GESTIÓN DE LOS DESECHOS
Valladolid estrena en su centro de tratamiento de residuos un sistema de basura compactada para reducir olores
El nuevo vaso, con un volumen de 580.000 metros cúbicos, tiene una vida útil de alrededor de siete años
Las obras han terminado con cinco días sobre el plazo previsto y una inversión de tres millones

Carnero visita la ampliación del Centro de Tratamiento de Residuos de Valladolid.
Cambio de rumbo en la gestión medioambiental de Valladolid. El Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) pone en funcionamiento este lunes su nuevo vaso de vertido, una infraestructura que 'jubila' el antiguo sistema de almacenaje a granel y abre paso a una era de balas compactadas, herméticas y, sobre todo, sin malos olores que durante años han afectado a la capital y al municipio de Zaratán. Con una inversión de tres millones de euros y una vida útil estimada de siete años, la instalación comienza a operar con cinco días de antelación sobre un plazo de ejecución que ya se consideraba récord.
El alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, visitó este viernes la zona para certificar la culminación de una obra que calificó de "rápida, exitosa y efectiva". La empresa Construcciones y Obras Valbuena ha completado el proyecto, con un coste final de 2.995.223 euros, en menos de los 75 días contractuales, una hazaña, si se consideran las inclemencias meteorológicas de las últimas semanas. "Damos respuesta a una importante necesidad", afirmó el regidor, al señalar que el Centro de Tratamiento de Residuos, visible desde la cota superior del complejo, ya está colmatado después de más de dos décadas de uso.
La clave de la nueva planta, que dará servicio a toda la provincia, reside en un cambio de paradigma. El material de desecho, aquel 40% de los residuos que no se puede reutilizar tras pasar por la planta de tratamiento, ya no se depositará de forma masiva y expuesta. Ahora, se transformará en balas empaquetadas de entre 1.000 y 1.200 kilogramos, envueltas en un film retráctil que las sella por completo. "La diferencia es fundamental", explicó. "Con ello buscamos evitar en la medida de lo posible los malos olores, algo importante para el conjunto de los vecinos". Este método, además, reduce la emisión de gases de efecto invernadero y la proliferación de fauna no deseada.

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La robustez de la infraestructura, que ocupa un volumen de 580.000 metros cúbicos, se garantiza desde sus cimientos. Javier Ruiz, director del CTR, desgranó las capas de seguridad que blindan el subsuelo. “Tenemos la fortuna de contar con un suelo de arcilla pura, muy impermeable”, detalló. Sobre esta base natural se despliega una secuencia de materiales de alta tecnología: una lámina de bentonita, una capa de polietileno y un geotextil protector. “Ayer -por el jueves- hicimos la prueba del dipolo en el cien por cien de la superficie para detectar cualquier fuga. El resultado fue satisfactorio. Hemos sido mucho más cautos de lo que nos exige la normativa”, aseguró. Un sistema de drenaje con gravas y tuberías se encarga de recoger las aguas lixiviadas para su posterior tratamiento.
La puesta en marcha de este nuevo espacio activa, de forma paralela, el principio del fin del antiguo Centro de Tratamiento de Residuos. El Ayuntamiento iniciará este mismo lunes su sellado provisional, mientras avanza la redacción del proyecto para su clausura definitiva. El plan es que esa colina artificial de residuos se convierta, mediante una restauración paisajística, en una zona integrada en el entorno con plantaciones y arbustos.
La mirada ya está puesta en el futuro. Cuando esta celda agote su capacidad dentro de siete años, el sistema se ampliará de forma planificada hacia la ladera adyacente. Esta obra se complementa con la ampliación del propio CTR, que finalizará en "un mes y medio" para conformar un complejo integral y moderno. El éxito de todo este engranaje, recuerdan desde el consistorio, depende también del primer eslabón de la cadena: la colaboración ciudadana, ya que una correcta separación de los residuos en casa no solo tiene un impacto ambiental directo, sino que optimiza el rendimiento y reduce los costes de un sistema público diseñado para el siglo XXI.
Complejo integral dentro "de un mes y medio"
Alrededor de 400 kilos de desechos es lo que genera cada vallisoletano al año. De esa cantidad se estima que el 40% acabará en este complejo, situado en la carretera de León. Un complejo que está mudando de piel tras una inversión de cerca de 43 millones de euros.
La ampliación que, según señaló Carnero durante la visita, podría estar terminada a finales de agosto, utiliza la mayor parte de las actuales naves e incorpora diversas ampliaciones, incrementándose así la superficie de cubiertas.
En cuanto a los nuevos equipos, se contempla una renovación integral del tratamiento primario con la incorporación de separadores automáticos y plantea un aumento de la capacidad de compostaje con un nuevo reactor. Por exigencia contractual, toda la energía que se utilice deberá ser producida en el propio proceso mediante el aprovechamiento del biogás producido, tal y como informó el Ayuntamiento de Valladolid en la nota de prensa en la que explicaron los detalles de la intervención.
También son destacables las mejoras en el edificio de personal. Los trabajadores contarán con una amplia instalación de bienestar que servirá de vestuario, comedor y sala social. Asimismo, se va a mejorar la capacidad de recibir visitantes mediante un aula ambiental con vistas panorámicas y una pasarela de visitas. Todo esto permitirá mejorar la calidad de los procesos de educación y concienciación de escolares y diversos colectivos que visitan la instalación.
Este proyecto fue aprobado en la Junta de Gobierno del 26 de septiembre de 2023. Una peculiaridad es que en el contrato figuraba la creación de un centro de I+D+i y un observatorio de residuos y economía circular de Valladolid, que se desarrollará mediante convenios con universidades, centros tecnológicos y empresas. De igual forma, la compañía adjudicataria en su propuesta recogió destinar 325.000 euros anuales a campañas de concienciación orientadas a fomentar una ciudadanía responsable en la menor producción de residuos y su correcta segregación en los hogares.

Carnero y Pellitero visitan la ampliación del Centro de Tratamiento de Residuos.