la trama oculta para saquear elgorriaga
El administrador judicial contrata como gerente al actual propietario
El letrado, en una actuación insólita, defiende que el futuro de Elgorriaga pasa por dos accionistas que aportaron dos euros y que formaron parte del equipo que llevó al abismo a la empresa chocolatera
La sucesión de operaciones y hechos que se van conociendo en Elgorriaga son a cada cual más insólitos. Al intento de descapitalización de la chocolatera, orquestado por el actual propietario Luis Presa y el anterior, José Andrés Fernández, se le suma ahora la actuación del administrador judicial, Miguel Ángel Martín.
Él, que está ahí para ser el garante de la viabilidad de la industria chocolatera y que toda la actividad se ejecute con arreglo a la ley, acaba de contratar como gerente de la compañía al actual propietario, a Luis Presa. Al mismo que en febrero del año pasado orquestó la una maniobra con José Andrés Fernández para quedarse con las patentes de la chocolatera, lo que habría supuesto tanto como saquearla, porque esas marcas son el verdadero activo con el que cuenta Elgorriaga.
Una trama oculta de la que era conocedor el hoy administrador judicial, según las fuentes judiciales consultadas por este periódico. Y, con todo y con eso, Miguel Ángel Martín hace apenas poco más de un mes decidió colocar de gerente al mismo que urdió esa trama que, en palabras de estas mismas fuentes, hubiera sido supuesto descapitalizar Elgorriaga, lo que finalmente evitó la intervención de la Junta.
Los más curioso es que el propio administrador judicial había apartado a Luis Presa de esa gerencia que ostentaba desde que se la entregó José Andrés Fernández y que ahora el administrador le devuelve a través de un contrato mercantil. Una decisión que tiene difícil explicación, porque es volver a poner la empresa en manos de aquellos que participaron en su hundimiento.
Insólita defensa
Pero si insólito es que el hoy administrador entregue la gestión de la empresa a quien ha pretendido llevarse por la puerta de atrás las patentes de Elgorriaga, en un claro intento de descapitalización, tanto o más es la insólita defensa que de los actuales propietarios, Luis Presa yMercedes Morán, hace Miguel Ángel Martín.
La imparcialidad que se le presupone a un administrador judicial en este caso brilla por su ausencia. Según sus palabras de hace unas semanas, recogidas por el Diario de Ávila, la propuesta de Luis Presa y Mercedes Morán es la «única seria y solvente». Miguel Ángel Martín parece olvidar que Morán y Presa fueron parte activa, la primera como directora financiera y el segundo como gerente, administrador y hombre de confianza del anterior propietario que fue quien lo trajo, del equipo que llevó al abismo a la empresa chocolatera.
Una pésima gestión que está ya siendo investigada por los tribunales, después de la denuncia de la Fiscalía contra José Andrés Fernández por un posible delito de estafa, y que fue la que obligó a colocarle a él como administrador judicial.
Por eso, su tomar partido por estos accionistas, que cerraron la compra de las acciones de Elgorriaga por sorpresa y pagando apenas dos euros el 31 de octubre pasado, es cuando menos inaudito. Una defensa que llega a tal extremo que el administrador se atreve a exigir que «se les deje tranquilos, porque no necesitan dinero».
Miguel Ángel Martín en su parcial actuación en favor de Luis Presa y Mercedes Morán no duda incluso en utilizar a los trabajadores, llegando a afirmar que los hoy propietarios, con esa cuando menos sospechosa compra de acciones que hicieron a quien les había colocado en la empresa como personas de su confianza, evitaron que Elgorriaga fuera vendida al extranjero, con lo que se hubiera ido de Ávila. Nada dice, en cambio, de ese intento de descapitalizar la empresa que trató de perpetrar Luis Presa quedándose con las marcas, de la mano de aquel que le mantuvo como administrador en Elgorriaga, y mientras el anterior propietario mantiene un proceso judicial abierto por presunta estafa.
Castilla y León
El actual dueño quiso descapitalizar Elgorriaga al quedarse con las marcas
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