Los exseminatistas de La Bañeza unen fuerzas contra la pederastia

La voz que grita contra la pederastia no sólo sale de las gargantas de aquellos que portan la cicatriz de los abusos sexuales.Tras ellos, están subrayando su lucha cientos de personas que les quieren recordar que no están solos. Por eso, los exseminaristas de La Bañeza se lanzarán el próximo sábado a las calles de Astorga para sumar su voz a la de todos los que han denunciado abusos por parte de miembros de la Iglesia.

La concentración, que tendrá su salida el próximo sábado 1 de diciembre a las 12.00 horas en la calle Hermanos La Salle de Astorga y que llevará su grito de repulsa contra la pederastia en la Iglesia hasta la plaza Obispo Don Marcelo tiene como propósito «pedir justicia. Está claro que no se ve ningún avance; no se ha castigado a ningún encubridor», asegura un portavoz de los exseminaristas de La Bañeza. El malestar, reconoce, está presente en todos ellos, las acciones por parte de la Iglesia en los casos de pederastia son insuficientes, y eso ha erosionado la paciencia de todos aquellos que vivieron pared con pared con Ramos Gordón, que abren la convocatoria a todos aquellos que quieran sumarse ala denuncia.

No es la primera vez que los exseminaristas de La Bañeza salen a la calle. Ya lo hicieron el pasado mes de febrero, después de conocer la sanción que impusieron a José Manuel Ramos Gordón por abusar de Francisco Javier y su hermano en el Seminario Menor de La Bañeza. La pena de un año apartado del oficio (una sanción que fue extendida a otros diez y al exilio de la diócesis de Astorga tras conocer otro caso de abuso en el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria) fue un afrenta para todos aquellos que sintieron el miedo que infundía el cura pederasta.

Por ello decidieron retar a la lluvia y mostrar el apoyo público para su compañero de seminario, Francisco Javier, que a pesar de no formar parte del grupo encargado de convocar la concentración, muestra su agradecimiento: «Cuando mis compañeros salieron a la calle a dar la cara por mí fue importante. Es lo único bueno que he sacado de todo esto. Es impagable. Nos da la esperanza de que hay gente buena», asegura el exseminarista.

Su hermano y él no fueron las únicas víctimas de Ramos Gordón en La Bañeza. Asegura que fueron varios los que sufrieron abusos y más los que dormían con uno ojo abierto rezando por no ser el próximo objetivo del cura. «Los testigos también son víctimas, porque aunque no lo sufrieron, sentían el miedo. Todos esos chavales eran víctimas potenciales», asegura.

Francisco Javier entiende que iniciativas como esta son «positivas. Si la sociedad se conciencia más se van a beneficiar los niños», asegura el exseminarista, consciente de que la cita es una china en el zapato de la Iglesia: «A ellos no les interesa que salgamos a la calle, porque si se insiste, habrá más gente que del paso y denuncie», entiende.

El aliento de los exseminaristas también lo volverá a sentir Emiliano Álvarez (víctima de Ángel Sánchez Cao también en el Seminario Menor de La Bañeza). «Me llena de orgullo, para mí es grandioso que la gente te apoye. Esto hará también que la gente empiece a denunciar. Es positivo protestar por todo lo que sea la verdad y que se destape todo esto», entiende Emiliano Álvarez, que ayer recuperó su pancarta (requisada en los juzgados desde que se manifestara en la Virgen de la Encina) con la que estará presente el sábado. En ella su mensaje y el de cientos de personas: «Fuimos destruidos. No al abuso sexual:detenerlo es tarea de todos. Tú lo olvidarás mañana, yo lo recordaré toda la vida».