OLA DE CALOR
Ola de calor en Valladolid: estas son las recomendaciones para combatir la temperatura extrema
Los expertos destacan la importancia de proteger la piel, especialmente en niños y adolescentes, frente a los riesgos de la radiación solar

Imagen de archivo de la ola de calor en Valladolid
El sol tiene efectos beneficiosos para la salud, pero también puede ser un peligro para nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas. En España, donde el sol brilla con intensidad durante gran parte del año, es fundamental conocer las claves para una exposición solar segura y saludable, especialmente cuando se trata de proteger a los más vulnerables: los niños y adolescentes.
Según los expertos, una exposición solar inadecuada puede tener consecuencias nocivas para la salud, como el envejecimiento prematuro de la piel, la formación de arrugas y manchas, quemaduras, disminución de las defensas, cataratas en los ojos e incluso cáncer de piel. Por ello, es crucial adoptar medidas protectoras desde la infancia.
A pesar de que el bronceado se ha convertido en un símbolo de belleza y estatus social, es importante recordar que la piel se broncea como un mecanismo de defensa frente a la radiación solar, es decir, es la forma que tiene de protegerse de las radiaciones ultravioletas (UV). Con el deterioro de la capa de ozono, esta exposición resulta cada vez más peligrosa, especialmente para los más jóvenes. Es suficiente una sola exposición solar con quemaduras en la infancia o adolescencia, para que la posibilidad de desarrollar cáncer de piel en el adulto sea mucho mayor.
Factores que influyen en la radiación solar
La cantidad y calidad de radiación solar que recibe nuestra piel varía en función de diversos factores, entre ellos destacan:
- La hora del día: Entre las 12 y las 16 horas, la radiación es máxima, por lo que se recomienda evitar la exposición directa en ese horario.
- La estación del año: La radiación solar alcanza su pico en julio.
- La altitud: Por cada 300 metros de altitud, la radiación UV aumenta un 4%.
- La presencia de nubes: Aunque las nubes atenúen la sensación de calor, las radiaciones ultravioletas siguen actuando.
- La reverberación o radiación reflejada: Dependiendo del tipo de suelo, los rayos UV se reflejan en distinta medida. En la nieve (50 a 90%), en la arena (15 a 25%), en en el césped (0,5 a 4%) y en el agua (10 a 20 %), donde un 90% de los rayos UV pasan a través.
Recomendaciones para una exposición solar segura
Para disfrutar del sol sin poner en riesgo nuestra salud, los expertos brindan algunas recomendaciones clave:
- Utilizar protección física: Sombreros de ala ancha, camisas, pantalones y gafas de sol con filtro UV son aliados indispensables.
- Buscar la sombra: Especialmente entre las 12 y las 16 horas, es recomendable permanecer a la sombra, ya sea natural o mediante sombrillas y toldos. Aún así, se debe proteger la piel porque los rayos solares se reflejan en las superficies.
- Conocer tu fototipo de piel: Adaptar la exposición solar según tu sensibilidad personal (piel clara, morena u oscura) y realizar exposiciones progresivas cuanto más claro sea el fototipo.
- Evitar quemaduras: Incluso en días nublados o a mayor altitud, el riesgo de quemaduras persiste. El 90% de los rayos UV son capaces de atravesar las nubes.
- Proteger a los bebés: Los menores de seis meses no deben tener contacto directo con el sol.
- Aplicar protector solar: Se debe hacer generosamente sobre la piel limpia y seca, y renovar la aplicación cada 2 horas o después de cada baño. Usar un factor de protección solar alto (FPS mayor de 30), especialmente en niños y personas de piel sensible.
- Limitar el tiempo de exposición: No exponerse al sol más de una o dos horas diarias, incluso con protector solar.
- Hidratarse adecuadamente: Beber abundante agua antes, durante y después de la exposición solar. Incluso si no se tiene sed.
- Vigilar los lunares: Si se notan cambios en tamaño, forma o color, o aparecen nuevos lunares de rápido crecimiento, se debe consultar a un dermatólogo.
- Cuidado con algunos medicamentos: Algunos son capaces de producir fotosensibilización aumentar el riesgo de reacción de la piel frente al sol.
- Protegerse todo el año: Incluso en actividades al aire libre o simples paseos, no olvidar el uso de fotoprotectores solares, ropa adecuada, sombreros y gafas.
Fototipos de piel y necesidades de protección
Cada persona tiene una sensibilidad de piel diferente (fototipo) y, por tanto, requerirá un nivel de protección solar específico para evitar quemaduras. Los fototipos se clasifican en seis categorías:
- Tipo de piel 1: Nunca se broncea y siempre se quema. Generalmente, personas de cabello rubio o pelirrojo, ojos azules y piel pálida con pecas.
- Tipo de piel 2: Se quema fácilmente, pero puede broncearse eventualmente. Personas de cabello rubio, ojos azules y con pecas.
- Tipo de piel 3: Se broncea fácilmente y rara vez se quema. Personas con cabello y ojos oscuros, y piel ligeramente más oscura.
- Tipo de piel 4: Nunca se quema, siempre se broncea. Personas de cabello, piel y ojos más oscuros.
- Tipo de piel 5: Piel mediterránea, nunca se quema, siempre se broncea con tono muy moreno. Cabello moreno y piel muy morena.
- Tipo de piel 6: Piel negra (por ejemplo, afro-caribeños).
En definitiva, disfrutar del sol de manera responsable y segura es posible si seguimos las recomendaciones de los expertos y adaptamos nuestra protección solar según nuestro fototipo de piel. Cuidar nuestra piel desde la infancia es una inversión en salud que nos acompañará toda la vida.