El paisano que escala los negocios con una actitud creativa y transgresora

Por tierra, mar o aire pero siempre en el centro de la aventura. El alpinista y presentador de televisión Jesús Calleja es el Tintín leonés. Cada día conquista sueños porque sujeta las puertas que la vida le abre hasta el final. A las emociones en la montaña, este natural de Fresno de la Vega suma sus negocios. Una faceta más desconocida en la que también cosecha éxitos. Y lo hace por su actitud «creativa y transgresora». Un trampolín que le ha llevado muy lejos.

Comenzó su actividad empresarial como peluquero, profesión que compaginó con su pasión por el riesgo. Aprendió a escalar en los Picos de Europa y montañas de Castilla y León. Más tarde quiso más y se trasladó al Himalaya. Ha sido guía de montaña en Nepal y ha escalado el Everest, el Lhotse y el Cho Oyu. También ha realizado expediciones en el Polo Norte o la Antártida. Conquistas que le empujaron hacer de su afición su rutina. Creó Zanskar Producciones en 2009, una productora audiovisual que emplea a cerca de 200 personas.

El origen de esta empresa, según desveló Calleja cuando recogió el premio Empresario del Año en la Casa Botines, fue viendo los documentales de La 2. «Eran historias muy buenas pero también servían para dormir. A aquello había que ponerle cara y piel más allá de una narración en off». Dicho y hecho. Ahora todo lo que toca con su varita mágica lo convierte en un producto revolucionario que conquista al público. Eso sí, según reconoció, es más difícil triunfar en su tierra que hacerlo en una gran capital. No obstante, siempre que puede presume de sus paisanos, quienes suplen «las carencias con imaginación».

Un luchador que se ha caído y se ha vuelto a levantar con la mejor de sus sonrisas y compartiendo grandes expediciones con multitud de personajes públicos. Su carisma, su espontaneidad, su saber hacer y, sobre todo, su humildad se plasman en trabajos como Desafío Extremo, con más de 60 programas emitidos, Planeta Calleja o Volando Voy. Su familia, sus amigos, sus trabajadores y sus perros son la gasolina perfecta para un empresario pegado a una maleta.