vestas y su implantación en Villadangos en León. Por tanto, si algo pone de manifiesto el que el presidente del Gobierno decidiera contar con un Ministerio de Industria, es que hay un Ministerio que se preocupa por la industria, hacer que avance, por abordar sus crisis, y desde luego la suerte de contar con una ministra que está implicada y que además es de Valladolid, con lo cual es una buena noticia para Castilla y León.
P.– Desde la prudencia que tiene que mostrar percibo al menos optimismo ante la expectativa que se abre para el sector del automóvil de Castilla y León.
R .– Insisto en que lo importante es que seamos prudentes, que trabajemos para el mejor resultado, para una empresa que trabaja en Castilla y León, y que trabaja también en otras comunidades autónomas de nuestro país. Y que, por tanto, será también muy importante buscar el objetivo que el conjunto de la actividad de Nissan siga desarrollándose en nuestro país de la mejor manera posible. De lo que sí estoy seguro es que el Ministerio está trabajando en este como en todos los temas que afectan a la industria.
P.- La reconstrucción tiene que ser global en conjunto del territorio de Castilla y León, ¿tiene algún sentido mantener ahora una mesa por León?
R .- Yo creo que mientras la mesa siga viva hay que darle utilidad. Creo que la mesa echó a andar, es verdad que tenemos una situación, que nos pone a todos ante un espejo...
P.- Pero habrá que reconformarla, ¿no? Porque ya no tiene nada que ver el panorama cuando se constituyó con lo de ahora.
R .- Está claro que la coyuntura cambia, pero como digo no es óbice para que siga funcionando. La coyuntura es distinta, en general, pero sigue habiendo elementos, como el de la transición energética, que está claro que es diferencial de otros territorios. Yo no le veo ningún problema.
P.- Mantiene un concepto antagónico con su compañero y amigo Óscar Puente, porque considera que hay que apostar por los lugares estratégicos que tienen viabilidad y futuro, porque sino se pondrá en riesgo todo. Él habla de Valladolid, su ciudad. Él es alcalde, claro.
R .- Yo hablo de la complementariedad. Muchos alcaldes de esta Comunidad están quejosos de la falta de presencia de la Junta en políticas de este tipo. Yo creo que la Junta nunca ha trabajado por hacer ordenación del territorio de verdad. Ordenación del Territorio de verdad no es decir cómo se organiza la...
P.- ¿No hay una Ley de Ordenación del Territorio?
R .- Sí, sí, sí la hay. Hay unas directrices de ordenación del territorio por ley. La ordenación del territorio en los últimos años se ha circunscrito a un debate meramente administrativo, que es el debate de las mancomunidades, las competencias, una parte de la ordenación del territorio. Pero la ordenación del territorio es otra cosa, tiene que ver con dónde ubicamos los servicios públicos, dónde las actividades económicas, y cómo somos capaces de equilibrar el conjunto del territorio para que haya un desarrollo más... Para que no tengamos territorios que van bien y otros que cada vez parece que se descuelgan más. Al final, para mí la mejor manera de hacerlo es en las complementariedades. Creo hay ciudades que también venden su entorno rural, hay ciudades que venden las denominaciones de origen que tienen en su entorno rural, hay ciudades que venden sus elementos de patrimonio natural que están cerca de ellas cuando hacen su oferta turística.
P.- El sector turístico es muy importante. El concepto turístico va a cambiar, entre otras cosas porque la gente no va a ir al extranjero, va a ir en menor medida a la costa y va a buscar un turismo mucho más seguro ligado a un sello de salud, lo decía el otro día el presidente de la Junta. Pero claro, va a ser muy difícil vender en Castilla y León el sector turístico como sinónimo de seguridad y de salud cuando somos los últimos en salir de la desescalada y cuando tenemos los índices epidemiológicos acumulados más elevados. Va a ser muy difícil vender esto si las casas rurales, el turismo rural, no ha abierto. Va a ser muy difícil porque la Junta en ese sentido, poco ha hecho por la hostelería. Y no es que lo diga yo, sino que lo dice la hostelería. ¿El Gobierno puede echar una mano en todo eso?
R .- Yo creo que lo estamos haciendo. Primero contribuyendo en la desescalada a dar pautas para que los sectores turísticos nacionales sean más competitivos y más atractivos para el turista nacional. Lo que sí que animo al sector turístico de Castilla y León es a estar preparado, a ofrecerse, a hacer una buena oferta turística, a ofrecer lo que nos diferencia, como siempre turismo de naturaleza, turismo cultural, turismo gastronómico, pero también en este caso evidentemente la tranquilidad, la menor masificación, que también es una garantía de menores contagios. Una oferta de turismo más segura para nosotros. Creo que tenemos que estar también preparados para poner encima de la mesa nuestras ventajas, las de nuestra oferta turística en este caso. Porque no pensemos que sólo va a haber turismo de interior en este país.
P.- Muchos políticos marcarán en su biografía en mayor o menor medida que formaron parte de la gestión de la peor crisis de la humanidad tras la Segunda Guerra Mundial. Eso va a ser así. ¿No sé si recuerda así, a bote pronto, cuál fue el peor momento que ha vivido como delegado del Gobierno en esta crisis. Algo que le haya quedado especialmente grabado?
R .- Más que hechos concretos es la situación en general. Ha habido momentos en los que quizá más que en la gestión del día a día, que ha sido muy dura en muchos momentos, sobre todo cuando te llegan los mensajes directamente de personas que están en la primera línea de combate. Pero también nos han llegado muchas llamadas personales de muchos contactos personales, de personas que te trasladan con toda crudeza cómo era la situación, y esos son los momentos más duros anímicamente. Intentas ponerte una coraza, dejar que no te afecte, porque lo importante era estar sereno, tranquilo, centrado y a veces eso requiere también de un cierto ejercicio de abstracción de la situación en la dureza, porque lo que menos se esperaba de alguien que estuviésemos aquí es el derrumbe personal. Cuando ves que las horas del día no son suficientes para poner remedio a los problemas. Eso para mí es lo más duro. Ver que ha habido momentos que a pesar de estar aquí muchas horas, de ir a casa y seguir estando con el teléfono, de pocas horas de descanso, saber que no son horas suficientes para atender la dureza de la pandemia.
P.- Como político, ¿cuál es la enseñanza que usted saca de esto?
R .- La reflexión que todos tenemos que hacer es la que le decía antes: Si creemos que una sociedad como la nuestra necesita o no un estado de bienestar más sólido, más fuerte, con una sanidad más potente, más robusta. Si la respuesta a eso es sí, entonces que pensemos cómo pagar eso, ¿no? Yo creo que esto para mí es el gran debate y la gran reflexión que nos tenemos que hacer en la reconstrucción en este momento. Yo lo que tengo que decir es que aquí, en Castilla y León, hemos sido capaces, en la gestión, de aparcar las ideas políticas y trabajar con solidaridad y tratando de poner lo mejor de nosotros mismos para hacer frente a la crisis. Esa quizá en lo personal es para mí la lección más importante.