Diario de Valladolid

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‘Parados’ con varias nóminas

Aumentan un 30% en 4 años los contratos de 7 días o menos  / Pilar, José y Alba trabajan un puñado de horas a la semana por sueldos ínfimos / «Con dos empleos me siento más parada que trabajadora»

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Alicia Calvo
Valladolid

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Hay contratos «de hasta media hora semanal». Lo cuenta Pilar, una vallisoletana de 54 años que figura en la estadística como ocupada, aunque ella asegura sentirse «más parada que trabajadora». Eso pese a que acumula dos contratos laborales con su rúbrica, ambos en el sector de la limpieza. Por uno, de tres horas a la semana, cobra 78 euros mensuales y por otro de 15 horas llega a 391,4 euros. «Yo sólo quiero volver a ser una trabajadora normal, con un contrato para toda la jornada, pero, claro, como todos. Te sientes marginada».

En Castilla y León aumentan los empleados por horas o días que a fin de mes no suman ni una semana. Muchos encadenan uno con otro para intentar juntar un ‘semisueldo’. José araña seis horas de un bar con otras tantas en una academia de inglés de Salamanca. Acumula cansancio «más mental que físico» y un salario ínfimo. «Así pueden decir que baja el paro (en noviembre subió en Castilla y León mientras bajó en España) pero es mentir, somos parados encubiertos y tratados mal».

En la Comunidad se disparan los contratos por siete días o menos. En los últimos cuatro años han aumentado un 30%. Sólo de enero a octubre del presente ejercicio se firmaron 35.047, que suponen 8.144 más que los suscritos en el mismo periodo de 2010, tal y como reflejan los últimos datos del Servicio Público de Empleo.

Una tendencia que sirvió como argumento del PSOE en el último pleno de las Cortes para criticar las políticas de empleo de la Junta. El consejero de Economía, Tomás Villanueva, reconoció que «queda por hacer», pero le pidió a la oposición «no dar lecciones».

A la vez, los temporales de tan poca duración superan también a los indefinidos registrados este año en la Comunidad: 31.277.

Otro dato peor: el número de contratos ni siquiera se corresponde con el de personas. Alba, de 49 años, ha firmado en lo que va de mes cuatro, todos por un día para una fábrica de Palencia. «Antes los guardaba en una carpeta, pero sólo con los de este año. Como son tantos y de este modo, ya no». Pese a tener una licenciatura en Geografía e Historia y otros estudios complementarios no ha encontrado otra cosa. «Lo peor es que sabes que la empresa se aprovecha porque es consciente de que si yo digo que no, hay muchísima gente deseando aceptar sea lo que sea».

Alba tampoco lleva bien otro aspecto, el de la «incertidumbre» y no sólo económica, que también. «Como no sé cuando me van a llamar me paso el día al teléfono. Tampoco sé cuántas horas haré al final de mes, es una sensación horrible. No puedes organizar nada, ni ir al médico siquiera porque llaman para que vaya ya. Te tienen como a una tonta. Desde principios de año no he ido una semana entera seguida».

No sabe decir cuál es su sueldo, aunque estima que ronda «los 400 y pico». «Menos mal que está mi marido, con lo mío no vivíamos y muchos compañeros en mi situación no tienen otro sueldo». Lo más negativo son sus perspectivas, no tiene esperanza de cambio. «A mi edad no creo que me contraten en condiciones. Es lo que hay, pero desanima».

Esta ‘flexibilidad’ para unos y ‘precarización’ para otros se traduce en salarios que a fin de mes no llegan, ni de lejos, al salario mínimo interprofesional, 645,30 euros. José suma entre sus dos nóminas 312 euros. «¿Con eso cómo voy a mantener a mi familia? Lo más lamentable es que cuando me jubile no tendré nada». Su mujer es profesora asociada en la Universidad. «Cobra poco más de 500 y así hay que pagarlo todo. También los zapatos de las niñas y su desayuno. Ella no estudió para trabajar unas pocas horas, no hombre, no, lo hizo para tener un futuro y ¿dónde está?».

Esta precarización laboral que viven José, Alba, Pilar y cada vez más castellanos y leoneses ha evolucionado de distinta forma en las nueve provincias. Estos contratos ‘exprés’ se han disparado sobre todo en Segovia y León, donde al mirar la comparativa de los últimos cuatro años la diferencia da vértigo. En Segovia el aumento es del 145,3%, mientras en León del 79%. Las dos subidas responden al auge de los contratos de obra y servicio.

También en Salamanca (60%), Burgos (41,2%) y Ávila (23%) el incremento es sustancial. En Palencia el crecimiento es más tímido aunque los empresarios apuestan por esta relación temporal con el asalariado, un 9,1% más.

Sólo se ‘libran’ en términos globales Soria (con un descenso del 17,6%), Zamora (-15,5%) y Valladolid (-1,8), que han mejorado sus cifras respecto a 2010.

Sin embargo, al detalle se aprecia que en la provincia vallisoletana, pese a mantener unos datos finales similares a 2010 con 7.736 contratos, de siete días o menos en los primeros nueve meses de este año, crecen los de obra y servicio que no superan la semana. Estos han aumentado un 16%, 833 más hasta los 5.945.

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