MOVILIDAD
La solución al caos de tráfico en la rotonda San Agustín de Valladolid es soterrar el cruce con 20 millones
El Ayuntamiento envía la propuesta al Ministerio y las administraciones tendrán que negociar cómo se pagará la obra, pero el Consistorio puede ir licitando el paso inferior que contará con dos carriles por sentido de 3,50 metros de ancho

Infografía del paso inferior en la glorieta de San Agustín en Valladolid.
Una rotonda con gran tráfico de camiones en la que confluyen la avenida Zamora, la avenida Madrid y la N-601 que conecta Valladolid con municipios como Laguna o Boecillo. A todo ello se le suma un colegio en las proximidades y diversas empresas como Renault que suman una gran cantidad de trabajadores y de movimientos con vehículos privados: los ingredientes perfectos para un caos de tráfico. Un punto negro de la ciudad cuya solución pasa por soterrar el cruce de la rotonda con una inversión de 20,15 millones de euros.
Óscar Puente y Jesús Julio Carnero, y sus respectivos departamentos, dejan a un lado sus diferencias y los repetidos encontronazos con el soterramiento de las vías del tren para llevar a cabo otro soterramiento, el de la rotonda del San Agustín. Una de las entradas de la ciudad que más tráfico soporta y que desaparecerá al crear un paso inferior que conecte directamente la avenida Madrid con la carretera N-601.
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Esta intersección vial tendrá un aspecto totalmente nuevo con un túnel que conectará directamente la avenida Madrid con la N-601 sin pasar por la glorieta. Esta infraestructura contará con un gálibo mínimo de cinco metros para permitir el tránsito de camiones, habituales por la zona al estar muy próximo el Polígono de Argales, y de autocares cuyo destino es la estación de autobuses.
Aunque la actuación constará de poco más de 200 metros, la raqueta y su propio entorno tendrán una imagen renovada. El ámbito de actuación también afecta a los espacios aledaños. En la carretera N-601 la actuación se extenderá desde el acceso de vehículos a la factoría de Renault hasta la empresa Codisa (punto kilométrico 186). En relación a la avenida Zamora, la afectación se extenderá desde la calle del Arca 11 y en el lado este, hasta el antiguo acceso a la fábrica de Uralita. El proyecto recoge que entre las rampas de salida y de entrada del túnel la longitud sea de 210 metros, aunque el paso inferior como tal alcance una dimensión de 79 metros de largo. De la misma forma, está previsto que se realicen dos vías de servicio en el lado sur (en la N-601) de 235 metros cada una y en el lado norte (avenida Madrid), de 207 metros. Esta intervención también recoge el tamaño de los carriles a proyectar: 610 metros en el sentido norte-sur (de la avenida Madrid a la N-601) y en el sentido este-oeste (la avenida Zamora), será de 532 metros.
De esta manera, el proyecto de soterramiento en la rotonda del San Agustín incluirá el citado paso inferior en la N-601, la remodelación de la glorieta tipo raqueta, el diseño de las conexiones viarias asociadas, la integración del transporte público y los itinerarios peatonales y ciclistas. La previsión apunta que en toda la zona se podrá circular a un máximo de 50 kilómetros por hora al estar dentro de la zona urbana.
Una obra de gran envergadura que aliviará el tráfico en este punto y también reducirá el número de accidentes. De esta manera, la duración estimada para la redacción del proyecto de ejecución es de un año desde la fecha de la formalización de dicho contrato y tendrá un coste de 508.200 euros (IVA incluido), según lo refleja el pliego de prescripciones técnicas.
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Esta es la propuesta que el Ayuntamiento de Valladolid a remitido al Ministerio sobre la actuación en este punto. Unos documentos que, salvo posibles pequeñas modificaciones, tendrán el visto bueno del departamento de Puente, aunque el Consistorio los puede ir licitando. Otro asunto, que deberá dirimirse en el futuro, es el porcentaje o la cantidad que aporte cada institución para la realización de las obras. De hecho, este mismo miércoles responsables municipales y ministeriales mantendrán una reunión de trabajo para aclarar detalles del proyecto.
La intervención en materia de movilidad tendrá un coste de 20,15 millones de euros (IVA incluido), según la planificación municipal. El presupuesto de ejecución material, los propios materiales, la maquinaria, la mano de obra y similares será de 14 millones de euros. A esta última cifra no se le aplican los gastos generales (un 13%) ni el beneficio industrial de la empresa que resulte adjudicataria (otro 6%). Al sumar estos dos importes y el IVA al presupuesto de ejecución material, resultan los 20,15 millones del presupuesto base de licitación, siempre según el pliego remitido por el Ayuntamiento al Ministerio.
Más allá de que cumpla los objetivos de desahogar el tráfico, el pliego recoge que también se deberán atender a «su integración urbana»: «El Consultor deberá desarrollar soluciones que favorezcan la adecuada inserción del túnel y sus accesos en el entorno urbano». En esa misma línea, abogan porque «los accesos al paso inferior/túnel no deberán convertirse en barreras urbanas» y tendrán que incorporar elementos de «transición suave, como muros verdes, jardineras estructurales, mobiliario urbano integrado y soluciones arquitectónicas que reduzcan, en la medida de lo posible, la percepción de infraestructura de gran escala».
Del mismo modo, la respuesta al caos del tráfico en el San Agustín no pasa únicamente por los vehículos a motor: «Deberá contemplar de forma integral todos los modos de transporte». Así, «deberá incorporar aceras de anchura suficiente, pasos peatonales accesibles y carriles bici segregados o integrados según permita el entorno urbano». «Deberá garantizarse la continuidad de los recorridos peatonales y ciclistas mediante el diseño de itinerarios accesibles, con pendientes, anchuras y pavimentos adecuados, y la incorporación de pasos transversales que aseguren la permeabilidad del tejido urbano a ambos lados del trazado».
Por último, se pretende humanizar esta intersección y se «contemplará la instalación de un elemento vertical icónico o hito identificativo, visible desde los principales accesos viarios, que actúe como referencia visual simbólica e identitaria de la ciudad de Valladolid».
Situación actual
Se trata de una de las intersecciones de Valladolid más utilizadas y ya en el citado documento se hace especial hincapié en ello: «El proyecto de construcción deberá prever el mantenimiento del tráfico tanto en la carretera N-601 como en la VA-20, minimizando las afecciones al mismo durante la ejecución de las obras, estudiando las fases de construcción y los desvíos de tráfico necesarios, así como la señalización y defensas de obra oportunas».
A nadie escapa que se trata de «uno de los puntos más críticos en la red viaria que vertebra el tráfico radial y perimetral» de la ciudad del Pisuerga, de ahí la importancia de la actuación que tanto Puente como Carnero llevaban en sus respectivos programas electorales en la campaña de 2023. Y ahora con uno en el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y otro en la Alcaldía, se van dando los pasos necesarios para que el proyecto se convierta en una realidad.
Esta intersección «de carácter interurbano como urbano» es uno de los puntos claves de la movilidad en el sur de la ciudad. Una glorieta que, según el pliego del Ayuntamiento, «se ha convertido en una de las principales preocupaciones en términos de funcionalidad, seguridad vial y calidad de vida urbana».
La intensidad del tráfico, tal y como recogió el Consistorio, supera los 75.000 vehículos al día en un día laborable: «Este dato pone de manifiesto la importancia estratégica de este punto en la red viaria, al actuar como conexión clave entre el área metropolitana sur y el núcleo urbano principal de Valladolid». Una acumulación de tráfico con «alta proporción de vehículos pesados» por los polígonos industriales que están canalizados por la VA-20» a los que hay que sumar la llegada y recogida de alumnos del Colegio San Agustín. «Esta situación genera episodios de circulación lenta y colas prolongadas, con afectación tanto en la N-601 como en la avenida de Zamora, dificultando la fluidez del tráfico general y generando un entorno propenso a incidentes y molestias par a los usuarios habituales de esta vía», recoge el pliego para destacar la importancia del soterramiento de la N-601.