Diario de Valladolid

Fomento retrasa de nuevo el final del AVE entre Valladolid y Burgos

L El ministro promete la obra para mediados de año cuando se sabe que sólo la reconstrucción del viaducto de Frandovinez podría demorarse hasta junio / El puente ya tendría que estar acabado

La empresa está terminando de colocar la cimbra para luego empalmar las secciones de hormigón que forman un puente que tendría que estar ya terminado.-ISRAEL L. MURILLO

La empresa está terminando de colocar la cimbra para luego empalmar las secciones de hormigón que forman un puente que tendría que estar ya terminado.-ISRAEL L. MURILLO

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MARTA CASADO BURGOS
Valladolid

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Fomento vuelve a dejarse atrás un plazo de finalización del AVE a Burgos. Cuando el pasado miércoles el ministro de Fomento volvía a insistir en que la obra de la línea de Alta Velocidad entre Valladolid-Venta de Baños- Burgos estaría concluída «a mediados de año», en ADIF ya eran conscientes de que este plazo es prácticamente imposible de cumplir. Incluso si hablamos sólo de la terminación del puente sobre el río Arlanzón en Frandovínez, sacando de ese plazo la culminación de la superestructura, catenaria, elementos de seguridad y el resto de trabajos aún pendientes en la línea.

La fecha que oficialmente baraja el gestor de infraestructuras ferroviarias sólo respecto a la reconstrucción del puente podría llevarnos hasta mediados de junio. Posteriormente quedarían «semanas» para concluir el resto, según la previsión que maneja de la Delegación del Gobierno.

Para ADIF, quien dijo enero dice ahora primavera. La reconstrucción del puente de Frandovínez no discurre con la celeridad esperada, incluso después de que se reanudasen las obras tras un parón en verano por culpa de un desencuentro administrativo entre la propia ADIF y la Confederación Hidrográfica del Duero, que tuvo a la empresa que ejecuta las obras mano sobre mano durante semanas. Volvió a los trabajos el 17 de octubre para realizar una reconstrucción que tenía de plazo seis meses, con lo que tendría que haber finalizado en torno al 17 de enero, en vísperas de la reunión en Valladolid del ministro de Fomento con el presidente de la Junta.

RETRASO TRAS RETRASO

En cambio, ADIF confirmó a este periódico que los trabajos sobre el puente finalizarán «en primavera de este año». Es decir entre mediados de marzo y mediados de junio. El administrador no reconoce retrasos ya que considera que «la reconstrucción avanza con normalidad dados los exhaustivos controles a los que es preciso someter una obra de estas características, sobre todo, teniendo en cuenta la climatología de la zona».

Una afirmación que contrasta con el hecho de que, en realidad, todas estas obras sobre el puente del Arlanzón comenzaron el 3 de mayo y, aunque tendrían que haber finalizado en diciembre con el puente acabado, a fecha de hoy no sólo siguen sin terminar, sino que les quedan varias semanas. El plazo inicial era de dos meses para demoler el viaducto que ADIF ordenó reconstruir por las deficiencias de calidad del hormigón utilizado en su construcción. Los plazos eran dos meses de demolición, que se cumplieron, y tres de construcción, que están pendientes desde julio del año pasado.

Si los trabajos para volver a levantar el puente se iniciaron el 17 de octubre y se hubieran cumplido los tres meses de ejecución previstos, la instalación ya debería estar terminada. Lo que realmente ocurrió es, una vez se tiró abajo el puente inservible, los permisos a la empresa Torrescámara para seguir con la reconstrucción no llegaron hasta septiembre, retrasando en al menos dos meses el inicio de las obras de reconstrucción hasta octubre cuando la demolición había terminado a principios de julio.

Así las cosas los trabajos se retomaron el 17 de octubre. Pero tampoco se han cumplido esos tres meses de ejecución de las obras de construcción, que tienen un presupuesto de 2,91 millones de euros, por lo que era completamente evidente que Ábalos estaba ando a Herrera una fecha imposible para el final de la línea de alta velocidad entre Valladolid y Burgos.

OBRA LENTA

Además, como se puede apreciar en la fotografía, aún queda mucho por delante. Ni siquiera se ha colocado totalmente la cimbra que servirá para tender el nuevo tablero del puente y falta, precisamente, la porción que se asienta sobre el lecho del río Arlanzón.

La reconstrucción del viaducto una vez se termine de colocar la cimbra tampoco será rápida. Este no es un proceso de ensamblaje de piezas sino que se realiza in situ en tres fases, en función de cada uno de los tres vanos de los que está formado. Ésta construcción se hace a pie de obra mediante encofrado, ferrallado y hormigonado de cada una de ellas y, finalmente, se conectan entre sí mediante su tesado, según explicó ADIF a este periódico.

Después habría que llevar a cabo la superestructura de este viaducto entre Frandovínez y Buniel de 180 metros. Un proceso que se desarrollaría en «varias semanas», según el cálculo que traslado a este periódico la delegada del Gobierno, Virginia Barcones. Se trata de colocar el balasto, las traviesas, las vías, la catenaria, las barandillas y todo lo necesario para que un tren de alta velocidad pueda cruzar por este puente.

Actualmente se trabaja no sólo en la reconstrucción del puente sino que, también, se lleva a cabo la restauración medioambiental, drenaje y reposiciones de caminos, actividad que «no afectan a la finalización de la plataforma». Aunque fueron precisamente los permisos con la Confederación Hidrográfica del Duero, con el que se generaron los primeros retrasos por la falta de los permisos necesarios para actuar sobre el Arlanzón.

LITIGIO CON LA EMPRESA

Mientras tanto tanto Adif como la adjudicataria, una UTE de Altec y Torrescámara, están enfrascados en un enfrentamiento judicial que todavía no ha terminado y que tratará de dilucidar quién costeará la demolición y reconstrucción de este nuevo punto negro del trazado del AVE entre Venta de Baños y Burgos. En enero del año pasado Adif anunciaba la retirada del viaducto por entender que había «dudas razonables» de seguridad.

Una decisión que tenía como base controles de seguimiento en los que se habían detectado deficiencias en la calidad de los materiales que «ponían en evidencia incumplimientos de las prescripciones técnicas que Adif exige a estructura de estas características». Se habían descubierto «fallos visibles» que comprometían «la seguridad, funcionalidad y durabilidad» que se trasladaron a un laboratorio independiente para cerciorarse de una reconstrucción casi inédita en este tipo de infraestructuras.

Pero la UTE solicitó un contrainforme encargado al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el que se determinaba una resistencia de los materiales adecuada y eran correctos los cálculos realizados por las empresa. Ahora será un juez el que dictamine quién tiene la razón y quién debe abonar el sobrecoste que, para Adif, debe ser a coste de la empresa que ejecutó mal la infraestructura, según sus informes.

EL TERRAPLÉN, PRÓXIMAMENTE

Otro de los escollos que siguen retrasando una infraestructura que, en tiempos de Ana Pastor como ministra se hablaba que llegaría a Burgos en 2015, es el fallo de ejecución de la construcción de un terraplén en Palenzuela, en la frontera con Palencia, que sigue sin remediarse. En este caso los trabajos para corregir el hundimiento y desplazamiento lateral aún no han comenzado, pese a que se detectaron hace muchos meses. ADIF compromete que «se iniciarán en las próximas fechas». Se trata de trabajos de consolidación que, para acelerar este nuevo error de lenta ejecución inicial de estos poco más de 90 kilómetros de alta velocidad, se adjudicó a la empresa pública Tragsa. Una actuación menor pero cuyo periodo de ejecución es de cuatro meses con lo que, de cumplirse este periodo, no estaría listo hasta mediados de mayo. También en primavera, como el puente.

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