Diario de Valladolid

PATRIMONIO CULTURAL / VISITAS TURÍSTICAS

Cicerones sorianos ‘por amor al arte’

Ocho inmuebles tienen ‘bula’ turística por la «dificultad de encontrar personas» que se comprometan a abrirlos

Carlos, amo de llaves y guía turístico de la soriana iglesia de Brías.-VALENTÍN GUISANDE

Carlos, amo de llaves y guía turístico de la soriana iglesia de Brías.-VALENTÍN GUISANDE

Publicado por
Redacción de Valladolid
Valladolid

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Carlos es esa persona a la que todos acuden cuando necesitan ayuda en Brías, uno de los muchos pueblos sorianos en vías de extinción. Lo mismo para sintonizar los canales de la tele que para llevar a un vecino de urgencia al hospital. Ahí está, solícito, dispuesto a echar un cable a propios y forasteros. Porque también cuando llegan los turistas es Carlos el cicerone, el amo de llaves de la iglesia, el guía turístico que les habla de la monumental construcción barroca de San Juan Bautista. «Todo el mundo que viene se queda admirado: ¿Cómo puede haber una iglesia tan grande en un pueblo tan pequeño?».

Lo hace –qué apropiado– por amor al arte. Ni le paga el arzobispado ni acepta las propinas que los agradecidos viajeros intentan darle para compensar su amabilidad.

¿Que cómo le localizan? Si piden información en la oficina de turismo de Berlanga, les facilitan el número de su móvil. Si directamente se plantan en Brías, «preguntan a cualquiera del pueblo» y le indicará dónde está la casa de Carlos. Y picará a la puerta. A cualquier hora. Sin cita previa. No sería la primera vez que le interrumpen en la hora la siesta. «Si en ese momento estoy haciendo alguna cosa, lo tengo que dejar», cuenta. «Hacer favores no me cuesta ningún trabajo», añade este obsequioso solucionador de problemas. A sus 62 recién cumplidos, es uno de los jóvenes del lugar.

En verano son 150 los vecinos del municipio. Y el día de la fiesta –el segundo ‘finde’ de agosto– cerca de 240 personas se reúnen a la comida. El invierno es otra cosa. Sólo un puñado de casas abiertas. Doce vecinos. Y ahí está tamaña iglesia, testigo del esplendor de otra época.

Declarada Bien de Interés Cultural, la parroquial de Brías es uno de los ocho monumentos sorianos exentos de fijar un régimen de visitas por la «dificultad de encontrar personas que se comprometan a abrir» las puertas, según la motivación aceptada por la consejería de Cultura de la Junta.

La de Brías sirvió de modelo a la vecina iglesia de Abanco, que por la misma razón ‘se libra’ de cumplir con un régimen de visitas estable. Igual que la torre de Aldeapozo, las ermitas de Tiermes y de San Mamés y las iglesias de Deza, Fuentesaúco, Ligos y Omeñaca.

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