Diario de Valladolid

Se filtran los mensajes de la niña de Aranda que los futbolistas usaron en su defensa

La menor reconoce su preocupación porque «se vayan de la lengua» y que podría incluir «cosas inventadas» / El juez valoró que esas bravatas estaban motivadas por su inmadurez y querer aparentar y no significan que no sufriera la agresión sexual

Lucho advirtió tras conocer el fallo que se iban a «empezar a filtrar cosas».-ICAL

Lucho advirtió tras conocer el fallo que se iban a «empezar a filtrar cosas».-ICAL

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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Tres mensajes de voz de unos pocos segundos enviados por la menor denunciante del ‘Caso Arandina’ a una de sus amigas han salido a la luz incorporados al proceso judicial como parte de los argumentos de la defensa de los tres exfutbolistas acusados se han filtrado en redes sociales poco después de la concentración en Aranda en apoyo de los condenados.

Se trata de tres audios compartidos en una red de mensajería instantánea enviados por la menor de Aranda antes de que se produjeran la denuncia y posterior detención de los futbolistas a los que ha tenido acceso este periódico. Su contenido era ya conocido en la sentencia pero ahora en los audios divulgados en redes sociales se escucha en la voz de la propia niña como está preocupada porque se conozca lo sucedido en el piso de los futbolistas y teme que ellos «se vayan de la lengua». En uno de los mensajes asegura que «están advertidos» y que estaría dispuesta a incluir «cosas inventadas».

En un segundo audio asegura que «si cuentan algo» ella lo contaría «todo; todo, todo, todo inventando y todo». No ha trascendido si estos mensajes son consecutivos o si se enviaron a la misma persona o, en cambio se compartieron con personas diferentes en momentos distintos. El un tercer mensaje la menor se muestra preocupara porque al parecer en su clase se habían comentado que ella estaba embaraza y volvió a anticipar que «se va a liar padre».

El juez entra a valorar en la sentencia estas afirmaciones, que aparecen recogidas de forma textual en la fundamentación del fallo, y recuerda que la menor fue preguntada por ellas en el juicio donde «admitió haberlas realizado» y «negó que fuese a inventar nada que perjudicase a los acusados».

El juez ponente entiende que «si bien utiliza el término inventar, añadiendo que lo cuenta todo», no por ello hay que deducir que fueran falsas su «declaración» en el juicio y «demás pruebas practicadas». Es decir, que aunque la menor realizó esos comentarios a una amiga, que ella misma admite, el juez entiende que «no se llega a la conclusión de que los hechos denunciados fueran falsos, a pesar de que mantuvo diferentes versiones, en cuanto a la voluntariedad, frente a los testigos de referencia, dependiendo de la relación que con ellos mantuviera».

Los informes periciales basan el argumento del tribunal que considera que la menor se encontraba «totalmente influenciada por las redes sociales y la imagen que pretendía mostrar de ella en Instagram y delante de sus conocidos o compañeros de clase. Así deseaba aparentar mayor edad, y ser considerada como una mujer, adulta y con experiencia sexual. Por ello no miente sobre los hechos expuestos, solamente que teniendo un sentimiento de culpabilidad por lo acontecido en el piso de los acusados, el día 24 de noviembre de 2017, no deseaba que aquellos conocidos, con los que tenía menos confianza, supieran la verdad de lo ocurrido, de tal forma que optó por decirles que había realizado los actos sexuales de forma voluntaria, e incluso alardear de ello. Sin embargo ante aquellas personas, familiares o que tenía mayor confianza, mantuvo que los actos sexuales no habían sido consentidos por ella».

La sentencia recoge la concusión del tribunal que considera que el hecho de que la menor emitiese esos y otros mensajes antes y después de lo sucedido en el piso de Aranda «estaba motivado por su inmadurez, y la postura que venía manteniendo en las redes sociales, en las cuales pretendía figurar como la protagonista, (tomando decisiones) en vez de la víctima». Agrega que «del contexto de inmadurez y prevalencia de la imagen social que caracterizaba todas las conductas [de la menor] resulta comprensible y no puede inferirse que dichos actos hubieran sido consentidos».

«Se van a filtrar cosas»

El acusado Carlos Cuadrado, ‘Lucho’ aseguraba el pasado miércoles a las puertas del Palacio de Justicia de Burgos, nada más conocer la sentencia que le condena, al igual que a sus dos compañeros, a 38 años de cárcel por agresión sexual a la menor y complicidad, que «ahora es cuando se van a empezar a filtrar cosas», advirtió, «los mensajes de ella a sus amigas a las que decía que ‘nadie me ha violado’, que ‘no ha sido una violación’, que ‘se van a cagar’ y que ‘voy a empezar a mentir’». «No somos violadores, somos unos pardillos a los que nos están intentando joder la vida», señaló ‘Lucho’, muy alterado.

La abogada de Raúl Calvo, Olga Navarro, se refirió igualmente a estos mensajes de audio que ahora corren por las redes, a los que calificó como pruebas de «descargo». Sin embargo, el juez ponente señala en la sentencia que «tras escuchar atentamente durante tres horas el testimonio de la denunciante se llega a la conclusión de que ha sido persistente en su declaración, carecía de móviles espurios para perjudicar a los denunciados, y ha sido congruente, en aquellas cuestiones esenciales».

Los mensajes incorporados a la causa, como reconoce el juez, fueron aportados por dos testigos también menores de edad que comparecieron ante la Policía Nacional en Aranda y se les tomó declaración por separado. Ambas reconocieron la voz de la víctima denunciante y aseguraron que se se enviaron con anterioridad a la detención de los tres exfutbolistas.

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