Diario de Valladolid

Veinte millones ahogados sin agua

La balsa de regadío entre Herrín, Villafrades, Villalón y Boadilla se dilata al menos hasta 2019 tras cinco años de retraso / La Junta retoma la inversión tras la crisis con otros 12 M€ sin fijar fecha

La balsa para regadíos construida entre Herrín, Villalón, Villafrades y Boadilla, con muy poca agua porque la obra aún no ha culminado y sólo se han hecho pruebas.-PABLO REQUEJO

La balsa para regadíos construida entre Herrín, Villalón, Villafrades y Boadilla, con muy poca agua porque la obra aún no ha culminado y sólo se han hecho pruebas.-PABLO REQUEJO

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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La construcción de una colosal balsa de acumulación de agua al norte de la provincia prometía convertirse en una infraestructura revolucionaria destinada a transformar en regadío una zona que abarca las localidades de Herrín, Villafrades y Villalón, en Valladolid, y Boadilla de Rioseco, en Palencia, caracterizada por el ocre paisaje de los cultivos de secano, gracias sus 130 hectáreas de extensión y sus 9,6 hectómetros cúbicos de capacidad, procedentes del pantano de Riaño (León).

Pero una década después de iniciarse el proyecto, los más de veinte millones de euros invertidos por la Junta de Castilla y León aún no han revertido en los agricultores. Y todavía resta una importante partida para que finalice. La balsa está construida, pero prácticamente vacía, pues sólo se ha llenado una mínima parte a modo de prueba.

Las previsiones iniciales de este ‘pequeño pantano’, que comenzó a fraguarse muchos años antes, en la etapa del villalonés José Valín al frente de la Consejería de Agricultura, fijaban la ejecución de las obras –no sólo de la balsa, sino también de la estación de bombeo, la canalización de las aguas desde el embalse de Riaño (León) y las tuberías de abastecimiento– entre octubre de 2009 y septiembre de 2012. Nada más lejos de la realidad.

Un lustro después de lo previsto no sólo no han culminado los trabajos, sino que aún se dilatarán al menos otros dos años, según trasladó la titular de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, a los regantes tras su llegada a la Consejería después de las últimas elecciones autonómicas.

«Nos prometió que en 2019 estábamos regando, pero también Silvia Clemente [anterior consejera] nos dijo que estaría listo en 2017 y aún falta por construir la estación de bombeo, colocar las tuberías e instalar los hidrantes», explicó el presidente de la comisión gestora de los regantes, José Luis Antón del Rey, confiado, eso sí, en que ahora ya se cumplan los plazos después de que durante los años de la crisis se ralentizase esta inversión.

No parece fácil, sin embargo, que en esos dos años anunciados el operativo esté en marcha, pues en los últimos Presupuestos aprobados por la Junta –la Administración encargada de sufragar las obras–, los 12 millones que figuran como inversión a través del Instituto Técnico Agrario (Itacyl), se alargan durante varias anualidades y, más de la mitad de ese montante, está previsto más allá de 2019.

Después de la ‘sequía’ económica en las Cuentas de 2016, donde el proyecto denominado ‘Transformación del Sector IV Esla-Carrión’, carecía de dotación presupuestaria, se ha retomado ya como ‘Red de Riego’, con una partida que suma 250.000 euros en 2017 entre las provincias de Valladolid y Palencia, 500.000 euros más para 2018; 4,7 millones para 2019 y, el resto y más significativo hasta completar los 12 millones, con casi 6,6, se deja para más adelante, sin fecha.

En un año de sequía tan «catastrófico» como éste, con un 90% menos de cosecha respecto a la campaña anterior, según estimaciones de Antón del Rey, los agricultores acogidos al plan de regadío lamentan que aún no se haya puesto en funcionamiento la balsa, pues les permitiría haber salvado, al menos, un 25% de la producción.

«Es un proyecto que va a cambiar toda la zona», apostilló el presidente del consejo gestor, a la espera de que la Confederación Hidrográfica del Duero dé el visto bueno a los estatutos para conformarse como comunidad de regantes y poder seguir avanzando. «Les entregamos la documentación hace tres meses y confiamos en que antes de que finalice el año nos dé de paso las normas», explicó.

Esa aprobación supone el paso previo para que los agricultores acogidos al plan de regadíos en los cuatro municipios terracampinos del trasvase Esla-Carrión puedan ejecutar las inversiones que les corresponden y que pasa, por ejemplo, por instalar las bocas de riego en sus parcelas. Después tendrían que colocar los pívots, estudio en el que ya están avanzando, pues han mantenido reuniones con diferentes fábricas.

Mientras, para tener agua, siguen mirando al cielo.

«La inversión que han hecho no la van dejar morir»

El tiempo avanza y la balsa de agua proyectada en cuatro localidades de Tierra de Campos sigue sin estar operativa para que los agricultores adheridos al plan de transformación de cultivos puedan dar el salto del secano al regadío pero, lejos de reprobar que no se hayan cumplido los tiempos, se colman de paciencia porque son conscientes de que el esfuerzo económico realizado tendrá tarde o temprano su recompensa.

«La Junta de Castilla y León ha hecho una inversión muy importante y no la pueden dejar morir», analizó el presidente de la comisión gestora de regantes, José Luis Antón, después de achacar a la crisis los retrasos en la ejecución y optimista porque su puesta en funcionamiento no se dilate más allá de los dos años comprometidos por la consejera de Agricultura y Ganadería.

Saben que este ambicioso proyecto, por su envergadura, no es comparable a otras fórmulas desarrolladas en la zona para facilitar los regadíos, como las dos balsas «mucho más pequeñas» proyectadas en el Canal de Castilla de Medina de Rioseco. «Aquí va a cambiar toda la zona».

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