Dos detenidos acusados de cometer 76 hurtos en cajeros de seis localidades

Policías de Burgos han detenido a D.G.B., de 34 años, y a A.S., de 28, vecinos de Valencia, por un presunto delito de hurto en un cajero. Al parecer se trata de dos delincuentes que en total cometieron 76 robos en cajeros en las ciudades de Zaragoza, Santander, Gijón, Miranda de Ebro y Burgos, según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Una llamada al 091 del servicio de seguridad de una entidad bancaria ubicada en la zona centro de Burgos alertó de que un cajero automático había quedado inoperativo después de haber sido manipulado por parte de dos individuos que había colocado un artilugio denominado “cepo” para atrapar los billetes cuando los usuarios trataran de sacar dinero.

La Policía desplegó un dispositivo que permitió advertir la presencia de dos sujetos que merodeaban con un coche de forma sospechosa en torno a otro cajero automático de otra entidad bancaria próxima. Tras aparcar el vehículo, esperaron a la salida de un usuario y poco después se acercaron al cajero, donde fueron detenidos tras comprobar que también había sido manipulado este segundo cajero, en el que habían colocado otro artilugio “arpón” para apoderarse de los billetes cuando los clientes intentaran extraer dinero con las tarjetas bancarias. Al inspeccionar el coche en el que habían llegado, los agentes encontraron un tercer artilugio similar a los anteriores, preparado para ser colocado en otro cajero.

La Policía ha tenido conocimiento de que ambos sujetos se habían desplazado en coche desde Valencia, realizando un itinerario delictivo por diferentes ciudades del país: Zaragoza, Santander, Gijón, Miranda de Ebro y Burgos, realizando idénticas operaciones. En Miranda de Ebro, concretamente, manipularon dos cajeros en sendas entidades bancarias. Se les han imputado setenta y seis hechos delictivos idénticos cometidos en numerosas ciudades del país.

Las dificultades para detener a los autores de este tipo de delitos se ven aumentadas porque los perjudicados no suelen denunciarlos cuando suceden, sino varios días más tarde, cuando se percatan de que les ha sido cargado en cuenta un extracto del que no recibieron dinero y que en un primer momento atribuyeron a un fallo mecánico del cajero.