Ibáñez llama a prestigiar las Cortes «por encima de voluntades individuales»

El primer asiento de la mesa de las Cortes ya tiene sucesor. Un pleno después de la renuncia de Silvia Clemente y apenas dos antes de que la disolución de las Cortes el próximo 27 de marzo, la Cámara de representación autonómica cuenta con un nuevo presidente: el procurador popular Ángel Ibáñez. El burgalés se hizo con la Presidencia de las Cortes en el segundo intento y por mayoría simple en una votación secreta, aunque el PP fue el único que mostró públicamente su apoyo a Ibáñez; como cuando Clemente fue elegida en 2015 también con el apoyo del que hasta hace unas semanas y durante años ha sido su partido.

Ibáñez obtuvo 41 votos a favor de su candidatura para el puesto –todos los procuradores del PP, salvo uno que se ausentó–. El resto de grupos parlamentarios votaron en blanco salvo uno, que fue nulo. Tampoco estuvo presente en la votación el procurador leonesista de UPL, Luis Mariano Santos, por lo que fueron 40 los votos en blanco y el nulo: 41. Por este motivo, el popular tuvo que esperar a la segunda votación, puesto que en la primera votación es necesario alcanzar la mayoría absoluta, de la que carece el PP en esta legislatura.

Ibáñez reclamó durante su discurso de investidura que la «responsabilidad, estabilidad y normalidad» sean los tres «pilares» que guíen la actividad parlamentaria hasta el final de la legislatura. «Estamos obligados a prestigiar una institución [las Cortes de Castilla y León] que, entiendo, siempre debe estar por encima de voluntades individuales», agregó el burgalés.

El ya presidente de las Cortes, que hoy se enfrenta al cargo en la segunda sesión del pleno, se comprometió a velar por los intereses de la Cámara autonómica y a ejercer su actividad con transparencia, «con el objetivo de hacer valer la importancia de esta institución para los castellanos y leoneses».

Además de ofrecer su esfuerzo y trabajo, Ibáñez solicitó a los procuradores que «renueven» su compromiso en un momento «crucial» como este. «Es tarea imprescindible que seamos capaces de buscar el diálogo constante con el único objetivo de estar a la altura de esas esperanzas [que representan las Cortes de Castilla y León]», sentenció el procurador burgalés, que durante la sesión vespertina del pleno de ayer tuvo un guiño con el portavoz del Grupo Podemos, Pablo Fernández, cuando mostró su enfado: «Señor Fernández, me ha prometido esta mañana [por ayer] que me lo iba a poner fácil». Un comentario que provocó las risas de los procuradores.

Entre los asistentes a su investidura se encontraban la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, José Luis Concepción; la fiscal jefe de la Comunidad, Lourdes Rodríguez Rey; el secretario general del PP de Castilla y León, Francisco Vázquez; la vicepresidenta de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León, Ángela de Miguel, y el presidente de la Cámara de Comercio de Burgos, el empresario Antonio Méndez Pozo.

Además, también se acercaron al hemiciclo de las Cortes los presidentes del Consejo Consultivo, Agustín Sánchez, del Procurador del Común, Tomás Quintana López, y del Consejo de Cuentas, Mario Amilivia, así como los alcaldes de Burgos y Palencia, Javier Lacalle y Alfonso Polanco, respectivamente, así como el expresidente de la Junta y diputado por Soria, Jesús Posada, y el senador por la Comunidad Ignacio Cosidó.