Castilla y León lidera la propuesta para que la arquitectura mozárabe de la Península sea Patrimonio Mundial
Se han adherido Galicia y Castilla-La Mancha y expresan su compromiso de participación Andalucía, Extremadura, La Rioja y Cantabria
La Junta de Castilla y León lidera la propuesta, en la que viene trabajando en los últimos años, para lograr que la arquitectura mozárabe de la Península Ibérica se incluya en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. De momento, esta candidatura ha sido aprobada por unanimidad por todos los representantes de las comunidades autónomas y del Ministerio de Cultura y Deporte. En caso de que fuera aceptada, al final de un largo proceso de tramitación, Castilla y León pasaría a sumar un nuevo Bien Patrimonio Mundial a los once que ya tiene, según informó en un comunicado el Ejecutivo.
Actualmente, la Comunidad cuenta con ocho bienes de carácter material declarados Patrimonio Mundial, dos de carácter inmaterial y uno natural. Desde que la Junta ostenta competencias plenas en materia de patrimonio cultural, esta lista ha ido enriqueciéndose por la incorporación de lugares como los yacimientos de Las Médulas, Atapuerca y Siega Verde. También con la declaración de la Dieta Mediterránea y la Cetrería como Patrimonio Cultural Inmaterial. Y más recientemente, la incorporación de los Hayedos de Canal de Asotín y de Riofrío de Riaza, en Segovia, informa la agencia Ical.
En los últimos años se viene trabajando en la candidatura de la arquitectura mozárabe de la Península, incluida el pasado mes de octubre a propuesta de Castilla y León en la llamada ‘lista tentativa’ española y aprobada por unanimidad por todos los representantes de las comunidades autónomas y del Ministerio de Cultura y Deporte. Esta candidatura, que ahora está en proceso de justificación, se refiere a sitios emblemáticos de Castilla y León, habiendo manifestado otras comunidades su interés en incorporarse a la misma, lo que se producirá siempre que sus bienes, en este caso, respondan a los criterios de la candidatura.
Hasta el momento, además de Castilla y León, se han adherido Galicia y Castilla-La Mancha, y han manifestado su compromiso de participación Andalucía, Extremadura, La Rioja y Cantabria.
Los edificios de la candidatura son iglesias que ejemplifican la concordancia y confluencia de tradiciones de los mecenas cristianos, que apadrinan la construcción de estos templos y contratan para ello a maestros islámicos o formados en Al-Andalus. Precisamente son los artesanos y los mecenas los principales protagonistas de lo mozárabe.
VALOR ECONÓMICO Y CULTURAL
Los monasterios a los que estas iglesias pertenecían eran importantes centros económicos y culturales, cuya localización responde claramente a la expansión del poder cristiano por el norte peninsular, principalmente en época de Alfonso III (866-910), materializándose este en el territorio mediante la fundación y construcción de estos centros monásticos. Se trata de unos conjuntos arquitectónicos que, junto a novedades para dar respuesta a las necesidades rituales religiosas, presentan valor como centros de creación y transmisión de cultura, de conocimiento, así como de elementos activos en la consolidación territorial del poder astur-leonés, tanto en las zonas urbanas como rurales.
Elementos distintivos de esta arquitectura, con una clara raigambre islámica, son la utilización generalizada de arcos de herradura, frecuentemente enmarcados por alfices en el caso de puertas y ventanas; la situación de los accesos principales a los templos en los muros laterales; la sujeción de los aleros de las cubiertas con modillones labrados en piedra; la construcción de bóvedas gallonadas, nervadas y vaídas; la escultura arquitectónica animalística y vegetal, tallada a bisel y trépano o la ornamentación pictórica geométrica y/o vegetal, a veces con despieces bícromos.
Dentro de los ejemplos de templos mozárabes se incluyen el Monasterio de San Miguel de Escalada o la Iglesia de Santiago de Peñalba, ambos en León; la Ermita de San Baudelio, de Berlanga de Duero, en Soria, o la Iglesia de San Cebrián de Mazote, en Valladolid. Fuera de Castilla y León, destacan ejemplos como el Oratorio de San Miguel de Celanova, en Orense o el complejo monástico de Melque, en Toledo.